Volar en business ya ‘no es lujo’
Si creías que esto era lo más lujoso dentro de un avión, prepárate para volar sentado en el SkyDeck, un asiento pensado para viajar muy por encima de cualquier clase.
Si siempre has querido volar sin sentirte encerrado, muy pronto podrías tener la oportunidad de hacerlo en el SkyDeck, una cúpula transparente con un ángulo de visión de 360º, concebida para que los pasajeros disfruten de las mejores vistas posibles durante el vuelo.
El SkyDeck es fruto de la investigación de la empresa estadounidense Windspeed Technologies. La idea, presentada durante el último encuentro de la National Business Aviation Association en Las Vegas, parece haber despertado el interés de algún fabricante de aviones europeo, pero de momento no hay ningún pedido, según confirma Shakil Hussain presidente y CEO de la compañía. El observatorio está pensado para que se pueda instalar en cualquier clase de avión, es decir, hasta los aviones privados -gulfstreams- pueden tener uno.
El coste va de los ocho hasta los veinticinco millones de dólares (para los aviones de pasajeros) y de tres a seis para los más pequeños. Todo depende de la versión que escojamos. La de un solo asiento y con acceso a través de una escalera es la más barata y es la que recomiendan usar para los jets privados. La que cuenta con sitio para dos ocupantes y a la que se accede con ascensor es la más alta de la gama y la que llevarían las aeronaves más grandes. Con todo, el precio lo marcará el tipo de avión en el que lo queramos instalar y, por supuesto, el número de pedidos.
Pese a que la fricción se traducirá en un aumento del gasto de combustible -casi imperceptible, dicen sus creadores-, su diseño no afecta al funcionamiento normal del avión y tampoco interfiere con la función de la cola, ya que se integra perfectamente en la aerodinámica de la nave.
En este mirador exclusivo, los asientos giran sobre sí mismos para poder disfrutar de una panorámica completa y están equipados con un sensor GPS para conocer la posición exacta del vuelo. Además, la cúpula viene preparada para que no se empañe durante el trayecto, está perfectamente insonorizada yprotege a los pasajeros de las radiaciones ultravioleta. Por supuesto, su diseño copiado del que se usan en los jets supersónicos -los que son capaces de cruzar la barrera del sonido-, soporta todo tipo de inclemencias.
Situado más bien en la parte trasera del avión por razones de aerodinámica, el Skydeck se puede comercializar tanto de manera exclusiva, como atendiendo al tiempo que los usuarios quieran disfrutar dentro de él. Según Hussain, tardarían 18 meses en tener la mampara lista a partir de la recepción del pedido. Sin embargo, el tiempo de instalación y pruebas se reduce a cuatro meses. De momento, el invento está a la espera de recibir la patente, pero por fin el entretenimiento a bordo es algo más que una pantalla un poco más grande.