Diez años de la boda de Kate Middleton y el príncipe William, así fue este día histórico
Kate Middleton y el príncipe Guillermo celebran el décimo aniversario de su boda un bonito y romántico posado en los jardines del palacio de Kensington.
El príncipe William y Kate Middleton celebran hoy su décimo aniversario de boda. Hoy 29 de abril se cumplen diez años de una de las bodas más importantes en la monarquía europea de los últimos años. El heredero al trono de Inglaterra daba el «sí quiero« a una por entonces desconocida Kate Middleton en la Abadía de Westminster, ante la atenta mirada de 36 millones de personas, solo en el Reino Unido. Una ceremonia histórica en la que descubríamos a una jovencísima Pippa Middleton, veíamos al príncipe Harry posar feliz con su familia, todavía sin Meghan Markle, y asistíamos al beso de cuento de hadas de los recién casados en el balcón del Palacio de Buckingham.
Muy felices y sonrientes han posado Kate Middleton y el príncipe William ante la cámara del fotógrafo Chris Floyd para celebrar su décimo aniversario de boda. La pareja ha compartido en redes sociales las fotografías de ambos abrazados en los jardines del palacio de Kensington, demostrando que están igual de enamorados que hace una década.
El vestido de novia de Kate Middleton
Y es que aquel 29 de abril de 2011 solo había que fijarse en la cara de enamorado que puso el príncipe cuando vio a su novia entrar en la abadía de Westminster. Kate Middleton hacía una entrada triunfal luciendo un espectacular vestido de novia, que todavía hoy es uno de los favoritos de los seguidores de la monarquía. Se trataba de un diseño firmado por Sarah Burton para la casa Alexander McQueen, que fue creado en exclusiva para ella.
Un vestido en color blanco marfil en el que destacaba el corpiño de escote corazón, inspirado en la era victoriana. A partir de él nacían el resto de piezas del vestido. La primera un cuerpo de manga larga, cuello pico y encaje francés bordado a mano, que daba paso a una espectacular falda, que iba sumando volumen desde la cintura a los pies, para acabar con una larga cola de tres metros decorada con detalles de encaje y flores.
Pippa Middleton la invitada que más destacó entre los 1.900 invitados
Gracias a este vestido Kate Middleton consiguió enamorar a los británicos. Sin embargo, en su entrada a la abadía no solo fue ella la protagonista. Una jovencísima y desconocida Pippa Middleton la acompañaba detrás, asegurándose de que el vestido estuviera siempre perfecto. Para este día tan importante Pippa lució un bonito vestido banco de Sarah Burton y conseguía, por un momento, eclipsar a su hermana. Ella fue el descubrimiento de la boda, y desde entonces se ha convertido en un miembro más de la realeza para los medios de comunicación, que la siguen allá donde va.
Junto a Pippa, en la Abadía de Westminster había más de 1.900 invitados. Celebrities como David y Victoria Beckham; miembros de la realeza como Felipe VI y Letizia; y personajes destacados de la sociedad británica fueron algunos de los asistentes. A ellos hay que sumar el millón de personas que se echó a las calles de Londres para vivir este día tan importante junto a los protagonistas; y los 36 millones de espectadores que siguieron el enlace por la tele, solo en Reino Unido. Unos números que demuestran la expectación que generó en el país la boda del heredero al trono. Todo un hito que 10 años después sigue emocionando a los ingleses.
La tarta, el secreto mejor guardado de la boda de Kate Middleton y el príncipe William
Además del vestido de novia, uno de los secretos mejor guardados de la boda fue la tarta con la que brindaron Kate y William en el convite. Según contó la pastelera Fiona Cairns, fue la propia Kate quien dio las instrucciones de cómo quería que fuera su tarta de bodas, algo para lo que incluso cedió un trozo de la tela de su vestido de novia, ya que quería que fuera a juego.
La pastelera aseguró que pasó varias noches sin dormir antes de la boda y que la tarta viajó Palacio de Buckingham en 40 cajas distribuidas en varias furgonetas. Tal era la magnitud de la tarta que incluso los trabajadores del palacio tuvieron que desmontar una puerta para que pudiera pasar un carro con el pastel. Un punto final para un almuerzo ofrecido por la reina Isabel II y que se caracterizó por contar con platos y productos de sabores primaverales.