Isabel II contrariada tras un nuevo fallo de seguridad en Windsor
La reina Isabel II ha tenido que hacer frente a un nuevo fallo de seguridad en el palacio de Windsor.
Los responsables de la seguridad en el Castillo de Windsor no atraviesan un buen momento. La reina Isabel II ha sido informada de nuevos fallos en los sistemas de seguridad del recinto en el que se encuentra aislada a causa de la pandemia. En menos de una semana, dos incidentes han dejado en evidencia que la Reina podría estar en peligro. El pasado 25 de abril fue arrestada por la policía un pareja formada por un hombre de 31 años y una mujer de 29. Los dos habían escalado los muros que protegen el Royal Lodge, una zona muy cercana a la residencia del príncipe Andrés y por donde Isabel II salir a pasear con sus perros.
El suceso se produjo seis días después de que los guardas de seguridad dejaran entrar en los jardines de palacio a una mujer de 44 años que dijo ser la prometida del príncipe Andrés. Fue interceptada veinte minutos después, mientras intentaba acceder a una de las residencias. Trasladada a comisaría, aseguró que se llamaba Irene de Windsor y que estaba comprometida con el duque de York. Se cree que tiene problemas de salud mental.
Los fallos de seguridad cerca de Isabel II no son habituales, pero sí muy peligrosos
Ambos incidentes han sido catalogados como «muy graves» por parte de ex-responsables de seguridad de palacio. En declaraciones a The Sun, el ex-oficial de protección de la princesa Diana, Ken Wharfe, dijo que esta infracciones son «totalmente inaceptables y hacen que la Reina sea vulnerable. Esto es muy preocupante y las cosas realmente deben cambiar», agregó. Los problemas de seguridad en el entorno de Isabel II han sido relativamente escasos a lo largo de su reinado. Pero algunos han trascendido por su relevancia.
El más grave sucedió en 1982, cuando un intruso llegó a colarse en los aposentos de la Reina. Se llamaba Michael Fagan y logró acceder sin ser detectado a las estancias privadas del palacio de Buckingham. Una vez allí, se introdujo en la habitación donde se encontraba Isabel II que, sorprendida pero serena, logró entablar conversación con él. Algo que probablemente le sirvió para ganar tiempo mientras avisaba a los miembros de seguridad a través de su botón de alarma. Los avisos fueron ignorados durante varios minutos, hasta que una sirvienta accedió a la habitación y vio la escena. Ella fue la que al salir avisó a los guardias, que detuvieron al intruso.