La revolución de la mujer a través de la moda
Las prendas y los estilismos son un buen termómetro del papel social que desempeñan las mujeres según que época y sociedad.
En una jornada como la de hoy, Día Internacional de la Mujer, todo toma un cariz diferente… y también la moda. Por ejemplo, observamos la función de ésta más allá de algo estético o de tendencia. La vemos como muestra y testigo de los numerosos cambios sociales y culturales de la sociedad en general, y de las mujeres en particular, a lo largo de los años… e incluso de los siglos. Porque se ha demostrado que la moda es una poderosa herramienta de comunicación y posicionamiento. En momentos incluso disruptiva y revolucionaria, no solo en el pasado sino también en nuestros días.
Los zapatos planos y el pelo corto, signos de elegancia femenina
Las mujeres le debemos mucho a Gabrielle Chanel, que comenzó en la moda en 1910. Ella rompió moldes y masculinizó la moda femenina, además de hacerla cómoda y menos tirana. Gracias a este icono francés, las mujeres comenzaron a vestir de manera más versátil para ir a trabajar.
Y es que utilizar zapato plano y lucir el pelo corto comenzó a ser elegante; igual que vestir de color negro sin tener que estar de luto. Gracias a ella se dio el visto bueno a utilizar pantalones… y lo más importante es que Chanel consiguió convencer a la sociedad de que la elegancia no se medía en función del poder adquisitivo.
Los vaqueros también para las mujeres
En 1934, Levi’s creó la versión femenina de su icónico 501. El denim dejaba de ser una prenda solo apta para las mujeres que vivían en un rancho para ser utilizada por las más estilosas de la costa este americana. Al igual que ocurrió cuando los hombres comenzaron a utilizarlos, los vaqueros eran un símbolo de rebeldía y un grito de libertad.
La moda sin género
Esta tendencia “nicho”, símbolo de inclusión, comenzó hace pocos años y llegó para quedarse. Recuerda al hábito que estaba de moda hace décadas de coger prestados los vaqueros y camisas de tu pareja en señal de reivindicación. De hecho, algunos editores de moda vaticinan que marcará la moda en el futuro.
En la actualidad, las prendas de género neutro conviven con las femeninas y masculinas. Prueba de ello es la idea de una de las diseñadoras que no deja a nadie indiferente, Vivienne Westwood. Ella lanzó hace tres años una colección de prendas intercambiables para él y para ella, algo novedoso que sin embargo hoy no ofrece su web.
La ropa premamá, un desafío de la moda de mujer
Lucir embarazo no ha sido siempre igual. En los años 80´s una futura mamá tenía pocas opciones. Apenas amplios vestidos que según los kilos cogidos te ayudaba a parecer una mesa camilla. Con el paso de los años, incluso las décadas, las embarazadas lucen sus curvas con naturalidad y mucho estilo. Optar por ropa ajustada es sinónimo de orgullo y no de mal gusto como en el pasado.
Tampoco resulta extraño ahora ver a una mujer embarazada a la última en moda o usando tacones, aunque no sea lo más cómodo cuando te cambia el centro de gravedad del cuerpo. Las mujeres reinvindican con la ropa que su estado de buena esperanza, también puede ser sexy.
La brecha salarial a la inversa
Es vox populi que las mujeres cobran hasta un 20% menos que los hombres desempeñando el mismo trabajo. Sin embargo, en la industria de la moda ocurre lo contrario. Y es que las modelos femeninas cobran bastante más que los masculinos. Hasta un 75% según un estudio publicado por la BBC. Si tenemos en cuenta los datos de Forbes, la 5 mejores top model del planeta (Kendall Jenner, Gisele Bündchen, Chrissy Teigen, Adriana Lima y Gigi Hadid) ganaron 73 millones de dólares en total. Sus homólogos masculinos ingresaron algo menos de 6. Es decir, 13 veces menos que las mujeres.