Royal Oak, la historia de un icono

El Royal Oak es un reloj que nació para evitar que la industria relojera suiza sucumbiera ante el éxito del cuarzo japonés.

Daniel Nicols. 26/09/2018

Los amantes de la alta relojería saben que hay modelos que jamás pasarán de moda. Por su maquinaria, diseño o historia, algunos relojes como el Royal Oak de la manufactura suiza, Audemars Piguet, han marcado una época convirtiéndose en auténticos iconos alabados a lo largo de los años por celebridades de todos los ámbitos.

Nacimiento del Royal Oak 

A comienzos de los años 70, la industria relojera suiza estaba sufriendo una gran crisis tras la invención de los relojes de cuarzo por parte de los profesionales japoneses del sector. Con un movimiento más preciso y barato de producir, estas piezas hicieron que la industria se tambaleara. Audemars Piguet, lejos de sucumbir a esta caótica situación, se dio cuenta en 1971 de que sin un cambio disruptivo para su marca y para la industria en general, el colapso financiero sería inevitable.

Tras escuchar a sus clientes, Audemars Piguet se dio cuenta de que había interés por un un reloj de lujo de acero, algo impensable por las grandes marcas hasta la fecha. El espíritu innovador de sus relojeros y el ADN de la manufactura de Le Brassus hizo que decidieran arriesgarse presentando algo totalmente nuevo: un reloj deportivo pero elegante como nunca antes se había visto.

Gerald Genta era uno de los diseñadores más disruptivos del momento

En la víspera de la Feria de Basilea de 1971 (un año antes del lanzamiento) el director general de Audemars Piguet en ese momento, Georges Golay, llamó a Gerald Genta, uno de los diseñadores más disruptivos del momento, y le propuso el reto de diseñar un reloj sin precedentes. Una pieza deportiva de acero ideal para lucir en cualquier ocasión con los acabados más bellos jamás vistos… y todo en menos de 24 horas. A la mañana siguiente, Genta (sin duda el diseñador de relojes más importante de los últimos 100 años) presentó la obra maestra de su carrera: el Royal Oak.

En 1972, en la Feria Swiss Watch Show conocida actualmente como Baselworld se lanzó al mercado este nuevo modelo al desorbitado precio de 3.300 francos suizos, más de diez veces el coste de la época. El mensaje fue claro: la alta relojería proponía relojes de gran prestigio sin depender necesariamente de los metales preciosos. De aquí en adelante fueron el diseño, la precisión en la ejecución y la calidad del movimiento lo más importante de los relojes.

Dibujo original de AP Royal Oak 1972

Tras su lanzamiento, el Royal Oak fue objeto de grandes críticas tanto por su original diseño como por el material escogido para la fabricación y su precio. Unos factores que hicieron que muchos detractores vaticinaran la desaparición de la manufactura suiza, algo que por supuesto, no sucedió. De hecho, los coleccionistas y creadores de tendencias adoptaron este reloj que, con un diseño claramente reconocible y diferente, se ganó al público más exigente. Así se convirtió en lo que todavía es: el icono del fabricante de Le Brassus. De hecho, tras más de 45 años de su creación, el Royal Oak es una de las piezas más importantes de la marca y uno de los hitos de la historia de la alta relojería.

Un diseño capaz de sobrevivir a las modas

Contemplándolo resulta imposible imaginar que Gerald Genta lo diseñara literalmente de la noche a la mañana. Se inspiró para ello en los cascos antiguos de los traje de buceo, creando un bisel octogonal asegurado con ocho tornillos hexagonales de oro blanco, un diseño geométrico tapisserie y un brazalete integrado con enlaces intermedios dispuestos en orden decreciente.

El reloj de acero no se parecía en nada a los de colores cálidos y formas redondas de la época e incluso su tamaño, de 39 milímetros de diámetro y 7 milímetros de grosor, rompía con todos los cánones y tradiciones establecidas. Resultó un diseño tan deportivo y atemporal que durante muchos años permitió a los relojeros de Audemars Piguet centrarse en el lanzamiento de nuevos movimientos manufacturados como el Calendario Perpetuo de Royal Oak de 1981 o el Royal Oak Fase Lunar Date de 1984.

Fue el primer Royal Oak Offshore diseñado por Emmanuel Gueit

La saga del Royal Oak
Aunque el Royal Oak es una pieza irrepetible, su fuerza y popularidad hicieron que su familia creciera con nuevos relojes que han ido respondiendo a las modas y necesidades venideras. Es el caso del Royal Oak Offshore, que la firma lanzó al mercado en 1993 coincidiendo con el vigésimo aniversario del primer Royal Oak y cuyo diseño corrió a cargo del jovencísimo Emmanuel Gueit, que tenía sólo 22 años cuando aceptó el reto.

Presentó entonces un reloj de 42 mm (muy grande para la época) que fue apodado ‘La Bestia’ y que revelaba elementos como la junta negra visible masiva del bisel. Aunque en su momento fue rechazado por los puristas, incluido Gerald Genta, después se convirtió en un gran éxito gracias a su función de cronógrafo y su resistencia al agua de 100 metros.

Royal Oak Offshore de mujer, una de las novedades de este 2018

Diez años después nacía el Royal Oak Concept con una caja extremadamente dura y un diseño rompedor que hoy cuenta con casi una decena de modelos entre los que destacan dos nuevas piezas para mujer elaboradas en gran parte en oro blanco de 18 quilates, con diamantes engastados.

Relojes en cualquier caso únicas que cada vez más amantes de la relojería, famosos y deportistas escogen para crear sus ediciones limitadas. Es el caso del Royal Oak Offshore reeditado 25 años después con diseños sorprendentes, unisex, siempre personales y únicos.

*Fotografías: Audemars Piguet Iberia.

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