Futuro sinuoso para el lujo
Las grandes firmas del sector asumen que el trimestre actual no va a ser bueno y que la situación podría empeorar.
Estamos a las puertas de la publicación de resultados del primer semestre y las previsiones no son muy optimistas. Tras un flojo primer trimestre, los analistas no creen que la situación haya mejorado entre abril y junio. En general, las expectativas se sitúan en crecimientos muy residuales de forma global –comportamiento plano- con incrementos modestos para algunos negocios y caídas para otros.
Para el segundo semestre, quedan muchas dudas acerca del impacto real que va a suponer el triunfo del Brexit para la industria. Por un lado, parece claro que las empresas británicas van a sufrir por la incertidumbre y el desplome de su divisa (se cambia ya claramente por debajo de 1,2 euros por libra), mientras que por otra parte este mismo hecho, la debilidad de la libra, podría impulsar las ventas en Reino Unido, donde sus productos están mucho más baratos que en otras partes del mundo, compensado esa debilidad local.
En realidad, es muy probable que este impacto dependa de las propias empresas, de su voluntad de unificar precios a nivel global. Históricamente, cuando una moneda o un conjunto de monedas se han debilitado, las empresas han ajustado los precios para mantener la ‘paridad’ del poder de compra. Esto se produjo en los últimos años en Japón y en varias regiones de Asia. Si la situación se repite, este impacto podría limitarse en gran medida.
De cara a este segundo trimestre y primer semestre en general, las previsiones para Europa apuntan a una cierta debilidad, con presión sobre el turismo tras los atentados del pasado año, el impacto del Brexit en la última semana de junio y la estabilidad relativa del euro, que ha reducido el efecto positivo de los pasados trimestres. Las expectativas más pesimistas son para los fabricantes de relojes, una tendencia que ya se anticipada en las exportaciones de relojes suizos, que no han dejado de caer desde hace muchos meses. Estamos hablando de caídas esperadas de beneficios de doble dígito para compañías como Swatch o Richemont.
En lo que respecta a Japón, todo hace indicar que las perspectivas no son tampoco halagüeñas, ya que tras los movimientos del yuan y el yen en el mercado de divisas, los productos europeos son más caros en Japón que en otras naciones asiáticas, incluyendo China. Este problema para Japón supone en cambio una ligera ventaja para el resto de Asia, con China y sobre todo Corea al frente, y que incluso parece estar reduciendo el castigo que padece Hong Kong desde el año pasado
Algo parecido sucede con Estados Unidos, que se enfrenta al fortalecimiento de su moneda respecto a la gran mayoría de las divisas internacionales y a los problemas locales de la industria, entre los que destaca el nivel de inventarios (excesivamente alto para los actuales niveles de demanda) y al exceso de ofertas que se están llevando a cabo en los últimos meses, una tendencia que está socavando la rentabilidad del sector.
Entre los principales nombres que centrarán el interés de los inversores destaca Burberry. La empresa británica contabiliza sus resultados en libras pero menos de un 15% de su negocio procede de UK, por lo que sin duda se beneficiará de la debilidad de la libra. Algunos expertos, como JPMorgan, estiman que obtendrá al menos 90 millones de libras adicionales de beneficio operativo (Ebit) gracias al tipo de cambio.
Otro nombre propio que centrará el interés será Hugo Boss, ya que muchos la consideran como una de las principales perjudicadas del Brexit dentro del universo de grandes marcas de la Unión Europea. Casi un 15% de sus ventas proceden de UK y la mitad de su negocio llega de Europa Continental, muy dependiente de una demanda interna que no pasa por su mejor momento.
Dentro de la industria relojera, hay dos grandes protagonistas: Swatch y Richemont. Para el primero las estimaciones son bastante pesimistas, ya que suele ajustarse mucho a la evolución de las exportaciones suizas de relojes y los datos de éstas han sido bastante negativos. Si se cumplen las previsiones de los expertos, podemos ver retrocesos del 10% de las ventas y del 20% del beneficio operativo. En cuanto a Richemont, también sufre un impacto similar por la caída de la demanda de sus productos, además del impacto de los movimientos del franco suizo. En todo caso, el impacto del Brexit en las divisas tendrá para esta compañía un ligero efecto positivo, ya que publica sus resultados en euros.
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