Pega con fuerza una nueva tendencia llamada ‘minimalismo vital’ basada en la máxima de Ludwig Mies van der Rohe del ‘menos es más.’ ¿Serías capaz de vivir con menos y abandonar la compulsividad a la hora de consumir? La acumulación de experiencias substituye a la materia en este modo de vida que cada vez cuenta con más adeptos dispuestos a reorganizar su vida y su tiempo.
Desde que la japonesa Marie Kondo convirtiera su libro ‘La magia del orden’ en un auténtico best seller, son muchos los que se han decantado por el orden, la no acumulación y la compra consciente en todo. El éxito de este modo de vida en auge es que promete la panacea de ser más feliz si se consigue eliminar el exceso de objetos inútiles y disfrutar más del tiempo.
Desprenderse del desear siempre más ofrece una claridad mental para poder ir a lo esencial y rebajar estados de ansiedad de la permanente insatisfacción que da el monstruo consumista que todos alimentamos en nuestro interior. Los minimalistas consiguen gestionar mejor su vida logrando salir del ruedo infinito de consumo desechable. ¿Cómo lograrlo? Lo primero que recomiendan es estar dispuesto a deshacerse de aquellas cosas que han dejado de ser importantes para uno.
Francine Jay , autora del libro ‘The Joy of less’ ofrece el primer paso: “Un estilo de vida minimalista implica ser consciente de lo que poseemos, lo que compramos y cómo invertimos nuestro tiempo”. O dicho de otro modo y como mantra: “Identifica lo esencial y elimina lo demás”. Para comenzar con la práctica se han inventado juegos como ‘30-Day Minimalism Game’ que consiste en retirar tres prendas al día durante un mes. Otra máxima aplicable es que “si entra uno, sale uno”. Este nuevo estilo de vida reacciona contra el consumismo desmedido y sin control y apuesta por el arte de simplificar.
Una vida plena no significa vivir rodeado de cosas. Ellos lo tienen claro pero también se vuelven reactivos a las definiciones de que “vida minimalista es igual a vivir en cuatro paredes blancas”. El estilo de vida minimalista no significa pasar carencias, vivir mal o ser reactivos con la globalización, pero sí poner en práctica el desapego emocional en el ámbito material. Según los expertos, acumular objetos está directamente relacionado con acumular emociones, pues la naturaleza del ser humano es llenar los vacíos emocionales con cosas materiales.
Joshua Fields Millburn y Ryan Nicodemus han demostrado en su documental ‘Minimalism: A documentary about the important things’ (Minimalismo: un documental sobre las cosas que importan) que aquellos que viven bajo el paraguas del ‘menos es más’ vuelven a tener en el orden de las prioridades, antes a las personas que a las cosas. Volver a la esencia de la vida, a la importancia de las experiencias sobre la materia, economizar en los usos de la tecnología, acortar compulsividad en el consumo y echar consciencia de aquello que realmente es necesario en nuestras vidas. Ese es, según muchos, el santo grial, el nuevo camino a la felicidad.
Si eres minimalista serás más rico por dentro y por fuera.
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