4 razones para tener una enfermera escolar el próximo curso
Más allá de la pandemia existen otras buenas razones por las que interesa la figura de la enfermera en los colegios.
Ya son dos cursos académicos marcados por la crisis del coronavirus y la pandemia por Covid-19. Con ella hemos aprendido a marchas forzadas muchas cosas que quedarán ahí para poder reaccionar ante eventos similares en el futuro. Quizá la más importante haya sido la de asumir el esfuerzo de adaptarnos a una nueva realidad digitalizada y marcada por el teletrabajo. En el ámbito educativo, esto se traduce en modelos de enseñanza más innovadores, marcados por la flexibilidad de un profesorado capaz de idear e impartir clases en modo remoto. Sin embargo, a todo ello debemos sumar algunos aspectos sanitarios que se han descubierto como imprescindibles en la vida cotidiana. Algunos comienzan con la educación para la salud. Si ya existe en otros países, ¿por qué en España no es habitual la presencia de la enfermera escolar en los colegios?
El servicio de enfermería escolar en España: ¿en qué punto estamos?
No son pocos los padres que ven cada vez más necesaria la figura de una enfermera (o enfermero) escolar en todos los centros de enseñanza. Actualmente el servicio de enfermería está implementado en los centros de educación especial y en algunos colegios privados, pero no es, ni mucho menos, habitual. Sin embargo, son muchas las razones para incorporar a una enfermera en los centros escolares. La primera, y más obvia, es la de salvaguardar su seguridad física de los niños, pero a esta hay que incorporar la formativa en términos de salud y bienestar a largo plazo.
Las competencias de la enfermera/o escolar son todavía bastante desconocidas en España. No así en otras regiones vecinas como Francia, o como en Reino Unido y los países nórdicos, por poner ejemplos en Europa. Así lo manifiestan los portavoces de Schoonurses, la primera empresa social europea especializada en este sector. El servicio facilita profesionales sanitarios expertos a los colegios. «La figura de la enfermera escolar, aunque está contemplada en la vigente ley educativa a nivel nacional y en los distintos convenios, no es un puesto innegociable dentro del organigrama docente». Además, expresan que en España tan sólo los centros de educación especial suelen incorporarlas, «pero únicamente cuando algunos de sus alumnos requieren tratamientos o cuidados complejos».
Conveniente, siempre, pero también muy necesario
En general, las condiciones para la implementación de este servicio no son claros y en comunidades autónomas como en Madrid, «se asignan enfermeras/os escolares a centros atendiendo a criterios demasiado subjetivos o ambiguos desde las correspondientes Consejerías de Educación, y sólo si se dan circunstancias de alumnos con patologías concretas». Así y todo, crece la demanda en los centros, pero no todos los padres están de acuerdo. Aunque parezca mentira, a la par que se incorporan estos profesionales a los colegios, existe «un buen número de reticencias por parte de las familias acerca de su verdadera utilidad o necesidad».
¿En qué quedamos? ¿Son o no necesarios dentro de la plantilla docente habitual? Dejando al margen las opiniones de los progenitores con reservas acerca de este servicio, seguramente condicionados por motivos económicos, las intervenciones de la enfermera escolar no se pueden subestimar como una herramienta más del sistema educativo. Ya sea de modo presencial y full time, o como apoyo dentro de un equipo multidisciplinar, su papel puede ser fundamental para prevenir accidentes, intervenir en emergencias o lesiones graves, además de en mejorar la vida de los niños.
Las funciones de la enfermera escolar
Su presencia, en general, incrementa la seguridad de todo el centro, sobre todo en esta «nueva normalidad» que se nos avecina, en la que los aspectos sanitarios y de higiene, difíciles de implementar y controlar en niños, han llegado para quedarse. En este sentido, una enfermera/o cualificada será capaz de llevar a cabo estrategias sanitarias de actuación directa. Como los rastreos Covid-19, así como de trabajar en detección y alerta temprana de esta grave enfermedad o de otras.
En suma, podemos afirmar que una correcta compenetración entre estos profesionales y los centros educativos, repercutirá en todo el entorno escolar, abundando en una sociedad futura más saludable, y con resultados medibles en la economía a largo plazo.
Los sanitarios tienen varios cometidos en los colegios
El papel de estos profesionales sanitarios puede ser muy valioso para los centros, y desde Schoolnurses nos recuerdan cuáles son sus cometidos más importantes:
- Saber actuar ante un imprevisto: Caídas, cortes, y accidentes de cualquier tipo. Las emergencias que pueden surgir entre niños llenos de energía y que no ven el peligro pueden ser múltiples. Tener una persona que sepa tratarlos es siempre motivo de confianza. Además de la intervención en accidentes y primeros auxilios, una enfermera sabrá actuar ante crisis o episodios graves como ataques epilépticos, atragantamientos o intoxicaciones.
- Comprensión de la salud, su fragilidad y entendimiento: El impartir talleres o charlas sobre distintas enfermedades comunes o raras, tanto al profesorado como a padres y a los propios niños, contribuirá a su naturalización y desmitificación. Hablar de enfermedades como diabetes, asma, TDHA, dislexia o autismo no sólo aumentará la comprensión, sino que reducirá la probabilidad de generar estigmas y bullying entre los niños, contribuyendo a crear un buen clima social en el aula.
Su labor puede ayudar en la implantación de hábitos saludables
- Identificar señales que pueden desencadenar en adicciones o comportamientos dañinos: La enfermera escolar está preparada para tratar algunos temas sanitarios, pero a su vez será capaz de identificar problemas de índole familiar en el niño, como el maltrato infantil, así como otros relacionados con las adicciones. La detección temprana de estas amenazas para la infancia facilitarán la derivación a los profesionales especializados, como puedan ser psicólogos o terapeutas familiares.
- Adquirir conocimientos sobre salud y hábitos saludables: Evitar el asentamiento de malos hábitos para la salud en edades tempranas será fundamental para prevenir graves problemas sanitarios como la obesidad infantil, la diabetes, el abuso de sustancias, la tecnoadicción o el sedentarismo. Cuanto antes se les proporcionen modelos saludables sobre alimentación, sueño, higiene y ejercicio físico, más fácil será que lo incorporen como una forma de vida.