Este periodo estival viene con nuevos vientos de libertad en los que hemos recuperado la normalidad, pero desde un nuevo punto común, mucho más consciente y preocupado con el medio ambiente. Sin embargo, esto no nos hace olvidar las ganas de expresar alegremente nuestra individualidad y, quizás por todo ello, el Maurice Lacroix Aikon tide se ha convertido ya en el reloj del verano.
Desde hace años la marca de relojería suiza renació entre sus cenizas, de la mano de un equipo joven y dinámico, liderado por su CEO Stéphane Waser. Lo hizo con el lanzamiento del Aikon, una apuesta urbana, agresiva y ante todo muy honesta, que con su vibrante serie Aikon tide, presentada en primavera, es ya una imparable tendencia en las muñecas de las playas de Miami, Mikonos, Marbella o Ibiza.
La nueva serie Maurice Lacroix Aikon tide combina uno de los mejores diseños de relojería suiza comercial de los últimos tiempos con un nuevo material plástico reciclado de los océanos que desarrolla la marca Tide, de ahí el nombre de este nuevo reloj.
Hasta ahora tide ha trabajado con compañías suizas como Bretiling, pero nunca antes ninguna marca de relojería se había atrevido a crear una caja de #tide, por lo que Maurice Lacroix ha vuelto a innovar y romper sin complejos las reglas del mercado. Todo sin olvidar que es a día de hoy uno de los verdaderos estandartes de la sostenibilidad en la relojería suiza.
Pero el éxito de la colección no se debe solo a que es una colección sostenible en una caja ya emblemática, sino que han conseguido desarrollar una gama de colores alegres, atrevidos y urbanos que hacen las delicias de los más osados en un reloj unisex de 40mm, cuya dureza y resistencia a los arañazos es cinco veces más fuerte que el plástico común.
Con más de 10 combinaciones de colores distintas en la actualidad, este reloj está llamado a tocar el corazón de una nueva generación mucho más concienciada, pero que quiere un reloj robusto, sumergible, con cristal de zafiro y con el sello de calidad Made in Switzerland.
Además es evidente que este lanzamiento no se trata de una simple y audaz maniobra de marketing. Y es que no solo la caja del reloj ayuda a limpiar los océanos y es sostenible, su estuche, también fabricado en tide no sirve solo para presentar u guardar el reloj, sino también como taza para llevar.
Es normal que el Maurice Lacroix Aikon tide sea el reloj del verano, y quien sabe si de los futuros veranos. Y es que parece que la marca está pegando fuerte y tiene guardado en la chistera nuevos colores, combinaciones, colaboraciones y ediciones limitadas que harán de estos relojes un objeto de deseo, y quien sabe si de coleccionismo.
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