El agua no siempre baja del cielo, a veces sube
La Granja de San Ildefonso, en Segovia, pone en marcha esta noche sus fuentes en un espectáculo que atrae a miles de visitantes.
Cuentan que el rey Felipe V durante uno de sus viajes quedó maravillado por el paisaje segoviano y las posibilidades para la caza que ofrecía. Así que mandó contruir un palacio, aprovechando una ermita y una granja –de ahí el nombre- que los monjes jerónimos tenían dedicada a San Ildefonso. En un principio lo quiso hacer residencia de verano, pero Isabel de Farnesio -su segunda esposa- impresionada por los palacios franceses de Versalles consiguió que fuese más grandioso y acabó convirtiéndose en el Real Sitio de La Granja. Se trata de uno de los mejores ejemplos de arquitectura palatina de Europa con claras influencias versallescas y que hasta el siglo XIX fue residencia real.
La fachada se construyó con piedra rosa traída de Sepúlveda y mármol de Carrara, y los salones están adornados con ricos tapices y bóvedas pintadas al fresco. En el exterior, uno de los mejores ejemplos que hoy se conservan de jardines del XVIII. Ocupan unas 146 hectáreas de las que casi la mitad son auténticos bosques con especies centenarias, estatuas y, sobre todo, fuentes y cascadas con surtidores que alcanzan los cuarenta metros de altura.
Si visita La Granja hágalo en la tarde del 25 de agosto. Las fuentes se ponen en marcha -debido a la escasez de agua- solo tres días al año: 30 de mayo (San Fernando), 25 de julio (Santiago), y 25 de agosto (San Luis). Este último es el que más impresiona, pues lo hacen los ocho grupos de fuentes que se van alternando en un espectáculo que atrae a miles de visitantes.
Hay un total de 26 fuentes, casi todas con historias mitológicas. Las principales son El Canastillo en la parte alta de los jardines; Las Ranas con 64 surtidores en forma de rana (humanos transformados en animales por la diosa Letona; Los Baños de Diana (la más espectacular) que representa la escena de Diana en el baño; La Fama que con su clarín lanza un chorro que alcanza más de 47 metros de altura; La Carrera de Caballos (106 surtidores) o Fuente de Neptuno; Cascada Nueva (tres fuentes con un total de 33 surtidores) frente a la fachada del palacio; Las Ocho Calles con Mercurio llevando en brazos a Psiquis; y Los Vientos dedicada al dios Eolo.
Es un placer ir recorriéndolas entre los parterres. A 70 Km de Madrid y 11 de Segovia. Tienen fama el cordero, el cochinillo y los “judiones de La Granja”. Hay varios restaurantes que tienen horno de leña. Para dormir el Parador que fue anteriormente palacio mandado levantar por Carlos III para los infantes. Si queda tiempo visitar «El Museo del Vidrio» en el mismo pueblo de La Granja, en lo que fue antigua Real Fábrica de Cristales que se creó en 1727 y admirar las Secuoyas centenarias situadas a la entrada del palacio. Se les conoce con los nombres de El Rey, que mide de 43 metros de altura y La Reina, de 38. En los jardines hay además tilos, castaños de indias, y cedros.
