Cómo proteger nuestros ojos de la exposición a las pantallas y la luz azul
Ahora que pasamos tanto tiempo delante de las pantallas no está de más saber qué efectos puede causar esta exposición y cómo evitar males mayores.
No es ningún secreto que nuestros hábitos de trabajo e incluso de ocio han cambiado radicalmente en los últimos años. Nuestro tiempo de exposición a las pantallas es ahora muchísimo más acusado, siendo especialmente llamativo en el caso de los jóvenes. Además, el teletrabajo tiene gran parte de culpa de que muchos de nosotros pasemos demasiadas horas delante de las pantallas. Una exposición que tiene efectos negativos para la piel debido a la luz azul y que también conlleva ciertos riesgos para nuestros ojos, a los que tenemos que proteger especialmente.
Problemas oculares relacionados con la exposición continuada a las pantallas
Así, según explican desde el instituto oftalmológico Clínica Baviera, en función del tiempo que pasemos delante del ordenador existen diferentes riesgos para nuestra visión que van desde simples molestias a problemas más graves si no se toman las medidas necesarias.
Por ejemplo, podemos ser más vulnerables a tener fatiga visual, Se manifiesta con cansancio en los ojos, escozor, quemazón o incluso visión borrosa y dolores cervicales o de cabeza; tener el síndrome del Ojo Seco, por parpadear menos y menos profundamente frente a las pantallas; perder agudeza visual o nitidez a la hora de ver objetos a larga distancia; sufrir degeneración macular o deformación de objetos asociada a la edad de una forma más temprana; o incluso el mayor desarrollo de la miopía.
¿Cómo proteger los ojos de la luz azul?
Además, por supuesto, de reducir la exposición a las pantallas en la medida de lo posible (por ejemplo los móviles o en el tiempo de ocio no asociado al trabajo), hay una serie de sencillos consejos para proteger los ojos cuando trabajemos en casa o en la oficina.
- Tener la pantalla limpia. Parece obvio, pero no todo el mundo lo hace.
- Tener una buena posición de trabajo. Debemos sentarnos correctamente ajustando la distancia entre los ojos y la pantalla del ordenador, y tener ésta a la altura de los ojos.
- Ajustar la iluminación de la pantalla. Un brillo excesivo de la pantalla conlleva mayor daño para nuestros ojos. Mientras que un brillo insuficiente nos obliga a realizar sobreesfuerzos para conseguir ver correctamente.
- Aumentar el tamaño de la letra. Si nos cuesta ver las letras no hay nada tan simple como aumentar su tamaño para hacer menos esfuerzo.
- Tener una buena iluminación. Lo mejor es la luz natural y si hay que recurrir a la luz artificial, evitar reflejos y contrastes excesivos.
- Usar humificadores para que el clima demasiado seco no lastime la vista.
- Fijar horarios y hacer descansos periódicos. Es conveniente hacer un descanso de 5 minutos cada media hora o de 20 minutos cada dos horas; y mirar por la ventana objetos lejanos.
- Parpadear frecuentemente. Debemos forzarnos a parpadear porque ayuda a incentivar la producción de lágrimas de una forma natural.
- Acudir al oftalmólogo. A hacer revisiones o cuando surja cualquier tipo de molestia.
Usar gafas con filtro protector ¿sí o no?
También hay quien recomienda el uso de gafas sin graduación con un filtro para la luz azul. No obstante, si bien no son perjudiciales, desde la Clínica Baviera nos explican que “no hay estudios científicos que avalen su efectividad según la Sociedad Española de Oftalmología”.
En cualquier caso, como decimos, quien decida usarlas deberá saber cuándo y cómo. Según los responsables de la firma GreyHounders no hay límite de tiempo para utilizar las gafas blue light o luz azul; si bien recomiendan un uso responsable de los dispositivos digitales y usarlas siguiendo la regla 20-6-20. “Por cada 20 minutos con la vista puesta en un dispositivo, tomarse un descanso de 20 segundos mirando otro punto a 6 metros de distancia”, explican.
En cuanto a especificaciones técnicas, los expertos nos explican que “las gafas blue light son efectivas para reducir la cantidad de luz azul que penetra en los ojos. De hecho bloquean los rayos UV hasta los 410 nm, eliminando la radiación UV y las primeras longitudes de onda del espectro visible, más energéticas. Bloquean parte de los azules de alta energía, nocivos para la salud ocular. Además transmiten el máximo en la zona del azul-turquesa, beneficiosa para el organismo”. Las suyas están fabricadas con cristales orgánicos (CR.39) que según comentan “logran el equilibrio ideal de protección ocular frente a la parte nociva de la luz”.