El programa Next Generation EU, la imprescindible colaboración público-privada para salir adelante
El presidente de Iberdrola defiende que, para maximizar el efecto de los fondos europeos, hay que confiar los proyectos a empresas con un compromiso real con España y con capacidad de gestión y arrastre del tejido industrial español.
“Nos encontramos ante una situación sin precedentes por su gravedad y su impacto global. Y las recetas para salir de la crisis siguen siendo las mismas. Hay que invertir más en sectores productivos y de futuro e impulsar la eficiencia y la competitividad para dejar un país mejor a las próximas generaciones”. Así arrancaba la intervención del presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, en la jornada EUROForo Next Generation EU.
Una intervención en la que subrayaba la necesidad de aunar esfuerzos entre todos para impulsar iniciativas de futuro y de prosperidad. Asimismo, ha defendido que se debe forjar un ecosistema empresarial e industrial para aprovechar el potencial del país.
La compañía contribuye al crecimiento e internacionalización de más de 22.000 empresas. Y también desarrolla un plan de inversión de 75.000 millones de euros a 2025, independiente de las propuestas ligadas a fondos europeos. Y considera el programa Next Generation EU como una oportunidad para intensificar la actividad y contribuir a la creación de nuevas figuras de colaboración público-privada.
Iberdrola impulsa numerosos proyectos de energías renovables
“Nos encontramos ante una oportunidad histórica para España. No podemos perder este tren”, ha apuntado. “Hay que actuar ya, de manera decidida y coordinada, para convertir esta oportunidad en una realidad”, ha subrayado. Iberdrola cuenta con 150 iniciativas en este plan que permitirán movilizar más de 21.000 millones de euros en inversiones en proyectos relacionados con el despliegue de renovables innovadoras. También de redes eléctricas inteligentes, almacenamiento energético, movilidad sostenible, electrificación del calor, el hidrógeno verde y el reciclaje de componentes de tecnologías limpias.
“Estos proyectos permitirán generar 45.000 puestos de trabajo/año, estables y de alta cualificación, y un crecimiento económico de más del 1,5% del PIB”, ha apuntado. “También la mejora de la competitividad y de la balanza de pagos (entre 500 y 1.000 millones de euros/año), la reducción de emisiones y la mejora de entornos urbanos y la contribución al reto demográfico, ya que se incluyen más de 7.000 millones euros en proyectos en entornos rurales”.
Las iniciativas involucran a cientos de empresas –la mayoría pymes- de todas las comunidades autónomas. Así como a centros tecnológicos españoles, a lo largo de la cadena de valor, y organismos públicos. La magnitud de los planes de reconstrucción de la Unión Europea y del Gobierno de España representan una oportunidad sin precedentes. Para impulsar una rápida recuperación y promover la transformación de la economía hacia un modelo más sostenible, resiliente, inclusivo y competitivo.
El programa Next Generation EU es imprescindible para la recuperación económica
Por ello, Galán ha defendido que “los fondos han de dirigirse a reconstruir o crear nuevos sectores con futuro -hidrógeno verde, movilidad eléctrica, eólica marina, por ejemplo-. Todos ellos alineados con las directrices de la Unión Europea, basadas en la economía digital, para mejorar la competitividad, y la economía verde, que promueve la sostenibilidad, la mejora del entorno y de la salud”.
En este sentido, ha subrayado que el sector eléctrico tiene proyectos concretos para la transformación, que generan beneficios para los ciudadanos (empleo, aire limpio en las ciudades, reducciones de emisiones y un menor coste energético); y para el país, en términos de mejora de la competitividad, el PIB, la balanza de pagos y retorno de las ayudas a medio plazo.
En su intervención, el presidente de Iberdrola ha apuntado también que “para aprovechar los fondos será necesario confiar estos proyectos a empresas con un compromiso real con España, una trayectoria demostrada y con capacidad de ejecución y gestión y, sobre todo, de arrastre del tejido industrial español”. Este ejercicio requerirá también “agilizar procesos administrativos, revisar la fiscalidad energética, mejorar la coordinación de la Administración y sector público y privado y acometer una reforma educativa”, ha concluido.