El medio ambiente no es una moda ni cuestión de un día
La contaminación por plásticos de los océanos, el aumento de emisiones contaminantes y la necesidad de apostar por las renovables, entre los retos por el Día del Medio Ambiente.
Hoy, 5 de junio, se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Medio Ambiente, un día para reflexionar y concienciar de los retos a los que se enfrenta nuestro planeta. Según la ONU, esta jornada ha ido ganando relevancia desde que comenzó a celebrarse en 1974 y ahora es una plataforma mundial de divulgación pública con amplia repercusión en todo el globo. El tema de este año, ‘Sin Contaminación Por plástico’, hace un llamamiento a la población de todo el mundo para reducir el consumo de estos materiales. Cada año se vierten en los océanos ocho millones de toneladas de plástico, lo que amenaza la vida marina y humana y destruye los ecosistemas naturales.
Como afirma el secretario general de la ONU, António Guterres: “Todos debemos contribuir a proteger nuestro único hogar, pero quizás sea difícil saber qué hacer o por dónde empezar. Nuestro planeta está inundado de residuos plásticos nocivos y ya hay más microplásticos en los mares que estrellas en nuestra galaxia. El mensaje de este Día Mundial del Medio Ambiente es simple: rechaza el plástico de un solo uso. Si no puedes reutilizarlo, recházalo”.
Además de la invasión de los plásticos, el planeta afronta otro peligro inminente: el cambio climático y el calentamiento global, agravado por el aumento de las emisiones contaminantes. De hecho, las emisiones de CO2 aumentaron en España en un 4,46 % en 2017 respecto al año anterior, lo que supone un incremento récord desde que entró en vigor el Protocolo de Kioto en 2005, según datos del informe ‘Evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en España 1990-2017′ presentado por CCOO. El secretario confederal de Medio Ambiente del sindicato, Mariano Sanz, ha achacado este aumento en las emisiones causantes del cambio climático a un mayor uso y procesado de combustibles fósiles, dado que la utilización del carbón para generación eléctrica creció un 21% en 2017.
Apostar por las energías renovables es una de las claves para lograr esta transición energética demandada por todos los sectores de la sociedad. Bien lo saben compañías como Iberdrola, que lleva años alertando de los peligros del cambio climático y la necesidad de impulsar las tecnologías limpias de generación de electricidad. Esta compañía, líder mundial en eólica, ya ha anunciado que cerrará todas sus centrales de carbón en el mundo y destinará 25.000 millones de euros hasta 2020 para consolidarse como una de las eléctricas con menores emisiones contaminantes. El ejemplo de Iberdrola demuestra, además, que es posible ser una empresa rentable y contribuir al desarrollo social mientras se lucha a la vez contra el cambio climático.
“La apuesta por las energías renovables no es opcional», asegura su presidente, Ignacio Galán, recordando el efecto que el uso de fuentes de energía contaminantes está teniendo sobre el medio ambiente y la salud de las personas. Galán considera «irreversible» la transición hacia una energía basada en fuentes renovables en lugar de fósiles y afirma que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ya ha dicho que el mundo va a ir a una mayor electrificación «con unas energías que no van a estar dependiendo de combustibles fósiles sino utilizando aquello que tenemos de una manera sostenible y renovable».
A juicio de este ejecutivo con una amplia experiencia en el sector, la energía que se va a consumir dentro de la nueva economía más electrificada se tiene que producir con fuentes renovables, que, además, son más baratas. En este sentido, señala que los costes de producir con energía eólica o fotovoltaica son un 30% inferiores a la producción con carbón, con gas o tecnologías nucleares, como se ha visto en España en las últimas subastas de renovables. El presidente de Iberdrola cree que iniciativas como poner puntos de recarga para vehículos eléctricos o reforzar la red no servirían de nada en la lucha contra el cambio climático, si la energía se sigue produciendo con fuentes tradicionales en lugar de con renovables.