Entre lo horrible y lo horroroso

Hay un límite. Hay un límite entre la provocación y lo soez. Hay un límite entre lo rompedor y lo hortera. Incluso hay un límite entre lo transgresor y lo paleto. Y hay algún diseñador/diseñadora sin límites. Es el caso de dos firmas esperadas en la pasarela de París de Haute Couture A/W 2015: Versace y On Aura Tout Vu. Por comenzar por esta última maison, ha presentado una colección que ni en Alien serían capaces de lucir. No porque sean modelos rompedores -que lo son- o por la teatralidad de sus cristales -ya famosos-. No porque se inspiren en Maléfica sin la gracia de Jolie, que también. Simplemente son feos.

Algo feo no significa que no haya sido trabajado. De hecho, Yassen Samouilov y Livia Stoianova han tenido que pasar muchas horas en su taller para diseñar minuciosamente una colección de faldas superpuestas, chaquetas bordadas y faldas pantalón de imposible calificación, más allá de feas.

Pieles y cristales como estalactitas, inspirados en el ya icónico perfume de Terry Mugler. Reinventan el look futurista con pedruscos a lo Prada, pero sin la clase de Prada. Vestidos joya, que son joyones y si te acercas demasiado, te sacan un ojo. Habrá quien lo valore, incluso quien pague por ello. A mí me ha parecido la colección más fea de la Alta Costura de París de esta semana.

Y luego llegó Donatella.  Ay Donatella! Entre lo sexy y el estiloalofurcia también hay un límite. Un límite que nunca traspasó Gianni, un límite con el que jugó Versace magistralmente y que le elevó a las alturas de la Alta Costura más sexy y sensual.

Pero Donatella ha perdido el norte y ha traspasado el límite. Modelitos para Milley Cyrus o Lady Gaga que son, como todo el mundo sabe, iconos de la moda y la elegancia. Paco Rabanne inventó los vestidos metalizados, futurísticos, sexys. Donatella recupera parte de la forma, pierde el espíritu. Ni mezcla de texturas romedoras ni colores llamativos. Azules, negros y blanco roto junto con plata conforman la paleta de Donatella.

Terrible. Furcias de lujo -por el precio, que no por el diseño- en la pasarela. Asimetrías, cortes imposibles, maxyescotes para minipechos. Aberturas increíbles en las faldas y los vestidos que se pierden en la ropa interior.  Un susto.