JOSÉ MARÍA GALEANO: “La cena de mis sueños sería con una mujer bella e imperfecta”
Hace unos años decidió cruzar el charco e instalarse en México, como hicieron otros de nuestros actores jóvenes que lograron allí lo que aquí se les negaba. Hoy, el algecireño José María Galeano tiene un nombre importante en el mundo de la interpretación latina. Primero conquistó por su mirada verde esmeralda, luego por un talento que no deja de alimentar. Lejos queda ya el ‘Hospital Central’ que le posicionó en nuestro país. Ahora, las producciones de Televisa y Telemundo ocupan todo su tiempo…
The Luxonomist: ¿Qué te da la interpretación que no encuentras en otra actividad de la vida?
José María Galeano: Libertad para ser yo mismo, aunque sea encarnando la vida de los personajes más dispares. Es una curiosa paradoja.
TL: ¿Qué te lleva a dejarlo todo en España e instalarte en México?
José María Galeano: Circunstancias emocionales, familiares, de vida… y muchas ganas de probar cosas nuevas.
TL: ¿Cómo se ve la vida desde el otro lado del charco?
José María Galeano: Más o menos igual, solo que a ratos con un poco menos de frío en invierno y menos calor en verano.
TL: ¿La distancia activa sentimientos o dependencias?
José María Galeano: En mi caso, definitivamente sentimientos. Las dependencias no suelen servir para mucho si uno es capaz de soltar ese lastre.
TL: ¿Se puede ser imparcial cuando los sentimientos entran en juego?
José María Galeano: Yo soy un fiel practicante de la razón crítica, pase lo que pase. Con lo cual trato y creo que consigo casi siempre ser profundamente objetivo, caiga quien caiga… incluso yo mismo.
“La distancia me activa los sentimientos”
TL: ¿La forma más elegante de decir adiós?
JMG: Con una sonrisa, aunque a veces no sea sincera.
TL: ¿En qué situación has dicho “chapeau”, me quito el sombrero?
JMG: Lo hago siempre que veo a alguien ceder, agachar la cabeza y decir: tienes toda la razón. No es muy común reconocer los errores abiertamente y menos hoy en día.
TL: ¿Qué te gusta hacer a tu manera?
JMG: El amor, aunque haya que contar un poco con la otra parte. Soy bastante egoísta en ese sentido.
TL: ¿Qué es lo que mejor se te da hacer?
JMG: El payaso, con eso saco una sonrisa a los demás y creo que es lo más maravilloso del mundo.
TL: Si pudieras ser otra persona o cosa… ¿por qué /quién optarías?
JMG: Por un minuto o un rato… muchos. Por más vueltas que le dé, creo que me quedo conmigo mismo. Si fuera un animal, no me importaría ser una nutria. Son uno de los seres más especiales de este planeta.
TL: ¿Qué ha sido lo que realmente ha marcado tu vida?
JMG: Tomar la decisión de ser libre para no atarme a ningún lugar y poder disfrutar de todos, cada uno en su momento.
“Una pinza de depilar me ha sacado de más de un aprieto”
TL: ¿Qué pone en tu estado de WhatsApp?
JMG: Déjame que vaya a verlo. Dice: #algecireño ✨⚡️
TL: ¿A quién meterías en una máquina del tiempo?
JMG: Me metería yo y me daría muchos paseos. Sería feliz viajando en el tiempo, hacia adelante y hacia atrás… solo de pensarlo se me pone la piel de gallina.
TL: ¿Qué locura has hecho para conocer a uno de tus iconos?
JMG: Ninguna, jamás. Soy cero mitómano. Lo más cercano a una “locura” fue acercarme a Antonio Vega en una cala perdida de Tarifa, hace unos 15 años, para decirle que me parecía un genio.
TL: ¿A qué eres inmune?
JMG: Al egoísmo de los demás. He convivido demasiado con eso.
TL: ¿El insulto hace callo?
JMG: Tanto, tanto, que ya casi resbala.
TL: ¿Marca España es…?
JMG: No creo en marca “nada”. Creo en un espíritu. Y hay quien lo tiene y quien no y es algo que hay que respetar. “Marca” es un concepto que para mí está muy desvirtuado. Y generalizar cada vez me provoca más rápido el vómito.
“Me gusta hacer el amor a mi manera. Soy un poco egoísta en ese sentido”
TL: ¿Qué no falta nunca en tu maleta?
JMG: Una pinza pequeña de depilar. Me creo McGyver. Me ha sacado de más de un aprieto.
TL: ¿La suerte es más definitoria que el talento?
JMG: Van de la mano, pero la que se lleva la palma es la testarudez y el no dejar de levantarte por más veces que te tiren al suelo.
TL: ¿A qué te suena la vida?
JMG: A ‘Entre dos aguas’ de Paco de Lucía. Vaya donde vaya siempre me acompaña.
TL: ¿La belleza da poder?
JMG: Lo da, sin duda. Pero si no aliñas el plato con más ingredientes, te puede quedar una receta muy bella y poderosa, pero con un regusto asquerosamente imbécil.
TL: ¿El dolor más intenso?
JMG: La insatisfacción. Puede destituirte, incluso teniéndolo todo.
TL: ¿Ser elegante es…?
JMG: La antítesis a ser pretencioso.
“Soy inmune al egoísmo de los demás”
TL: ¿Qué te hace perder la templanza?
JMG: La falta de empatía, de objetividad, de respeto, la injusticia. Son demasiadas cosas. Trata uno de ser equilibrado, pero vivimos en un mundo que no lo es y eso me saca de quicio.
TL: ¿Con quién compartirías la cena de tus sueños?
JMG: Con una mujer bella e imperfecta. Una que está por llegar.
TL: ¿Esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
JMG: Cuando comencé a actuar, un amigo me dijo que me veía en una serie y que no me entendía cuando hablaba. Jajajajajaja. Me enfadé muchísimo pero tenía bastante razón.
TL: ¿La pregunta que no te he hecho y te habría gustado?
JMG: Un lugar para perderme. Es una pregunta típica y recurrente. Sin embargo, varía mucho según mi estado de ánimo y según el paso de los años… Ahora no respondería lo mismo que hace un año y probablemente también cambie de lugar el año próximo.