La moda goyesca de Pepita t conquista al mercado
Las hermanas Lola y Elena Jaramillo se lanzan al mundo de la moda con una marca propia muy especial.
Empezar nuevos negocios no es fácil y adentrarse en el mundo de la moda es aún más complicado. Pero nada para a las hermanas Jaramillo, que han visto en el panorama empresarial actual, en vez de problemas, una oportunidad. Elena y Lola se lanzan al mundo de la moda con Pepita t, tras estar media vida en ella (pese a lo jóvenes que son).
La trayectoria profesional de Elena ha estado siempre vinculada al diseño de moda, de ilustraciones, libros… y la de Lola a la comunicación. Decididas a dar forma a un proyecto que empezó a perfilarse en su más temprana juventud, Pepita T se estrena en la industria ofreciendo propuestas inspiradas en distintos movimientos artísticos.
Guiadas por los grandes maestr@s y echando mano del espíritu de la alta costura, crean prendas preciosistas y exquisitas, confeccionadas con extrema atención. Pepita t quiere vestir a las mujeres que se atreven a adaptar lo extraordinario a lo cotidiano porque lo exquisito se puede exhibir allí donde la mujer se encuentre. Mujeres expertas cuya mirada se dirige a lo excelente quieren reivindicar la singularidad en un momento en el que parece que la pauta es seguir la misma pauta.
Cada colección tiene un número de prendas exclusivamente limitado. Son atemporales, de corte sencillo y ricas telas. Además, la producción es cien por cien ‘Pure Spain’. Es decir, fabricadas en España pero abiertas al mundo. Yo conocí a Lola hace mil años (en el siglo pasado) y cualquier proyecto que toca es éxito seguro. Su pasión por la comunicación y los viajes -quizá heredada de su padre- le han abierto la mirada y otras formas de interpretar a la mujer.
El nombre de la marca: Pepita t
“‘Las Majas’ de Goya esconden a Josefa Tudó, conocida en aquella España convulsa como Pepita o La Tudó. Más allá de la mujer retratada en singular pose, hemos rescatado a la persona que sin proponérselo acabó siendo el personaje”, me cuentan las hermanas Jaramillo. No dejó indiferente a nadie: monarcas, aristócratas, majos y majas que con su inconfundible espíritu rebelde desafiaron a Francia y a Napoleón, que fueron la misma cosa… y al genio de Fuendetodos que plasmó admirado sus encantos.
“Cada época trae consigo mujeres que, al margen de su polémica conducta, se convierten en estrellas que guían nuestra manera de interiorizar lo que nos rodea. Y toda esa magia, ese magnetismo, sobresale y se exhibe en el vestir. De justicia es decir que fue Francisco de Goya y Lucientes quien catapultó a la esfera del arte universal a esta dama. Por ello, nuestra primera colección está dedicada a él y a su tiempo. Así arranca nuestra incursión en la moda, con el firme y vivo deseo de embellecer a la mujer del nuestro, el que nos toca vivir: el siglo XXI”.
La primera colección: La Mirada de Goya
La primera colección de Pepita t se ha fijado en El Majismo, un fenómeno de por sí sumamente interesante. Si algo ha aportado España a la moda universal es precisamente esa forma peculiar, genuina y libre de vestir. Por primera vez en la historia, la aristocracia quiso vestirse como la clase popular (manolos y majos de ambos sexos), adoptar sus costumbres y bailar como ellos en aquel Madrid impregnado de casticismo. Nadie como Goya nos ha mostrado a través de su pintura ese espíritu desenfadado, colorista y alegre.
La integran dos blusas y dos vestidos y en breve estarán disponibles un bolso y una cartera. La blusa La Pradera de San Isidro y el vestido Majas y Manolas captan la alegría de los colores de esa obra y sus personajes. El rosa coral de los fajines, las flores, las mejillas de las damas, el verde intenso de la hierba…
Por su parte, la blusa El Cielo de Madrid es un homenaje al cielo de la capital de España que tan genuinamente plasmó Goya con sus matices plateados, su añil intenso, sus nubes blancas gigantescas… Finalmente, el vestido La Noche del Pintor evoca la imagen del maestro pintando en camisón, con su sombrero rodeado de velas. Todas estas prendas incorporan el detalle estrella: el lazo, que se ha se ha convertido en la seña de identidad de esta colección. Lo llevaba el pintor al cuello, al igual que los ilustrados; también las damas en los escotes y mangas.
En definitiva, La Mirada de Goya recupera y revisa la delicadeza y singularidad de aquellas mujeres que marcaron tendencia y cuya personalidad no le fue indiferente al genio.
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