¿Son los zurdos más inteligentes?
Los científicos no se ponen de acuerdo, pero te damos algunas claves para ayudar a tu hijo en el caso de que sea zurdo.
Casi todos los diestros sentimos fascinación por los zurdos. Éstos apenas alcanzan el 10% de la población, y, durante décadas, fueron presa de una superstición que los convirtió casi en apestados sociales, a los que había que evitar y cuyas familias trataban con crueles prácticas correctivas. Hoy es parte del pasado, pero aún así los niños zurdos despiertan interés y curiosidad, además de necesitar unas consideraciones especiales.
Grandes genios pertenecen al grupo de los izquierdos, como Beethoven o Leonardo da Vinci, y otro montón de líderes políticos como Bush, Obama o Clinton. Entre las mujeres zurdas, que son menos numerosas que ellos, destacan importantes personalidades femeninas de la interpretación como Julia Roberts, Nicole Kidman o la propia Marilyn Monroe.
A pesar de la creencia popular de que unos y otros sean personas más inteligentes, a nivel científico esto no ha quedado tan claro. De hecho, simplemente se ha podido contrastar una mayor capacidad para el pensamiento divergente en hombres zurdos, no así en mujeres, relacionándose esto último quizá con el hecho de que nacen más niños zurdos que niñas.
La superioridad en este campo manifestada por gente zurda se puso de manifiesto en una investigación publicada en The American Journal of Psychology y realizada por el doctor Stanley Coren, de la University of Brisish Columbia (Canadá), según la cual los hombres zurdos serían más brillantes que la media y con la facultad de generar gran cantidad de ideas diferentes y creativas para la solución de un problema.
Al margen de estas evidencia, no todos piensan igual. Michael C. Corballis, Doctor en Psicología y profesor de la Universidad de Aucklan especializado en lateralidad y desarrollo neurocognitivo, afirmaba en una entrevista reciente que, a pesar de la tendencia a dar por hecho que las personas creativas son zurdas, esto “no es más que una mitología que ha surgido alrededor de los zurdos”. Estos, según su criterio, en realidad tienen una lateralidad mucho más mezclada que los diestros y él mismo lo considera una falacia que obedece “a la creencia popular de que la parte derecha del cerebro es más creativa que la izquierda. Lo que les sucede a los zurdos es que siguen un modelo de lateralidad mucho más mezclado, seguramente resultado de una localización al azar de su respuesta manual”, aclara.
En lo que no hay discusión es en el hecho de que se ven obligados a desarrollar toda una serie de habilidades para desenvolverse en un mundo diseñado para diestros, hecho que tal vez les haga, como mínimo, parecer más inteligentes o creativos.
Inteligencias múltiples versus Cociente Intelectual
A pesar de que existan detonantes o indicios que nos puedan dar pistas sobre una mayor habilidad intelectual, definir si una persona es más o menos inteligente ha dejado de ser una cuestión fácilmente definible a través de un solo índice como el Cociente Intelectual. De un tiempo a esta parte, según explica el Doctor Juan Antonio Cruz Velarde, como experto neurólogo especializado en neurodesarrollo infantil, «el grado de inteligencia se aborda ahora desde la perspectiva de las inteligencias múltiples».
Es decir, que ya no se habla solo de un tipo de inteligencia, sino de varias, lo que viene a definir “mayores capacidades en diferentes áreas. Dependerá del área de desarrollo de determinadas áreas del cerebro”, aclara. Respecto a los zurdos, “debido a su cambio hemisférico quizá puedan tener más capacidad creativa o no verbal”, pero tampoco hay una evidencia.
Temores infundados. Se dice que un niño es zurdo cuando el hemisferio derecho domina su actividad cerebral y tiene preferencia por utilizar el lado izquierdo de su cuerpo: mano, pierna, ojo, oído… Aproximadamente un diez por ciento de los niños son zurdos, pero en su camino se encuentran con la dificultad añadida de desenvolverse en un mundo diseñado para diestros. Entre los temores de los padres de niños zurdos se encuentra el que alcancen un desarrollo menor en su aprendizaje o que adquieran menores habilidades en la lectura, la escritura o el cálculo.
Además, a menudo temen por su destreza manual o su orientación espacial. Sin embargo, a ojos de los expertos, estos miedos son infundados y sólo tendrían razón de ser en el caso de niños zurdos a los que se les ha forzado a usar la mano derecha o en aquellos jóvenes con lateralidad cruzada que no la hayan desarrollado bien.
8 consejos para tratar con niños zurdos.
- Conviene observar al niño para ver hacia dónde se dirige en términos de lateralidad, sabiendo que comenzará a manifestarse a partir de los tres años.
- Para detectarlo, lo mejor es observarlo jugando espontáneamente: ¿En qué oreja se pone el teléfono de juguete?; ¿con qué pierna le da al balón?; ¿con qué mano colorea?
- Será importante comprensión del fenómeno y el mantener una actitud de apoyo: enseñarle sin forzar y no castigar los errores que pueda tener, por ejemplo, en escritura.
- Si por casualidad algún compañero se metiera con él, dale argumentos para que se sienta especial en el sentido positivo de la palabra: “Soy zurdo como Rafa Nadal”.
- Una vez detectada la zurdera será bueno organizar el entorno para su necesidad, comprando material escolar apto, como puedan ser las tijeras para zurdos.
- Ubica las tiendas de tu ciudad o compra por internet en El rincón del zurdo.
- Comunica el hecho a los profesores para que sienten al niño con otro niño zurdo, o junto a un diestro, pero de forma que no choquen los codos.
- Por su tendencia a escribir en forma de gancho, hay que darles la técnica para hacerlo bien, y además se aconseja el uso de lápices con tres lados, en vez de con seis.
- Los zurdos tienen una dificultad añadida al resto de los niños, por lo que con ellos será especialmente importante recompensar sus logros y no machacar sus errores.
Entrenando el ambidextrismo. Hoy en día existe una corriente pedagógica que invita a los padres y cuidadores a desarrollar en los niños capacidades ambidiestras, al margen de su lateralidad funcional y dominante, que se desarrollará sola. Según explican los expertos, no se trata de forzar al niño, sino de hacerlo “más capaz” de utilizar el lado no dominante. Un ejemplo de este esfuerzo y su recompensa, se podría ver en el piano o en cualquier otro instrumento en el que se empleen ambas manos: la izquierda (en los diestros) siempre cuesta mucho más. Estimulando el uso de ambas manos en diferentes ejercicios, presumiblemente conseguiremos que se utilicen más los dos hemisferios cerebrales y otras ventajas en su desarrollo potencial, manejándose mejor en el entorno.
Si bien entrenar la competencia de ambos hemisferios cerebrales es positiva, algunos estudios han demostrado que los ambidiestros naturales y con un cerebro demasiado simétrico, son también más propensos a tener dificultades ligüísticas, escolares, e incluso problemas de TDAH. Al margen de la conveniencia o de las consecuencias potenciales del ambidextrismo, no se puede negar lo ventajoso que sería para cualquiera el ser competente en ambas manos indistintamente: algo tan bueno como infrecuente, ya que este hecho se presenta sólo en una de cada cien personas.