Bali, un paraíso natural más allá de la playa
La isla de Bali es famosa por sus playas paradisiacas que además son un reclamo para los surfistas de todo el mundo pero también es un destino de naturaleza privilegiado.
Su fama como destino turístico la precede y muchos visitantes se acercan a Bali, esta pequeña isla de Indonesia, atraídos por la belleza de sus playas, la amabilidad de sus gentes, su gastronomía o su patrimonio cultural. No en vano es llamada la ‘Isla de los mil templos’. Aunque la realidad en este caso supera la leyenda porque su cantidad aproximada es de unos diez mil, un número realmente impresionante sobre todo teniendo en cuenta su tamaño.
En efecto, Bali tiene una longitud de este a oeste de 140 km, pero en su reducida superficie engloba gran diversidad de elementos naturales. Volcanes, selva, montañas, arrecifes de coral, lagos y cascadas se dan cita en su geografía.
Localizada en pleno Cinturón de Fuego del Pacífico, Indonesia es un país de volcanes y Bali no es una excepción. El volcán Batur es uno de sus principales atractivos turísticos. Visita obligada para el turista de naturaleza, ofrece unas vistas impresionantes desde su cima a la que se accede tras un trekking de tres horas. Es habitual subir de madrugada para ver amanecer desde sus 1.700m y contemplar el lago Batur a sus pies.
Menos visitado es el volcán Bratan, rodeado de lagos que inundan parte de sus calderas: Bunyan, Tamblingan y Bratan. En medio de este último, sobre un islote se encuentra el templo Pura Ulun, dedicado a la diosa que habita este lago. El Gunung Agung es el volcán más alto de Bali, sagrado para los hinduistas, pero que debido a su última erupción en 2017 es difícil de visitar.
Otro de los atractivos naturales son los saltos de agua que salpican su abundante vegetación. Las cascadas de Goa Batu son de las más impresionantes donde los locales acuden a darse un baño; la cascada de GitGit es la más alta de la isla y muy cerca se encuentran también las famosas Cascadas Gemelas.
Por otro lado, también el paisaje humanizado tiene su encanto. Rodeando a la ciudad de Ubud nos encontramos el típico paisaje balinés formado por las famosas terrazas escalonadas donde se cultiva el arroz y que constituyen una de las postales más idílicas de Bali además de proporcionar la base para su gastronomía.
Pero si queremos conocer la naturaleza de este rincón de Indonesia, definitivamente es necesario visitar el Parque Nacional de Barat-Bali o Bali Occidental, que protege el diez por ciento de su superficie e incluye ecosistemas tan distintos como manglares, marismas, arrecifes, selva o sabana.
La fauna de Barat-Bali incluye leopardos, ciervos, búfalos salvajes, monos y gecos, entre otros. Una pena que ya no se encuentre entre los habitantes del parque el tigre de Bali. Esta subespecie de tigre ya extinguida era la de menor tamaño y solo vivía en la isla. Desaparecieron en 1937 debido a la presión de la actividad humana y su caza directa.
Entre la gran variedad de especies de pájaros del parque destaca el estornino de Bali. Un animal en peligro crítico de extinción con riesgo de correr la misma suerte que el tigre endémico de Bali, quedan unos mil en cautividad y apenas una decena en libertad. Se trata de un llamativo pájaro blanco de cola negra y con un curioso anillo ocular azul que es el símbolo de la fauna de la isla y que aparece en las monedas indonesias.
En el mismo parque es posible realizar rutas por la selva, manglares o montañas y bucear en jardines de coral, que forman paredes de 40 metros de alto. Un auténtico lujo que se suma a todas las maravillas que esta pequeña ínsula ofrece al amante de la naturaleza. No nos olvidemos que otro de los apodos de este paraíso es la ‘Isla de los dioses’. Aquellos a los que nos gustaría pedirles que esas maravillas no desaparezcan nunca.