La polémica carta de Meghan Markle a su padre no era tan confidencial
La editora del 'Mail on Sunday' le dice al juez que Meghan Markle utilizó a sus asesores en el Palacio de Kensington para redactar la carta que envió a su padre pidiéndole que no hablara más con la prensa.
Meghan Markle podría haber contado con la ayuda de sus asistentes personales para redactar la carta que envió a su padre semanas después de haberse celebrado su boda. Una misiva que hasta ahora se pensaba que había escrito de su puño y letra pero que podría no ser tan confidencial como ella misma esgrime ante el juez. Los abogados de la parte demandada, la editora del Mail on Sunday, así lo afirman. Le han dicho al juzgado que la carta fue escrita con la ayuda de la oficina de prensa del Palacio de Kensington. La duquesa de Sussex sigue adelante con su demanda contra este medio, por haber violado presuntamente su privacidad al publicar extractos de la misma meses después.
La parte demandada sostiene que en la elaboración de la misma habría participado supuestamente Jason Knauf. El que fuera secretario de comunicaciones del duque y la duquesa de Cambridge y de los Sussex. Así como otros miembros del equipo de comunicaciones del Palacio de Kensington, que habrían contribuido la redacción de la carta, según el medio. Elementos que sostienen el argumento de que Meghan Markle no fue la autora intelectual de la carta que envió a su padre reprochándole su actitud.
Meghan Markle intentó con la carta que su padre dejara de hablar con la prensa
La defensa asegura que en la redacción de la carta hay elementos que invitan a pensar que la duquesa de Sussex y su equipo elaboraron la misma sabiendo que en algún momento se haría pública. Detalles como la letra inmaculada no habrían pasado inadvertidos en una misiva elaborada con una enorme carga emotiva. En la misma, Meghan Markle reprochaba a su padre, Thomas, que hubiera utilizado durante meses a los medios de comunicación. Y le pedía que dejara de destapar asuntos privados de ella y su familia.
El litigio aún durará unos meses, porque la duquesa de Sussex consiguió hace unas semanas un aplazamiento del juicio, previsto inicialmente para el 11 de enero. Se celebrará al menos con nueve meses de retraso por causas que han sido declaradas como confidenciales por el juzgado.