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La depresión postparto es algo más o menos conocido (y aceptado socialmente) que, según la OMS, afecta a una de cada seis mujeres después de dar a luz. Hablamos de un estado en el que las madres que lo padecen tienen sentimientos de extrema tristeza, ansiedad y cansancio que sin embargo también pueden llegar antes del parto. De hecho la llamada depresión perinatal que Britney Spears ha reconocido que tuvo durante sus primeras gestaciones es un estado psicológico que puede darse desde el embarazo hasta el décimo mes de vida del bebé.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 2016 una guía para el tratamiento de la depresión perinatal. Sus autores determinaron entonces que este estado depresivo afecta a un 40% de las madres recientes de los países desarrollados; sobre todo después del parto.
Así nos lo explica la psicóloga clínica Ana Villarrubia: “Es un duelo que se vive con mucha vergüenza y muchísima culpa. Las madres que la tienen sienten que no tienen derecho a sentirse mal, porque no están viviendo la pérdida de alguien y eso les da mucha inseguridad y mucho desconcierto”.
Tal y como afirman los expertos, si los síntomas duran menos de dos semanas el episodio se conoce como ‘Baby blues’ o tristeza puerperal. Un estado pasajero que tal como viene, se va. No obstante, si duran más de dos semanas se considerarían depresión pre o post parto y necesitaría tratamiento profesional.
Por tanto, los números y la evidencia han puesto de manifiesto que el ritmo de vida que llevamos puede afectar negativamente a nuestra salud mental. Tanto es así que hechos positivos e ilusionantes como un embarazo o el nacimiento de un hijo son episodios a menudo estresantes que pueden ser difíciles de asumir por muchas madres por la sobrecarga que suponen a nivel físico y emocional.
De hecho, no hay que tratar a las personas que sufren esta depresión como desagradecidas o malas madres. Son personas enfermas que necesitan sobre todo mucho apoyo social y familiar, ya que la medicación debe evitarse en la medida de lo posible debido a su estado.
Según la guía de buenas prácticas publicada por la OMS “la comunicación sensible, clara y empática con la mujer y sus familiares” resulta fundamental para tratar la depresión perinatal. Además, “proporcionar terapia cognitivo-conductual si es posible y complementar el tratamiento con actividad física, relajación y reactivar la red social de la madre” pueden ser de gran ayuda.
Con todo resulta gratificante que personajes famosos como Britney Spears normalicen, hablando de ello, un mal que afecta a tantísimas mujeres y cuyo tratamiento se engloba dentro del cuidado de la salud mental.
La artista acaba de comunicar que está embarazada de su tercer hijo y ha explicado en redes sociales que se dejará ver poco durante este periodo por una sencilla razón. “… Cuando yo estaba embarazada tuve depresión perinatal… Tengo que decir que es absolutamente horrible 😔… Las mujeres no hablan de ello porque algunas personas consideraban peligroso el que una mujer se quejara con un bebé dentro de ella… Pero ahora las mujeres hablan todos los días… Gracias a Jesús que no tenemos que mantener ese dolor como un secreto reservado 🤫 😬😬😬… ¡Esta vez haré yoga 🧘♀️ todos los días! Repartiendo mucha alegría y amor 💕!!!
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