Quien tiene un Porsche, tiene un tesoro

Si hablamos de coches deportivos de alta gama es imposible no mencionar Porsche. Fundada en los años 30 en Stuttgart (Alemania), la marca ha sabido desde entonces mantener su esencia sin renunciar a los nuevos gustos y necesidades de los amantes de los automóviles. Por eso será que dicen que comprarse un 911 es, a la vez, un capricho y una inversión. Según algunas estadísticas, el Porsche 911 Carrera 4S es, dentro de su gama, el deportivo que menos se deprecia una vez estrenado.

Pero no sólo del 911 vive la marca. Tras revolucionar el segmento SUV con su exitoso Cayenne, el fabricante lanzó en 2014 el Macan, un todoterreno más compacto. Por no hablar de la reinvención del concepto de berlina de lujo que supuso el modelo Panamera.

Pero estos no son los principales activos de la compañía, sino su posición como máximo accionista de Volkswagen, que le dio un buen disgusto cuando este verano saltó a la luz el escándalo de emisiones de sus vehículos. Esta participación la ostenta desde que en 2008 fracasase en su intento de hacerse con el control absoluto de la compañía. A raíz del escándalo y la consiguiente caída de las acciones de Volkswagen, Porsche ha aprovechado para elevar su participación, que a día de hoy supone el 32% de los derechos económicos (dividendos) y el 52% de los políticos (derechos de voto).

Las ventas de Porsche aumentan año a año. A falta de conocer las cifras de 2015, en 2014 vendió casi 190.000 vehículos, lo que supuso un crecimiento del 17% respecto al año anterior. Salvo sorpresa, China habrá superado a EEUU como principal mercado de la compañía. Su fuerte posición en EEUU es positiva en cuanto a que la marca se beneficia de la revalorización del dólar, lo que ayuda a compensar la devaluación que están sufriendo las divisas asiáticas y latinoamericanas.

Como no podía ser de otra manera, las acciones de Porsche sufrieron en 2015 por los problemas derivados del escándalo de emisiones de Volkswagen, que provocó una caída del 25% en el conjunto del año. Tampoco ha empezado con buen pie 2016, sobre todo por las caídas generalizadas en las bolsas europeas y por las dudas sobre el crecimiento futuro de China, el que está llamado a ser principal mercado de Porsche.

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