Los grandes deportistas tienen psicólogo, ¿por qué?

El psicólogo deportivo ayuda a un entrenamiento mental que es tan importante o más que el físico. Te explicamos cómo lo hace.

Ana Villarrubia. 03/03/2016

Carolina Marín se proclamó campeona del mundo de bádminton en agosto de 2015 en Indonesia. Es la primera española en ganar este título, todo un logro sin precedentes. Y ya antes de forjarse su propio destino, la deportista avisaba ante la prensa de que, en caso de ganar la final, el destinatario de su primera llamada sería, nada más y nada menos, que su psicólogo.

Carolina Marín tuvo que dejar de entrenar a nivel físico... pero no mental
Carolina Marín tuvo que dejar de entrenar a nivel físico… pero no mental

En España esta joven onubense no es tan conocida como otras figuras que hicieron historia en deportes que pasaron del culto a la popularidad (como Fernando Alonso en la Fórmula 1 o Ángel Nieto en el motociclismo). Pero poca gente no reconoce su rostro en Asia, donde el bádminton es un deporte de masas. Como ella misma reconocía el pasado año a un periodista de Eurosport.es: “En Indonesia es como si fuera Cristiano”. Con todo y con eso, ya con la medalla al cuello y fiel a sí misma, siguió reivindicando la figura de Pedro del Río, su psicólogo deportivo.

El esfuerzo para ser una campeona también pasa por la mente
El esfuerzo para ser una campeona también pasa por la mente

Todo el mérito que ella se quita se lo atribuye a él. El caso de Carolina Marín no es anecdótico, porque detrás de los grandes triunfos no se esconde sólo lo más evidente -horas de esfuerzo y entrenamiento físico- sino también lo no tan evidente: horas de entrenamiento psicológico y preparación cognitiva para alcanzar la fortaleza mental que toda meta a largo plazo, requiere.

Son muchos los atletas, en cualquier ámbito del deporte, que reconocen y ensalzan la figura del psicólogo deportivo. Aunque no todos lo hagan de forma tan explícita como nuestra campeona de bádminton. Porque una lesión, un error o un fracaso inesperado pueden hacer tambalear toda una trayectoria deportiva en cuestión de segundos.

El psicólogo deportivo ayuda a tener herramientas ante adversidades
El psicólogo deportivo ayuda a tener herramientas ante adversidades

En un momento se desmorona el ánimo, se desajusta la expectativa y cede la motivación, y todo esto puede llegar a ejercer una influencia tóxica y descontrolada sobre cualquier deportista. Y puede desperdiciarse el esfuerzo de años de entrenamiento y horas de sacrificio. Por eso la inmensa mayoría de deportistas, especialmente si están en la élite o quieren estarlo, cuentan con un psicólogo de confianza especializado en psicología del deporte.

Con todo y con eso, el caso de Carolina Marín es especialmente significativo. La paradoja hizo que antes de jugar su gran final no pudiera siquiera entrenar durante semanas. Una lesión se lo impidió. No entrenó físicamente, quiero decir, que es lo que todos entendemos por ‘entrenar’. Pero no se quedó de brazos cruzados: entrenó mentalmente, se preparó a otros niveles igualmente importantes. Ya que no pudo ejercitar literalmente sus golpes y movimientos, tuvo que hacerlo visualizándolos, usando su imaginación. Pasó horas con su psicólogo exponiéndose a un entrenamiento mental. Y con ello consiguió descolocar a sus adversarias.

el psicólogo ofrece un tipo de entrenamiento que no tiene parangón
El psicólogo ofrece un tipo de entrenamiento que no tiene parangón

¿Cómo puede ser tan útil la contribución de un psicólogo deportivo? En situaciones como ésta, el psicólogo ofrece un tipo de entrenamiento que no tiene parangón. Gracias a este tipo de técnicas de visualización, los deportistas contemplan el juego desde otro punto de vista y se exponen, en su mente, a toda una serie de potenciales situaciones a las que es posible que tengan que hacer frente llegado el momento.

Se generan incluso nuevos patrones de acción, se experimenta al movimiento a través de la imaginación, y con ello se puede uno llegar uno a preparar estratégicamente. Se despliegan tácticas, se explotan recursos, se dota al deportista de nuevas herramientas. Todos los recursos que se entrenan pasan luego a estar disponibles y accesibles, listos para ser utilizados en el momento en el que vayan a ser necesarios en el momento decisivo, el del juego.

La confianza en uno mismo es fundamental para ser un campeón
La confianza en uno mismo es fundamental para ser un campeón

En el día a día uno confía más en uno mismo cuando sabe lo que tiene que hacer o cuando sabe que tiene suficientes herramientas para hacerle frente a lo que la realidad le vaya a deparar. Es algo así como salir a la calle cada mañana, sin importar a dónde nos dirijamos ni cuánto tememos los pasos que estamos a punto de dar, pensando lo siguiente: «Estoy tranquilo, confío en mí mismo, sé que me las apañaré porque ya lo he hecho antes, aunque las cosas salgan mal podré resolver la situación de un modo u otro». Creo que todos firmaríamos ahora mismo por este nivel de auto confianza.

A partir de ahí uno se mueve con seguridad, como pez en el agua. No se trata de preocuparse inútilmente de lo malo que pueda ocurrir, nada de eso. De lo que se trata es de sentir que uno está realmente preparado, con recursos alternativos y planes de acción para cada uno de los casos y ante cualquier tipo de adversidad. Es decir, sentir que uno controla. Después, ocurra lo que ocurra, la persona siente que tiene la seguridad de enfrentarse con soltura a lo que tenga que venir.

De lo que se trata es de sentir que uno está realmente preparado, con recursos alternativos
De lo que se trata es de sentir que uno está realmente preparado, con recursos alternativos

Ese es, en ocasiones y en función del motivo de consulta de la persona, parte del trabajo que se hace con un psicólogo clínico en una consulta tradicional. Y esta es exactamente la misma premisa que también explica el éxito de este tipo de técnicas psicológicas aplicadas al entrenamiento de los deportistas. Por eso el entrenamiento mental, una vez se ha llegado a un determinado estándar físico, es tan imprescindible cuando se trata de ser, dentro de la élite, el mejor.

La fortaleza mental completa a la física
La fortaleza mental completa a la física

¿Esto es todo? No, ni mucho menos. Esta es sólo la parte que más sorprende y que más llama la atención. El psicólogo deportivo, además, hace todo lo siguiente:

  • Contribuye a que el deportista genere expectativas óptimas: ni excesivamente inalcanzables ni demasiado poco motivantes.
  • Promueve una atribución adecuada de los éxitos y de las derrotas: mirando dentro cuando es ahí donde se deben encontrarse las responsabilidades o los méritos, y mirado fuera cuando éxitos o fracasos no pueden ser atribuidos de forma interna.
  • Dota al deportista de sensación de control: su evolución a lo largo de su carrera es una responsabilidad que le corresponde.
Proporciona herramientas para promover un mayor control de la emoción
Proporciona herramientas para promover un mayor control de la emoción
  • Contribuye a que el deportista sea capaz de optimizar sus recursos en cada prueba o en cada entrenamiento.
  • Proporciona herramientas para promover un mayor control de la emoción, una estabilidad que no interfiera con las rutinas deportivas.
  • Trabaja y entrena la atención y la concentración, focalizándola donde se requiera en cada momento.
  • Guía para construir independencia, eficacia y autoconfianza, sin importar la naturaleza de las condiciones externas en las que tenga que esforzarse y rendir al máximo.
  • Ayuda a resolver conflictos personales / profesionales de modo que la toma de decisiones o las estrategias de afrontamiento del deportista no se vean contagiadas por análisis excesivamente emocionales de su situación.
  • Apoya, motiva y acompaña en la organización de hábitos y rutinas de vida que sean compatibles con su desarrollo profesional
deporte 2
El deportista debe saber reaccionar en décimas de segundo

Las herramientas que la psicología pone al servicio del deporte de élite van más allá del mero acompañamiento, del apoyo o del trabajo motivacional. Todo ello es importante, sin duda, pero no es lo único. Gracias al trabajo del psicólogo deportivo, todo en el juego ha sido planificado, cada reacción ha sido prevista. Y ensayada en la imaginación gracias al potente poder de la mente. Incluso la incertidumbre ha sido prevista, y el deportista aprende  a hacer un análisis rápido de cada situación para así generar las soluciones más adecuadas.

La potencia sin control no sirve de nada”, rezaba el mítico eslogan de neumáticos Pirelli. Y bien podría ser el lema de toda carrera deportiva de éxito. El psicólogo deportivo no trata, porque a priori quien acude a él no lo hace con una patología concreta que tratar. El que acude quiere ser el mejor y quiere aprovechar todo lo que esté en su mano para conseguirlo.

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