Música de cambio: zapatillas y no tacones

No hay música para mujeres, la música es universal y habla de lo que ocurre, como el resto de las artes.

Sandra Barneda. 30/07/2018

Las canciones siempre han ayudado a potenciar reivindicaciones. Desde siempre han marcado la línea por la que todos marcábamos el paso de nuestra sociedad. Cantantes de nueva generación como Aitana, Ana Guerra, Rosalía o Lola Índigo apuestan por la canción que empodera a la mujer y la muestra como dueña de sus decisiones. Con una estética que fusiona distintos estilos musicales, nos encontramos en sus canciones.

Los jóvenes se las aprenden, las bailan y, sin darse cuenta, interiorizan sus mensajes. “Me vienes a buscar, ahora sí me vas a encontrar. Mí, me, conmigo, lo que te digo, sola sin nadie más. Esta es la situación, no me des una explicación, no. En la baraja la reina soy yo”. Así comienza ‘Yo no quiero na’ de Lola Índigo, una de las sorpresas del verano que no deja de sonar en todos los lados.

Hace unos años, ni la letra ni el baile hubieran funcionado. Ahora es lo que se desea: rapear con fusión y recordar que la mujer desea su lugar y está preparada para cantarlo a los cuatro vientos. “No es una girl band, es mi proyecto musical, mi forma de unir la música y la danza”, así se defiende Lola Índigo a quienes tratan de encasillarla. Ella deja claro que no hay música para mujeres, sino que la música es universal y habla de lo que ocurre, como el resto de las artes: “No consumo canciones con contenido machista”.

Mucho ha cambiado desde 1967 cuando Aretha Franklin rompía todos los récords con ‘Respect’. “Lo que quieres yo lo tengo, lo que necesitas tu sabes que yo lo tengo. Todo lo que te pido es un poco de respeto”… Han pasado cincuenta años y todavía andamos con el respeto a cuestas.

Los ritmos latinos acompañan letras que mueven a toda una generación de jóvenes con ganas de decirle al mundo que son dueñas de su propio destino. «Hola, mira qué bien me va sola. Nadie a mí me controla. Y aunque me lo pidas, ya no te doy ni la hora”, es el estribillo del primer single de Ana Guerra que arrasa junto a Aitana con ‘Lo Malo’, otra canción que juega a lo mismo. La música y sus géneros comienzan a dar otro contenido a sus letras, manteniendo ritmos, pero variando el mensaje.

Brisa Fenoy, la autora de ‘Lo Malo’, fue encasillada en el, a mi parecer, absurdo género de ‘reaggeton feminista’. «La industria está cediendo -confiesa Fenoy- Ya estamos dejando de ser un trozo de carne. Ya podemos dar un concierto en deportivas y no en tacones”.

Aunque no hay cambio sin críticas, y le ocurre a otra de las cantantes del momento. Rosalía, bautizada como ‘La flamenca de los millennials’. Puede que ahora sea el momento más poderoso que las mujeres han vivido en la historia. Aún queda muchísimo por hacer pero yo no dejo de ver talento femenino en mi generación y mucha fuerza en todo lo que nos estamos proponiendo”. Fuerza, talento, libertad y mucho baile para celebrar un nuevo modo de expresar, que caminamos en otra dirección. Ellas empujan el cambio desde su música.

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