Siéntete guapa y sé más feliz
Superado el mítico 90-60-90, inalcanzable para la mayoría de las mujeres, se acepta que la belleza tiene que ver con la salud y con el atractivo que uno desprende.
Con el verano termina la “operación bikini”. Se sabe que con un paseo por la playa se pasan todos los complejos, pero lo cierto es que la dictadura de la delgadez y de la belleza están tan presentes en la sociedad actual, que afectan a nuestra propia imagen y a la seguridad que mostramos ante los demás en las distintas facetas de nuestra vida. La autoestima tiene que ver con el concepto que tenemos de nosotros mismos y más concretamente con la aprobación que nos hacemos: ¿nos gustamos?, ¿nos sentimos a gusto con nuestro físico y con nuestra personalidad?
Contestar a estas preguntas de forma afirmativa denota una alta autoestima, mientras que hacer lo contrario indica que sentimos inseguridad, ya sea por un tema físico o por razones de personalidad o de actitud. En cualquiera de los casos es un tema mental que vamos a transmitir a los demás, porque nuestra propia percepción afecta a lo que hacemos y cómo nos manejamos en sociedad.
El papel de la autoestima es tan importante que influye incluso en el aspecto físico de las persona. En realidad, ¿qué es la belleza? Superado el mítico 90-60-90, inalcanzable para la mayoría de las mujeres, se acepta que la belleza tiene que ver con la salud y con el atractivo que uno desprende, el cual no está vinculado únicamente a aspectos físicos como la altura, el peso, el color de ojos o el pelo.
Los cánones de belleza van cambiando con los años, aunque desde hace décadas impera la supremacía de la delgadez sobre la de los cuerpos normales. El hecho de manifestarlo para reivindicar la belleza de la normalidad fue la apuesta realizada por la marca Dove, de la multinacional Unilever, en una campaña publicitaria iniciada en el año 2004 y que se ha ido reciclando en años posteriores con el fin de luchar contra los estereotipos de belleza más exigentes.
Desde entonces la marca ha realizado estudios por la belleza real e incluso el llamado Movimiento Dove por la autoestima, al descubrir que hasta el 91 por ciento de las mujeres, fundamentalmente las mayores de 50 años, están hartas de un estereotipo de belleza alejado de la realidad, que resulta asimismo muy perjudicial para la autoestima femenina de las adolescentes.
En su estudio realizado a 1200 niñas de entre 10 y 17 años, la firma cosmética concluyó que sólo el 4% se ven a sí mismas guapas, observándose una presión cada vez más temprana en las niñas por acercarse al canon de belleza establecido, hasta el punto de afectar al 72% de la población estudiada. Sin embargo, el atractivo más importante de las personas deja al margen la belleza y se encuentra en un ánimo positivo que transmita seguridad. Es decir, que lo relevante no es rozar el canon de belleza preestablecido socialmente, sino tener una alta autoestima que refleje bienestar, normalidad y ausencia de problemas.
La propia Audrey Hepburn, icono de belleza y elegancia le daba poca importancia al aspecto físico: «Para tener hermosos ojos, mira por el bien de los demás. Para tener hermosos labios, pronuncia sólo palabras de bondad. Y para el equilibrio, camina con la certeza de que nunca estás sola». Los tratamientos estéticos pueden ayudarnos en la medida en que nos liberen de algunos complejos no muy graves, de forma que nos aumenten ese autoconcepto necesario para lucir bien, pero no por aumentar la talla del sujetador o por bajar la del pantalón necesariamente nos va a cambiar la vida.