Trabajar en moda: ¿un sueño imposible?

El mundo de la moda cada vez nos es más cercano pero, ¿es verdad que fácil dedicarse a ello? ¿dónde se concentran los puestos de trabajo?

La democratización de la moda ha permitido acercar el mundo de la moda al gran público. Figuras como las de editora de moda, estilista o personal shopper, que hasta ahora apenas se conocían, han pasado a ser las profesiones más demandadas. Los jóvenes que siguen en redes sociales el día a día de cada uno de ellos, sueñan con poder acudir a los desfiles en front row y a las fiestas exclusivas de las marcas. Pero, ¿es posible trabajar en moda en España?

Los medios han hecho que las profesiones de moda sean "más accesibles"
Los medios han hecho que las profesiones de moda sean «más accesibles»

En primer lugar, la industria de la moda española no es comparable a la de las grandes capitales de la moda como Nueva York, París, Londres o Milán. En ciudades como Barcelona, sólo existen dos grandes agencias de comunicación y cada vez son menos los showrooms, ya que las grandes marcas apuestan por Madrid como sede para sus headquarters como ha sido el reciente caso de Uniqlo. Por lo que, las salidas laborales más allá de la capital son escasas.

El trabajo se concentra prácticamente en Madrid
El trabajo se concentra prácticamente en Madrid

Por no hablar de las condiciones laborales: jornadas maratonianas de trabajo, sin horarios (tal como afirma Lily More, asistente del fotógrafo David Sims) y mal pagadas tal como afirma The Guardian, «donde se abusa de las aspiraciones y sueños de los jóvenes para hacer el trabajo sucio», según el periodista Jamie Elliot. Pese a todo, las posiciones como becario o asistente siguen siendo las más demandadas ya que se presentan como la mejor opción para poder acceder a este mundo. Aunque la realidad es bien diferente, ya que son pocas las personas que consiguen ascender (sin enchufe de por medio) o permanecer más de un año en el mismo puesto. Las rotaciones son constantes y es casi imposible entrar en plantilla, puesto que las firmas quieren  evitar a toda costas las obligaciones de contratación.

Las profesiones de editora o personal shopper parecen accesibles pero la realidad es que no lo son
Las profesiones de editora o personal shopper parecen accesibles pero la realidad es que no lo son

Con una tasa de desempleo que supera el 22%, el esfuerzo, la constancia y la perseverancia no siempre se ven recompensados. Y al final, los que llevan años trabajando en la industria quieren mantener sus puestos (donde gozan de ‘regalos’ continuos de marcas)  y a ser posible, con el menor esfuerzo posible. Una situación frustrante para las nuevas generaciones que ven imposible poder trabajar en un sector idílico pero más superficial que nunca.

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