Cuando vamos solas por la noche, cuando un hombre nos mira más de la cuenta, cuando nos gritan, cuando nos insisten en tener relaciones sexuales. Los casos en los que las mujeres nos sentimos amenazadas en términos de integridad física son múltiples. Las mujeres seguimos teniendo que vencer algunas barreras inexistentes para los hombres, como el acoso callejero. Afortunadamente, cada vez existen más proyectos tecnológicos y digitales con los que hacer frente a esos temores. Hoy compartimos algunos de estos recursos y apps de seguridad para mujeres contra el acoso callejero.
En la lucha por el feminismo no podemos olvidar uno de los puntos débiles de la mujer en la actualidad: la seguridad. Por más igualdad, o supuesta igualdad, que vayamos alcanzando respecto a nuestros novios, maridos o compañeros de trabajo, las mujeres seguimos teniendo miedo. Y nuestro miedo es fundamentalmente físico a ser agredidas.
El miedo femenino es, paradójicamente, tan lógico como irracional. Su lógica se remonta a un tema biológico y evolutivo. Es tan sencillo como que las mujeres solemos ser más débiles que los hombres, físicamente hablando. Según las teorías de la psicología evolucionista, las mujeres también tenemos mucho más que perder en caso de una interacción sexual, como pueda ser un abuso o violación. Nuestro riesgo es, nada más y nada menos, que el quedarnos embarazadas. En términos evolutivos, esto supone desperdiciar una de nuestras pocas células reproductivas que tenemos (los hombres tienen millones), con la persona no elegida. Y que tampoco estará ahí para ayudar con la carga extraordinaria de los hijos.
Como resultado de la herencia de este miedo biológico, las mujeres de nuestro tiempo y cultura todavía disparamos a veces una respuesta de alerta cuando no corresponde. En consecuencia, tenemos un miedo irracional por defecto cuando, por ejemplo, nos encontramos a solas con un desconocido en un espacio aislado. O si nos cruzamos con algún hombre a mitad de la noche y sin otros testigos. O si se nos insinúan, decimos que no, y la reacción del hombre es agresiva. Nuestros vestigios evolutivos nos previenen de que algo nos podría pasar, incluso si el hombre en cuestión es un pobre inocente que va a lo suyo y no alberga mala intención. En este sentido el miedo sería irracional pero instintivo.
Está claro: el miedo es uno de esos obstáculos que las mujeres seguimos teniendo que vencer. Ejemplo de ello es el acoso callejero que surge en las calles cuando nos piropean, persiguen o dicen cosas contra nuestra voluntad.
Con todo, existen diferentes maneras de aproximarse a esta singular batalla contra el miedo de la mujer a ser agredida. Todo ello sin recurrir a campañas que generen polémica, como la de “Sola y borracha quiero llegar a casa”, al hacer alusión a la normalidad e inocuidad del abuso en el consumo de alcohol y sustancias.
Actualmente existen algunos proyectos y herramientas de gran valor para hacer sentir a las mujeres más seguras contra el acoso callejero.
El año pasado varias estudiantes españolas ganaron el premio internacional Technovation Challenge creando una app de seguridad para mujeres. Lo hicieron en base a su propia experiencia cuando se preguntaron qué podrían hacer para dejar de sentir miedo cuando volvían a casa de correr por la noche. Así crearon When & Where, una app que pretende dar ese plus de ayuda para sentirnos seguras.
La idea es que generalmente solemos tener unas rutinas e itinerarios dentro de nuestras salidas más habituales (para ir al centro de estudios, al trabajo, a hacer running…). Sobre esta base, When & Where detecta anomalías y obtiene la ubicación del usuario en tiempo real, para enviar una alerta, en caso necesario, al número de contacto establecido por la usuaria.
Para tratar de contener este miedo, a base de analizarlo, existe actualmente un proyecto internacional y pionero financiado por la Comisión Europea. Hablamos de Safer cities for girls. En esta página web las usuarias pueden denunciar de forma anónima las ubicaciones de la ciudad en la que sienten miedo.
Se trata de una iniciativa creada por la ONG Plan Internacional junto con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Con ella dan voz a las mujeres más jóvenes para que compartan sus experiencias en espacios públicos. A través de un mapa web público podrán señalar aquellos lugares en los que se han sentido acosadas o inseguras, o por el contrario, cómodas y seguras.
El resultado de esta información no quedará ahí, sino que será analizada y reportada a quien corresponda. Como ellos explican, “los datos obtenidos serán presentados a las instituciones, responsables políticos y proveedores de servicios de estas ciudades”.
Por el momento esta plataforma es aplicable en Madrid, Barcelona, Sevilla, Amberes, Bruselas y Charleroi, pero mantiene una clara vocación de seguir creciendo. “Queremos promover, con la participación de las jóvenes, soluciones para que las ciudades sean lugares de inclusión, tolerancia y oportunidades, porque la sociedad vive con preocupante normalidad que las chicas sean acosadas a diario en el espacio público. Sin embargo, es una cuestión de desigualdad de género que afecta directamente a sus derechos: a su libertad y a su igualdad”, asegura Lara Martínez, directora de Incidencia Política de Plan International.
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