91,8 millones de dólares por una obra de Hopper
'Chop Suey' se erige como la obra de arte estadounidense anterior a la guerra más cara de la historia tras la subasta de ayer en Nueva York.
La de ayer fue una noche histórica para el mercado del arte estadounidense. La casa de subastas Christie´s fue la encargada de moderar la venta de trece piezas de la colección de Barney A. Ebsworth entre las que destaca el conocido ‘Chop Suey’ de Edward Hopper, vendido por 91.875.000 de dólares y que se erige ahora como la obra de arte estadounidense anterior a la guerra más cara de la historia.
La venta de la mayor colección privada de arte modernista estadounidense que se haya presentado hasta ahora en el mercado, ha sido todo un hito, cuyo precio total asciende a $ 317.8 millones. En ella, además de Hopper, estuvieron presentes piezas de otros artistas reconocidos como Keeffe, Charles Demuth, Joseph Stella, Charles Sheeler, Willem de Kooning y Jackson Pollock a los que tuvieron acceso los postores, registrados en 23 países, y que compitieron por el arte que el coleccionista exhibió en An American Place, su hogar diseñado por Jim Olson a orillas del lago Seattle.
De hecho, además del cuadro de Hopper, la subasta dio lugar a un nuevo récord mundial para otro gigante del arte estadounidense del siglo XX. Se trata de Willem de Kooning, cuya obra ‘La mujer como paisaje’ (1954-55) se vendió por $ 68,937,500. En tercer lugar, la composición ‘Red Strokes’ (1950) de Jackson Pollock se adquirió por $ 55,437,500.
Un gran coleccionista
Barney A. Ebsworth comenzó a coleccionar arte en 1972, cuando fundó la Royal Cruise Line. Desde entonces se centró en los logros de diferentes modernistas estadounidenses y reunió una magnífica colección de sus obras. De hecho, se hizo con las mejores creaciones de grandes del expresionismo abstracto como Franz Kline, de Kooning y Pollock, entre otros. “Lo que quería hacer en ese momento era convertir mi colección modernista estadounidense en todo el siglo XX en Estados Unidos”, explicó.
No obstante, sus objetivos con respecto al arte han cambiado: “En bienes raíces, tres cosas importan: ubicación, ubicación y ubicación. Para mí, coleccionar arte fue sobre todo calidad, calidad y calidad. Ahora preferiría tener una colección más pequeña de las mejores imágenes que docenas de cosas así”.