Leandro Cano, el primer Game Changer de IQOS, reinterpreta La Cobijada

El diseñador andaluz participa en la campaña Game Changers de IQOS reinterpretando La Cobijada, el traje regional de Vejer de la Frontera que originalmente oculta casi por completo a la mujer.

Elisa Ventoso. 22/03/2024
Foto: IQOS

Las alianzas entre primeras marcas de distintos sectores dan lugar a acciones y productos realmente llamativos. Algo que demuestra que no hay límites cuando se trata de innovar y explorar territorios hasta el momento desconocidos. Con esta premisa nace la campaña IQOS Game Changers, un concepto creativo que pretende reconocer a marcas y personas que rompen con lo establecido y que ha tenido a Leandro Cano como primer embajador.

La nueva campaña que rompe con lo establecido

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IQOS es el impulsor de esta novedosa campaña. Foto: IQOS

La iniciativa parte de IQOS, el dispositivo que ha reinventado la manera de consumir tabaco, calentándolo en lugar de quemarlo. Su objetivo es tender la mano a quienes, como ellos, llaman la atención en su sector por diferentes motivos.

La campaña, que se desarrollará durante los próximos meses, girará en torno a cuatro territorios: moda, música, arte y gastronomía. En todos ellos se explorará el hecho de que la innovación puede abrir caminos nuevos, reinterpretando y adaptando a los nuevos tiempos la historia y la tradición.

Leandro Cano, el primer Game Changer de IQOS

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Interpretación de La Cobijada de Leandro Cano. Foto: IQOS

Y eso es precisamente lo que hace Leandro Cano con sus diseños. Él es el primer Game Changer de IQOS y un profesional que, sin duda, ha cambiado reglas de su sector. Sus patrones desafían lo convencional inspirándose en sus raíces y adaptándolos al mundo actual.

Nacido en Ventas del Carrizal, Jaén, el diseño creado para esta acción con IQOS reinterpreta el icónico traje tradicional de La Cobijada, en Vejer de la Frontera, en Cádiz.

El uso de este vestido data de los siglos XVI y XVII, aunque se ha recuperado en varias ocasiones. Este estaba compuesto por unas enaguas blancas con tiras bordadas, blusa adornada con encajes y una saya negra hasta los pies con un manto negro que cubría a la mujer completamente a excepción del ojo izquierdo.

La versión de Leandro transforma el manto negro en un tul blanco y convierte al conjunto en una vestimenta alegre en la que predominan los colores claros y no esconde a la mujer, sino que la muestra sin pudor. Una creación con la que pone en valor a las mujeres que, según explica, tanto le inspiraron y cuidaron desde pequeño. Esas que, sin duda, «merecen un lugar destacado en cualquier ámbito de la sociedad».

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