#CloseTo Míchel: «Me preocupa que se normalice que siga muriendo gente»

Míchel no sabría vivir sin el fútbol, aunque se ha adaptado a no verlo en directo durante la pandemia. Está seguro de que saldremos de ésta aunque también muestra preocupación por la nueva normalidad de los valores...

Amalia Enríquez. 02/06/2020

Siempre digo que esta profesión ha dejado que forme otra familia, esa para la que eliges de quién te quieres rodear. Son regalos inesperados que acaban por convertirse en imprescindibles y que guardas siempre como una reliquia que necesitas que perdure en el tiempo. Míchel es uno de esos tesoros. Él y su familia me acogieron, hace muchos años, y no me han “soltado”. No importa la distancia, ni hablar a diario. Cuando lo hacemos, recuperamos la conversación que habíamos dejado la vez anterior…

  • The Luxonomist: Ni aunque nos separe un océano…
  • Míchel: Ni eso puede con nosotros (risas)
  • TL: Te veo guapísimo… bueno, como siempre. Te repito sin parar que las canas te sientan muy bien.
  • Míchel: Tú es que me quieres demasiado. Recuerdo cuando me operaron de la rodilla, un día que tenía una cara horrible y me dijiste: «¡Estás fenomenal!” (risas)
  • TL: Es lo que tiene la amistad, que siempre ves más allá de la fachada. ¿Cómo lo llevas al otro lado del charco?
  • Míchel: La verdad es que bien. Vivimos bien. Es un país muy cercano, la gente es muy agradable. Obviamente, con alguna diferencia como pasa en todos los sitios, pero no es difícil adaptarse a Méjico y a su gente.
  • TL: Y tú que eres tan inquieto, ¿cómo llevas el “ahorita” que nunca es ahora?
  • Míchel: (risas) Esa es una de las partes a las que hay que acostumbrarse además de acoplarse al idioma. Como dicen aquí, es español pero hay una parte bien distinta en algunos términos. Por eso hay que usar bien algunas expresiones, así como algunas situaciones que se utilizan en el léxico.

“No cambiaría por nada ninguna de las cosas que he vivido”

Foto: Brian Hallett
  • TL: ¿Cuáles son las palabras que más te han costado?
  • Míchel: Más que palabras, expresiones. Nosotros decimos: “Nos vemos a las 3” y ellos, “Hasta las 3”. Eso no es complicado y te acabas haciendo con el lenguaje. Otra cosa son esas palabras que nosotros usamos y que aquí no se utilizan porque están muy mal vistas. Aquí la chaqueta es saco, porque si lo dices como nosotros es un situación de “satisfacción personal” (risas). O como le pasó a Merche (mi mujer) cuando el primer día fue a comprar una fregona. Aquí ese término se utiliza para una “señorita que se dedica a dar placer a los demás” (risas)
  • TL: ¿Cómo estás llevando esta situación?
  • Míchel: Soy de una generación en la que, de chavales, hemos pasado mucho tiempo en casa. No había recursos y nos hacíamos nuestros equipos con las chapas. Estar en casa era lo natural. Luego, cuando me hice futbolista, pasaba muchísimo tiempo fuera de mi casa. Cincuenta o sesenta días a veces. Ambas experiencias te dan para acoplarte y para darle a la imaginación. Para ver qué va a pasar el día que salgamos.
  • TL: ¿Y cómo lo imaginas?
  • Míchel: Pues no haciendo nada fuera de lo normal. En el tema laboral, por decirlo de alguna manera, nos estamos llevando muy buenas sorpresas, algo que no nos esperábamos. Para ti y para mí, que somos vocacionales, nuestros trabajos son nuestra pasión. No a todo el mundo le ocurre igual. A mis jugadores les he despertado la pasión por el fútbol. Ellos jugaban a este deporte pero no lo veían en televisión y apenas disfrutaban de todo lo que aporta. Ahora son ellos los que lo ven, practican y sugieren. Nos están “buscando los pies”, como se dice en el argot taurino, constantemente.
  • TL: En este tiempo no ha habido fútbol en directo. Eres de los que no imaginas la vida sin fútbol… ¿Cómo lo has llevado?
  • Míchel: Es verdad, me gusta tanto el fútbol que no puedo estar sin él. Tengo mis prioridades, ya lo sabes: mi familia/amigos y mi profesión. Sabiéndose administrar, uno puede pasar sin ver fútbol en directo. Haces lo mismo que cuando estás en vacaciones. Piensas en cosas que quieres hacer cuando te reincorpores y potencias, afortunadamente, la relación con los amigos.

“He aprendido mucho de las cosas que me han ido mal”

Foto: Brian Hallett
  • TL: Con lo disciplinado que tú eres, ¿qué rutina estás llevando en estos meses?
  • Míchel: Soy muy organizado, es cierto. La verdad es que Merche y yo no queremos dejar de hacer las rutinas habituales. Nos levantamos temprano y respetamos nuestros horarios habituales de comidas pero, entre medias, van surgiendo muchas cosas. Lo que sí hago es afeitarme y vestirme todos los días, aunque no vayamos a salir, obviamente. Pero mi mujer está conmigo todo el día y supongo que prefiere verme arreglado. Respecto a lo demás, van surgiendo cosas. Trabajo en casa y tengo cantidad de peticiones de entrevistas para medios nacionales e internacionales. Estos días es lo que pasa, pero intento dar espacios a mis intervenciones porque, de lo contrario, acabas diciendo siempre lo mismo.
  • TL: Eso es raro en ti. Siempre aportas. Son muchos años de amistad y nunca me he aburrido contigo…
  • Míchel: Bueno, también intento no aburrirme yo con la elección de los amigos. También es verdad que he ido variando bastante mi manera de funcionar, no de ser porque sigo siendo el mismo desde que tenía 15 años. Yo pensaba que, cuando dejara de ser futbolista, iba a haber un antes y un después, y es verdad que lo hay, pero ese después ha sido muy enriquecedor para mí. He hecho muchas cosas que me han educado y formado en muchas cosas que no pude hacer mientras era futbolista. Los viajes, la fama, el creerte que estás siempre en el foco… Todo eso ahora ha variado, también la relación con mis amigos y con mi familia.
  • TL: La retirada como futbolista te aportó el tiempo perdido con la familia..
  • M: ¡Claro! No me quedó más remedio que ver otras cuestiones. A veces, estás tan metido en el día a día, que ahí sí que obedece no solo una rutina, sino también una disciplina. Y no es fácil dedicarle tiempo a otras cosas buenas. Desde el año 97 ya no juego al fútbol y eso me ha permitido hacer muchísimas cosas. He colaborado con medios de comunicación, he aprendido a trabajar más con la gente (aunque cuando eres deportista, funcionas de esa manera), me he enriquecido en un montón de cosas. También he probado algunas que no me han gustado y, obviamente, he cambiado un poco porque ya no es todo fútbol.
  • TL: ¡Cómo ha pasado el tiempo desde ese día del año 97!
  • M: Sí, muy rápido. Yo no cambiaría por nada ninguna de las cosas que he vivido porque si lo hiciese, Amalia, no los viviría. He aprendido mucho de las cosas que me han ido mal y muchísimo he disfrutado con las otras. ¿Me gustaría volver a ser futbolista? Por si acaso no lo intento por si vuelvo atrás y no vivo lo mismo (risas). Dejamos todo como está y estoy muy satisfecho así. También he descubierto otras cosas que antes ni me imaginaba. Mi línea continua como futbolista es ser entrenador. He perdido cualidades, habilidades, he ganado peso y no estoy ágil como antes, pero eso no quita para que vea la vida desde el plano de futbolista ¡que no está mal!.

“Somos un país muy rico en muchos aspectos, pero en educación social y cívica todavía no tenemos una nota muy alta”

Foto: Brian Hallett
  • TL: No obstante, siempre te has cuidado mucho…
  • M: Para mí lo que se entiende por cuidarse no requiere de una programación. Siempre he cuidado la alimentación, apenas bebo y, en general, soy sano comiendo. Las rutinas habituales de ejercicio las sigo haciendo, tanto ahora como cuando pueda empezar a salir.
  • TL: ¿Eres de los que cree que vamos a salir mejores de esto?
  • M: O peores. Somos un país muy rico en muchos aspectos, pero en el de la educación social y cívica todavía no tenemos una nota muy alta.
  • TL: ¿Has descubierto en ti o en Merche, en estos meses, rasgos que no reconocías en vosotros?
  • M: Llevamos 40 años de relación, como bien sabes. Treinta y cuatro casados y seis de novios. Aun así, siempre se descubren cosas en las que te tienes que ir renovando e, incluso, mejorando. Y también cosas en las que te das cuenta que no puedes cambiar. ¿Progresas en la vida? Sí, pero mantenerse también es una cosa buena. Cuando compartimos cualquier metro cuadrado de nuestro apartamento aquí en Méjico, cuando nos miramos ya nos conocemos, ya sabemos qué es lo que dice el uno del otro sin hablar. Y eso también es un descubrimiento, en el que te das cuenta de que no puedes cambiar. Siempre hemos tenido una relación de novios, porque antes viajaba mucho y ahora estoy fuera de casa hasta la tarde. Y sé que cuando llego a casa, me tengo que dedicar a mi relación con ella porque, durante el día, no puedo compartir otras cosas. Eso es bueno porque me hace colocarme y compartir un “break” cada día para situarme en situaciones en las que tengo que encontrar soluciones.
  • TL: ¿El secreto está en no irse a dormir nunca enfadado?
  • M: Hay veces en las que uno se va enfadado, eso es así, y las horas de cama también te hacen pensar que no merece la pena. También te digo que, ni aunque te vayas contento, cada día hay que renovarse. Tú me conoces bien y sabes que soy optimista y, sobre todo, realista. Eso hace que cada día, cuando me levanto, piense: «¡Qué bien y adelante! Lo que tiene solución no debe preocuparnos y para lo que no la tiene… ¡qué le vamos a hacer!”

«El amor, el cariño y sentirte bien también se puede transmitir con la mirada»

Momento de la conversación online de Amalia Enríquez y Míchel
  • TL: ¿Todavía hay cosas que os sorprenden?
  • M: ¡Claro! Y esa es una de las cosas que mejoran la pareja. Hay una parte pública, que todo el mundo conoce a incluyendo los amigos, y una privada que es lo que tú piensas cuando estás solo y que puedes compartir con la persona que está a tu lado. Pero también hay una parte secreta que en un momento determinado le compartes y que, desde ese instante, ya deja de pertenecerte en exclusividad. Estamos juntos desde los 16/17 años. Es imposible no haber cambiado, pero la base sigue siendo la misma.
  • TL: Habéis evolucionado al mismo tiempo..
  • M: Sí, pero hay procesos que yo no puedo sentir. Por ejemplo, lo que puede sentir una mujer al estar embarazada. Esa experiencia la he vivido, disfrutado y compartido, pero no hasta el punto de saber lo que sentía o pensaba ella. Mi profesión, que Merche disfruta, sigue y siente, no tiene nada que ver con lo que yo como jugador o entrenador puedo experimentar. Pero yo creo que eso es la base de la buena relación, que no cambie lo primordial y que haya cosas nuevas, porque eso es un incentivo.
  • TL: Es imposible no imaginaros juntos..
  • M: Fíjate que es una conversación recurrente. Nos preguntamos que si no estuviéramos juntos, si seríamos capaces de estar con otra persona. Yo le digo que me resultaría difícil y ella que es imposible. Estamos muy acostumbrados el uno al otro.

«Lo primordial de una buena relación es mantener la base y que haya cosas nuevas»

  • TL: ¿Sigue siendo tan celosa como antes?
  • M: No te voy a contestar, solo mírame (risas). Es algo inevitable en ella, al final forma parte de su personalidad. Mira que yo le digo: “Oye cariño, que tengo 57 años y que ya no”, pero nada (risas). Es algo que yo intento modificar, no cambiar, porque solo le da sufrimiento a ella, pero es batalla perdida. Merche es una mujer estupenda. El noventa por cierto de lo que tiene es maravilloso, y el diez por ciento restante es su carácter y su forma de ser, que incluye los celos. Ella los siente y no sabemos por qué, pero están ahí. Yo no consigo ponerme en su ligar porque yo soy “aceloso” .
  • TL: ¿Qué le desquicia de ti?
  • M: (risas) Antes era que me trajera el trabajo a casa, que ganara o perdiera, jugase bien o mal, que me lo llevase conmigo. Eso lo intenté modificar. Y ahora le desquicia mi exceso de profesionalidad, incluso conmigo mismo al querer ser mejor y más competitivo. Jugando al parchís, por ejemplo, me enfado si no gano porque siempre hay que ganar. Ella con participar se conforma (risas).
  • TL: En la diversidad está la clave..
  • M: Si te soy sincero, aunque soy de los que piensa que no existe la suerte, sí reconozco que la hemos tenido en la elección de los amigos, el comportamiento que ellos han tenido con nosotros y con nuestra familia. Somos muy caseros y familiares, lo sabes, y dentro de lo que cabe llevamos bien esta distancia. Gracias a la tecnología, no hay día que no hablemos y veamos a nuestros hijos y nietos. El amor, el cariño y sentirte bien también se puede hacer y transmitir con la mirada. Mis hijos y mis nietos reciben un “te quiero” como si estuviéramos juntos. Es más, igual cuando los tienes delante, no se lo dices tanto.
  • TL: ¿Imaginas el mundo que nos vamos a encontrar?
  • M: No me preocupa el día después. Lo que realmente me preocupa es que le sigamos dando normalidad a que la gente siga muriendo, a lo que está ocurriendo en nuestro país y en los otros. Salir vamos a salir, ya veremos si con más o menos solvencia económica, algo que tendrá que solucionar el Gobierno. Yo no entro a valorar su gestión, aunque tengo mi opinión en el sentido de que nos ha faltado organización y previsión, fundamentalmente.

*Localización (fotografías): The Westin Palace Madrid.

*Próxima semana: Fernando Tejero.

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