Las rosas, un acierto seguro para San Valentín
En el día más rojo del año, en el que las parejas se prodigan su amor, las flores tienen un papel imprescindible.
Se dice que San Valentín fue un Santo mártir conocido por arriesgar su vida al unir parejas en matrimonio. ¿Podemos imaginar algo más romántico que eso? Pese a los detractores – lo que ahora llaman haters– que lo acusan de ser una conmemoración muy cursi o ven en él una conspiración de los grandes almacenes para vender más, son muchos los que lo consideran al 14 de febrero el día perfecto para demostrar su amor o, incluso, para pedir la mano.
La mayoría elige para su declaración el lenguaje tan hermoso y a veces rotundamente expresivo de las flores: no hay flor que simbolice más el amor que la rosa roja. Es la reina indiscutible del día de San Valentín. Y el recurso preferido sobre todo por el público masculino, tanto por su sencillez como su éxito garantizado.
Dale más vida a tus rosas
Al margen de la emoción inicial al recibir ese ramo-declaración, conviene que no olvidemos unas breves y sencillas recomendaciones para que las rosas nos duren lo máximo posible:
- En primer lugar, asegurarnos de elegir un jarrón limpio de cualquier bacteria u hongo dañino.
- En segundo lugar, el tercio inferior del tallo de la rosa debe estar limpio de hojas, ya que éstas pudren el agua y hacen que la flor no pueda tomar el agua correctamente. La duración de las flores está directamente relacionada con el cambio del agua y el corte al bies de los tallos cada dos/tres días (si tiene nutrientes esenciales, añádalos al jarrón).
- Por último, el ramo debe permanecer en lugares alejados de posibles corrientes de aire y no expuesto a la luz directa del sol o a temperaturas extremas…
¡Y a disfrutar todo lo posible del olor y la belleza del ramo del romántico que te lo ha regalado!
*Imagen destacada: Bouquet de rosas rojas españolas de McQueens