¿Un banco que respeta el Corán? Sí, en Alemania
En un momento convulso para lo diferente en Europa. La banca islámica planta cara a los tópicos y se consolida en Alemania.
KT Bank AG es el único banco islámico con presencia en Alemania y, según la compañía, el único de la zona euro que respeta los mandatos del Corán. Entre sus planes: hacerse con el dinero de 20.000 de los cuatro millones de musulmanes que viven en el país germano antes del finales de 2017. El adjetivo ‘islámico’ junto al sustantivo ‘banco’ puede despertar recelo en algunas personas, sin embargo sólo describe a un tipo de entidad financiera que respeta la doctrina del Corán y que, efectivamente, tiene una sala de rezo para sus empleados orientada a La Meca.
KT Bank AG es una filial del banco turco Kuveyt Türk, participado en un 62% por capital kuwaití. Abrió su primera oficina en Alemania en 2015 y da trabajo a alrededor de 100 personas en las tres sucursales que ya tiene (Frankfurt, Mannheim y Berlín). La elección del país para la implantación no es baladí, pues Frankfurt es la capital financiera de Europa y la gran mayoría de la población musulmana que habita en Alemania, en torno a un millón y medio, son inmigrantes turcos.
La simple y pura existencia de este tipo de entidades es en sí una paradoja, porque el Corán prohíbe la usura y el cobro de interés en préstamos de dinero. Siendo estas dos últimas las razones de existir de un banco, la entidad las sortea convirtiéndose en un mediador: cuando el cliente compra algo, es el banco el que compra el producto por él y luego se lo revende (a plazos, si fuese necesario) añadiéndole un mark-up. Además, la cantidad final que el cliente pagará por su producto se acuerda antes de que la compra ocurra y no fluctúa aunque el mercado lo haga. De esa manera, banco y cliente comparten riesgos y beneficios y, por lo tanto, no se puede considerar usura a los ojos del Islam.
Les gusta llamarlo ‘economía real’. El banco conoce el destino del dinero así que lo adelanta por el cliente y así controla que no se va a emplear en ninguna actividad ilegítima.Por respeto a esos mismos valores, el banco no puede invertir en productos financieros o empresas relacionadas con el cerdo, el alcohol o el juego -todos prohibidos por el Islam- o en aquellas que no se financien respetando las reglas de la banca islámica. Para los escépticos, recordarles que si existe un índice Dow Jones específico para este tipo de empresas -el Dow Jones Islamic Market- es porque hay un número significativo de sociedades que observan estas normas.
Aunque no existe ninguna estadística, porque KT no pregunta la filiación religiosa a sus clientes, estiman que sólo un 20% de ellos no son musulmanes. Atendiendo a la población musulmana que habita en Francia -el 7,5%-, cualquiera diría que el país galo sería el siguiente destino natural de implantación. Sin embargo, por el momento, el banco no tiene planes de expansión por Europa. Eso sí, tienen muy presente a los más de un millón de refugiados que en 2015 llegaron a Alemania. Para ellos, dicen, tienen ya productos especiales.