El fenómeno ‘León come gamba’

¿Somos demasiado duros con nosotros mismos?

Patricia Peyró. 17/04/2015
León Come Gamba
León Come Gamba
León Come Gamba. Si no castigamos a un niño asustado, ¿por qué pensar que nos va a ayudar el autocastigo?

El fenómeno sociológico surgido a partir del fracaso culinario del plato “León come gamba” de un conocido programa de televisión, ha tenido un enorme interés colectivo, generado en buena parte por la compasión que ha despertado el pobre joven venido abajo que, después de la reprimenda pública, además, se ha impuesto el peor de los castigos: el autodesprecio.

Cuando vemos a un niño llorando, de forma casi instintiva, activamos un mecanismo de protección hacia él que nos lleva a consolarlo, incluso cuando la razón de su llanto sea merecida porque haya cometido alguna fechoría. Pero, ¿qué pasa si no hablamos de un niño? O, más difícil todavía: ¿Y si ese niño somos nosotros mismos? Una curiosa investigación de la Universidad de Barcelona ha experimentado las diferencias, encontrando resultados sorprendentes.

¿En qué medida cambiamos nuestra reacción compasiva según quién sea el receptor? No todo el consuelo pasa por ayudar a los demás. También existe el fenómeno de la “autoayuda”, que bien puede llamarse autocompasión cuando nos aplicamos el consuelo a nosotros mismos en los días grises, en los que confluyen pensamientos e ideas pesimistas que tienden a acumularse y que adquieren una lectura subjetiva.

leon2
No somos igual de transigentes con nosotros mismos que con los que percibimos más débiles

La autocompasión, sin embargo, es una variable no presente en todas las personas. Éste ha sido el punto de partida de un estudio llevado a cabo por la unidad de The Event Lab de la Universidad de Barcelona, integrada por un equipo multidisciplinar que utiliza la realidad virtual para definir problemas complejos de índole psicológica y neurocientífica.

Su director, Mel Slater, explica lo siguiente: “En algunos casos las personas son excesivamente críticas y exigentes consigo mismas, hecho que les hace tendentes a la depresión, además incapaces de manifestar compasión hacia sí mismas, a pesar de que sí puedan expresarla hacia otras personas”. 

Su estudio, con un grupo de mujeres de este perfil, pretendía emplear la realidad virtual para fomentar la autocompasión, y así lo consiguió: “La idea era lograr que, en un primer paso del experimento, dieran consuelo a una persona virtual, adquiriendo después ellas mismas, en una segunda fase, ese mismo cuerpo idéntico al que habían consolado, con el fin de comprobar si se autoplicaban también a sí mismas la compasión recién expresada para el otro».  

leon3
Con la edad perdemos la espontaneidad, la inocencia y la capacidad de perdonar y olvidar

El objeto diana de consuelo era un niño llorando y se observó que, una vez habían consolado al pequeño y se transferían posteriormente a él (en lo virtual), sentían una mayor compasión que en los casos en los que simplemente percibían la situación como testigos externos desde fuera, y sin adquirir la identidad virtual del niño.  Aunque el estudio se realizó con mujeres, el Doctor Slater no establece diferencias en cuanto a género, exportando estos mismos resultados en el caso de hombres.

La tecnología aplicada en este tipo de experimentos, mediante el empleo de cascos y trajes monitorizados que alteran la percepción y crean una realidad virtual, supone un avance con el que poner en relieve cómo varían los comportamientos y las actitudes hacia uno mismo y los demás en función de la autopercepción. Ver estudio completo aquí.

Y ante tales hallazgos, cabe preguntarse: ¿Por qué no nos aplicamos a nosotros mismos la misma vara de medir que empleamos con los demás a la hora de juzgarnos? ¿Por qué el joven autor de “León come gamba” se corta la coleta y decide no volver a cocinar?  Mejor nos iría a todos si nos tratáramos con menos dureza a nosotros mismos y cuidáramos más a nuestro “niño interno”.

Relacionados

Últimas noticias

Subir arriba

Este sitio utiliza cookies para prestar sus servicios y analizar su tráfico. Las cookies utilizadas para el funcionamiento esencial de este sitio ya se han establecido.

MÁS INFORMACIÓN.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Versión Escritorio