Que las adicciones son un problema, no es algo nuevo. Que la pandemia las ha potenciado, tampoco. Y que el perfil del adicto ha cambiado es algo que desde la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción llevan años denunciando.
Hoy en día los adictos en general tienen una perfecta apariencia física y un funcionamiento en la mayoría de sus áreas vitales que no distan de lo habitual. Tienen trabajo, familia, amigos y se mueven por entornos de ocio normales. Además, desde hace años tienen un nivel de estudios que en la mayoría de los casos es alto o medio – alto. Y sus trabajos también son de profesionales liberales. Trabajadores normales. Como tú y como yo.
Hemos oído siempre que famosos, artistas o actores se ingresan en clínicas en diferentes periodos de sus vidas para eliminar los hábitos tóxicos. Sin embargo, esto es mucho más común de lo que pensamos. En España también existen esos centros, pero sobre todo destaca uno, el que ofrece la Clínica Guadalsalus en Sevilla para altos directivos en un hotel de lujo durante diez días.
Un hito que va acompañado de un gran éxito de resultados. Hablamos con su CEO, Antonio Pineda, quien nos cuenta cómo profesionales como abogados, notarios o dentistas que no pueden cerrar sus negocios para tratarse, se adaptan a este programa y mantienen sus trabajos a la vez que se curan. Todo en la más estricta confidencialidad.
The Luxonomist ¿Cómo surge el Programa Victoria?
Antonio Pineda: Surgió en 1984 como respuesta a un reto profesional planteado por el Grupo Cooperativo Mondragón. Ellos tenían conciencia de la gravedad del problema del alcohol entre sus socios trabajadores y buscaban soluciones novedosas. De ese modo llegó la demanda a los creadores del Programa Victoria, que por entonces aún no tenía nombre. Ellos habían aprendido en Estados Unidos sobre los métodos terapéuticos más punteros para tratar la conducta adictiva. Y poco a poco se fue consolidando lo que actualmente es ya una metodología terapéutica depurada, contrastada y experimentada.
TL: ¿A quién va dirigido?
AP: El Programa Victoria se dirige a personas que tienen conciencia de tener un problema con el alcohol que no son capaces de superar por sus propios medios. También resulta efectivo con personas que, además del alcohol, tienen otros consumos de sustancias adictivas -cocaína sobre todo- o bien otras conductas desordenadas como el juego, el sexo, etc.
TL: ¿Cómo se contacta para ingresar?
AP: El contacto inicial se puede hacer, hoy en día, a través de teléfono, redes sociales, WhatsApp, correo electrónico, etc. Ahí se genera una primera sesión informativa y se inician los pasos necesarios para ayudar a la persona en cuestión a encontrar su camino. A veces el contacto no es directamente de la persona afectada sino de un familiar o allegado. En esos casos también ofrecemos un asesoramiento profesional personalizado para conseguir que la persona acepte la ayuda terapéutica que necesita lo antes posible.
TL: ¿Puede acceder cualquier persona?
AP: Por supuesto, pero siempre hay que poner a prueba su motivación y su sincero deseo de salir del laberinto de la adicción. Ese es el único filtro o criba. Que la persona manifieste una clara disposición a participar de forma responsable en el Programa y aprovechar la maravillosa oportunidad que se le pone por delante.
TL: ¿Cómo se selecciona el hotel de lujo donde se va?
AP: Siempre buscamos un hotel que esté ubicado en un entorno tranquilo, relajado, lejos de bullicios urbanos o vacacionales y que tenga unas instalaciones confortables. Por supuesto, se mantiene en la más estricta confidencialidad para que el adicto no se sienta mal si se encuentra con alguien, sino que pueda parecer que está en un congreso, un grupo de trabajo, unos días de spa y relajación…
TL: ¿Qué se hace en esos 10 días de programa intensivo?
AP: El Programa Victoria es como un “curso”. Las sesiones están estructuradas de una forma lógica para conseguir el progreso terapéutico que buscamos de una forma rápida. Hay distintos tipos de sesiones de terapia, individuales y grupales. Los pacientes reciben un manual que van estudiando poco a poco a lo largo del Programa y que se llevan a casa después para seguir profundizando. Hay películas, documentales, terapia cognitiva para modificar pensamientos y actitudes erróneas y peligrosas, terapia de relajación y visualización para combatir la ansiedad y elevar el grado de autoconfianza de los pacientes, etc. Todo acompañado de psicólogos y expertos con amplia formación en adicciones.
TL: ¿No es ‘peligroso’ seguir haciendo más o menos vida normal con el trabajo?
AP: Hay que evaluar cada caso en concreto y ayudar al paciente a tomar las decisiones oportunas que le pongan la vida en sobriedad más fácil. Si su adicción es el alcohol, por ejemplo, no hay que tener miedo a nada, sino prepararse concienzudamente para superar cualquier situación de riesgo. Esa es la esencia del Programa Victoria. Tenemos muchos casos de éxito con personas vinculadas al mundo de la hostelería, dueños de bares o restaurantes, productores de bebidas alcohólicas, etc, que han sido capaces de mantenerse sin beber sin renunciar a su profesión.
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