Sonabia, joyas artesanales y únicas inspiradas en la naturaleza

Itziar Helguera es la diseñadora que está detrás de los colores, materiales y formas de las joyas de Sonabia.

Foto: Sonabia.com

La creatividad y capacidad de llegar a la gente a través de las formas y colores es un don que no todo el mundo tiene. Una capacidad que Itziar Helguera heredó de su madre y que ha sabido plasmar en su marca de joyas, Sonabia. «Mi madre ha pintado toda su vida. Siempre se vestía de una forma muy especial, ha sido una adelantada a su época y yo eso lo he vivido en casa. He heredado esa creatividad, su capacidad para mezclar los colores«, nos cuenta.

Una creatividad y una forma de ver el mundo tan especial palpable en cada rincón de la nueva tienda de Sonabia, en la calle General Pardiñas, 70. Un espacio que Itziar describe como «hipichic», y que al resto de los mortales nos transporta a un mundo diferente y lleno de color. Lo hace gracias a las luces, los cuadros y ese ambiente tan particular en el que nos presenta su colección. Un espacio entre tienda y galería de arte que enamora nada más poner un pie en él.

Itziar Helguera es la creadora de la firma de joyas Sonabia

Sonabia es la marca de joyas hand made de Itziar Helguera

The Luxonomist: ¿Cómo te iniciaste en el mundo del diseño de joyas?

Itziar Helguera: Yo estudié Turismo, pero el mundo de la moda siempre me gustó. Trabajé en una agencia de viajes, me casé y tuve tres hijos. En ese momento tuve un parón, empecé a hacer collares y a venderlos en el colegio de mis hijos. Vi que gustaban mucho y decidí empezar a vender en pop ups.

TL: ¿Dónde encuentras la inspiración para diseñar tus colecciones?

IH: Me inspira mucho la pintura, los colores de la naturaleza, y más concretamente, la mezcla de colores que hay en el fondo del mar. Cuando veo los documentales marinos en los que hay corales, con muchos peces mezclados… A eso hay que añadirle que estoy muy al día de las tendencias de moda. Siempre miro los pantones y he de decir que en muchas ocasiones me adelanto.

Las joyas de Sonabia las hace a mano y diseña Itziar

Itziar pasó de vender sus joyas en el colegio de sus hijos a abrir su propia tienda

TL: ¿Qué quieres que sientan las mujeres que llevan tus joyas? ¿Qué buscas transmitirles?

IH: Les quiero transmitir que los complementos son fundamentales en una mujer. Puedes ir entera de negro, pero te pones un collar y te cambia el ‘look’ completamente. Las joyas que yo diseño parecen de un nivel adquisitivo mayor del que tienen. La combinación de piezas hace que pienses que un collar vale 80 euros, cuando en realidad su precio es de 30. Esto se debe a que soy muy pesada a la hora de buscar piezas y creo que eso se transmite. Quiero que las mujeres se sientan jóvenes llevando mis joyas y que cuando se pongan uno de mis collares o pendientes se vean estupendas.

TL: Desde que empezaste a vender las joyas en el colegio de tus hijos, a lanzar tu marca y abrir la tienda, ha sido unos años de mucho trabajo.

IH: Mucho. He estado hasta las tantas montando piezas, me han ayudado en casa porque había veces que no llegaba. Hay mercadillos que son de dos días y son agotadores, porque estas 12 horas de pie. Además a esto hay que sumarle la capacidad para crear las joyas. Tienes que ser capaz de crear modelos muy variados, pero que al mismo tiempo tengan una armonía, y es algo que creo que he conseguido.

Las joyas de Sonabia están hechas a mano

TL: ¿Por qué escogiste el nombre de Sonabia para tu marca?

IH: Yo veraneo siempre en Castro Urdiales y Sonabia es un pueblo de por allí. Tengo el recuerdo desde pequeña de una cala a la que se llegaba bajando por el monte. Sonabia me suena a sueño, a ‘Sildavia’, que es una canción de ‘La Unión’ que me encantaba. El nombre es una mezcla del norte y el sur. El norte por mi padre, que es de Castro Urdiales, y el sur por mi madre, que es la autora del logo de la firma. Es una forma de hacerles un homenaje a los dos.

TL: ¿Qué materiales utilizas para crear tus joyas?

IH: Suelo utilizar aquello que me llama la atención. Cordones de seda, mucho latón, cordón de algodón, piezas de madera, resinas… Piezas que me dan a la vista. Cuando las veo enseguida pienso: «Esto va con esto y esta con esto otro».

La mezcla de colores y combinaciones son las señas de identidad de la firma

La tienda online de Sonabia nació en el confinamiento

TL: ¿Haces tú misma todas las joyas?

IH: Yo compro piezas y las mezclo. Puede que otras marcas estén utilizando los mismos materiales o piezas, pero lo que me diferencia de ellos es la manera de montarlos para crear un collar o un pendiente. También hay collares que los hago yo enteros a crochet. Es un trabajo que lleva mucho tiempo. Hay veces que montas una pieza y no te gusta como queda. Yo soy muy perfeccionista, y hago y deshago hasta que queda como yo quiero.

TL: ¿Cómo ha sido el trabajo en Sonabia durante el confinamiento y la pandemia?

IH: Ha sido un parón total. A mí toda esta situación me entristeció muchísimo. Al principio no veía nada más que muerte y no tenía ganas de hacer nada. Cuando me ponía a montar joyas, me salían con una gama muy oscura de color, con ocres, marrones… Sin embargo, esa etapa me sirvió para ponerme manos a la obra con mis hijos y crear la web. Hemos trabajado muchísimo en ella y en crear un Instagram que se compaginara bien con la web. Esto lo tenía que haber hecho hace años, pero nunca he tenido tiempo, y la cuarentena fue el momento perfecto.

La creatividad que Itziar heredó de su madre le ha servido para crear sus
propias colecciones de joyas

Una nueva normalidad llena de inspiración

TL: ¿Cómo afrontas la nueva normalidad con la apertura de tu tienda?

IH: Tengo mucha incertidumbre. Voy día a día. Una cosa que me ha enseñado la pandemia es a no pensar demasiado en el futuro y vivir al día. Lo que quiero es disfrutar de este momento que ha venido, de la tienda. No te puedo decir qué va a ser de mí en el futuro. Me gustaría potenciar la página web y las redes sociales, pero me gusta mucho el contacto, el trato con las personas y eso no me gustaría perderlo. Ahora la gente está acostumbrada a que le llegue un paquete por Amazon, y si no les gusta, devolverlo. Eso es para las cosas de usar y tirar, y el ir a comprar también es una forma de relacionarte y admirar las cosas que están bien hechas.

TL: Y en esta nueva etapa, ¿ha vuelto la inspiración?

IH: Cuando acabó el confinamiento tenía claro que quería ir a los mercadillos y que tenía que vender, porque si no, no me entraban ingresos. Hice un mercadillo y gustó mucho lo que llevé. De ahí me fui a Navarra con mi marido. Estuve cinco días montando piezas y en agosto me salió una colección muy bonita, con mucho colorido. Todo me empezó a encajar otra vez.

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