Moda, sostenibilidad y mercado

¿Los cambios en el consumo vienen de la mano de los cambios en el trabajo? ¿Las mejoras tecnológicas conllevan mejoras en la sostenibilidad? ¿Se puede regular el consumo? La pregunta más importante es ¿podemos cambiar nuestro modo de consumir? Éstas y otras cuestiones quedan planteadas en el Informe sobre cambio global en España 2020-50. Consumo y estilo de vida. (Heras, Peirón, & Coord., 2012).

Según este informe que toma como fuente los datos del CIS, el 47,1% de los españoles están dispuestos a modificar los hábitos de consumo para luchar contra el cambio climático. Llegando al 87 % las personas que “probablemente” estarían  dispuestas a cambiarlos. Pero ¿por qué, si decimos que estaríamos dispuestos a cambiar, no lo hacemos? La respuesta está directamente relacionada con la visión del mundo que tenemos. Desde qué mundo es éste – a si queremos uno mejor. En este marco encaja el sentido de la vida que tenemos. Mi propuesta es la antropología sostenible, que bebe del antropocentrismo y del ecocentrismo. No han de ser excluyentes.

Consumir menos conlleva producir menos. Hace poco una persona me comentaba “de esta forma se destruyen los puestos de trabajo que hay y no se crean nuevos”. Quizás el planteamiento debiera ser diferente. Hemos de innovar en la forma de trabajar, cambiar el concepto de enriquecimiento personal. Recordemos que el principal problema del mundo actualmente, tal como advirtiera el tan de moda San Juan Pablo II, es que hemos puesto el objetivo de la riqueza en el “tener” y no en el “ser”.

Keynes en 1935 anticipó que la semana laboral en el siglo XXI podría verse reducida a 15 horas como consecuencia de los avances técnicos. Pero en realidad en Estados Unidos la semana laboral en 2006 aumentó en relación a las horas trabajadas en 1970.

Justamente en la sociedad americana se trabaja entre 200 y 300 horas al año más que en Europa y sin derecho a vacaciones.Como consecuencia se ha generado una combinación entre riqueza material y pobreza de tiempo. O lo que es lo mismo “tener” más que “ser”. El modelo actual de consumo lleva a trabajar más, para consumir más. Pero el mercado está despertando, así definiría la cuestión: moda, sostenibilidad y mercado: Lifegist.

Lifegist se fundó el pasado año con la clara intención de vestir un tipo específico de mujer que busca principalmente sentirse cómoda en cualquier momento del día, primero consigo misma y de esta manera, poder expresarlo a los demás, siempre de dentro hacia fuera, puesto que además ya se parte de un modo de vida ecológico en otros aspectos de la vida.

Sobre todo, Lifegist se dirige a una mujer que ya tiene una importante trayectoria vital, una experiencia, que sabe apreciar el valor de lo esencial y en cuya ropa se autoafirma y se define, mostrándose tal cual para que los demás le conozcan.

Su propio nombre ya es una declaración de intenciones, y es que Lifegist se crea con la firme convicción de que la búsqueda de lo esencial, también en la moda, es mucho más que una tendencia pasajera. Su ropa, 100% ecológica y sostenible (cuenta con certificado GOTS). Este es uno de los aspectos más importantes de la marca: la certificación. Otro modo de producir y consumir es posible.