La vida en rosa de Francisco de Goya
Emulamos cómo sería un programa del corazón en los años de Francisco de Goya, una recreación ficticia en el fondo pero no tanto en la forma.
¿Se han puesto a pensar lo que ocurriría si un personaje histórico español se viviseccionara como «celebrity» en salmuera en cualquier plató de nuestra televisión? Pongan a cocción la vida de uno de ellos con los «deshabilles» acostumbrados al precio que demanda la prole televisiva y verá cuál puede ser el resultado. Sustituya a Rocío Carrasco por una figura de nuestra historia y tendríamos más episodios consecutivos que una novela por entregas de Zola. Pues bien, vamos a hacer la prueba y pongamos que hablamos de Francisco de Goya, a 275 años de su nacimiento, probablemente el artista que mejor supo identificar que un ciclo histórico terminaba y empezaba uno nuevo. El problema es que el sueño de la razón se ha desbordado de monstruos. Y algunos son inmortales.
Francisco de Goya, protagonista del corazón
Viernes por la noche. Cualquier pantalla de televisión pandémica a punto de sonar la bocina del toque de queda. El presentador del programa de entretenimiento anuncia una exclusiva mundial sobre la vida del pintor. Los reporteros del programa han intentado contactar con el artista en Burdeos pero no ha querido hacer declaraciones. Parece ser que el Francisco de Goya se ha caído por unas escaleras y pasa sus días postrado en la cama. Su estado de salud es muy grave. La familia ha declinado también contestar a las preguntas de este programa y ha solicitado respeto en un momento especialmente delicado de la vida del aragonés. No obstante, un reportero desplazado a Francia con un cámara espera a las puertas de la casa del pintor en la que había pintado hace unos meses el cuadro «La lechera de Burdeos«.
El presentador da paso a una de las contertulias que dice tener una exclusiva que va a cambiar la impresión que los españoles tenemos del pintor. Tras el preanuncio de la colaboradora se dejan ver en la trasera imágenes de los «Caprichos» y de los «Desastres», así como un autorretrato del autor. Seis minutos de inefable publicidad y la periodista se desata ruborosa y anuncia que Francisco de Goya y Lucientes pudo tener una relación sentimental con un hombre. Y que tiene muestras gráficas e ilustradas que evidencian que lo que dice es cierto.
¡Una relación con un hombre!
Rompe el plató entre murmullos y estupefacción, al tiempo que todos los contertulios demuestran incredulidad y hasta rechazo ante la inopinada noticia. Es más, uno de ellos, presunto amigo del artista niega la mayor: «No es cierto. Podemos hablar si queréis de Leocadia Zorrilla, o de María Teresa de Borbón y Vallabriga, condesa de Chinchón. O de la madre de esta, María Teresa de Vallabriga; de la marquesa de Pontejos… O hasta de la Duquesa de Alba, por no hablar de su propia esposa Josefa Bayeu, pero de un hombre, nada de nada«.
La protagonista de la exclusiva sostiene que el amante masculino se llama Martín Zapater y que nació en Zaragoza en 1747. Amigo de Goya desde la infancia, previsiblemente, aunque sin referencias contrastadas, colega en las Escuelas Pías de Zaragoza. Nombrado noble de Aragón por Carlos IV, colaboró en la constitución y sostenimiento de la Real Sociedad Económica de Amigos del País en Aragón y de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis en Zaragoza. Soltero y metódico de comportamiento, estuvo siempre ligado a su ciudad natal. Allí se desempeñó en la política activa y en el comercio local a través de sus negocios de arrendamientos agrícolas, suministros al Ejército y préstamos al propio Ayuntamiento.
«No me lo creo» grita otro de los contertulios. «Queremos ver las pruebas». En ese momento, y tras otros seis minutos de publicidad a la carta, la periodista exhibe en su móvil de última generación varías fotografías de la correspondencia que mantuvieron el artista y su amigo zaragozano durante más de treinta años. Las fotografías pasan a ocupar el fondo de las imágenes del plató, dejando ver la grafía del pintor aragonés.
Pruebas de última generación
Se pueden leer los siguientes fragmentos de la correspondencia: «Tuyo y retuyo, tu Paco Goya»; «Ven, ven luego que ya he compuesto el cuarto donde hemos de vivir juntos y dormir (remedio que echo mano cuando me asaltan mis tristezas) … No tengo el menor cuidado de nada más que de ti»; «El que te ama más de lo que piensas»;
«El mayor bien de cuantos llenan corazón, acabo de recibir la inapreciable tuya. Sí, sí que me avivas los sentidos con tus discretas y amistosas producciones; con tu retrato delante me parece que tengo la dulzura de este contigo. Ay mío de mi alma, no creyera la amistad pudiera llegar al periodo que estoy experimentando, ni acierto con la pluma mirando tu copia siempre …»; «Me arrebataría a irme contigo porque es tanto lo que me gustas y tan de mi genio que no es posible encontrar otro y cree que mi vida sería el que pudiésemos estar juntos y cazar y chocolatear, y gastarme mis veintitrés reales que tengo con sana paz y en tu compañía me parecería la mayor dicha de este mundo».
Ante el revuelo que se ha generado en el plató, el presentador da paso a un grafólogo para autentificar la escritura del aragonés. Recuerda el moderador que no es posible someter al artista a un detector de mentiras habida cuenta de su estado de salud. El grafólogo certifica la autenticidad de la escritura y muestra una carta fechada el 10 de noviembre de 1790, tras un periodo de reencuentro con su buen amigo Martín, en el que, a su juicio pericial «sobresale al inicio un corazón en llamas, símbolo romántico cuidadosamente detallado y henchido por las arterias, en sustitución de la cruz que era el icono habitual de las cartas en esa época».
Más sobre Francisco de Goya en el siguiente programa
El programa obliga a dar paso a otro asunto. Habrá más novedades sobre el caso en el siguiente programa. Al pronto, las imágenes de la obra de Goya son remplazadas por las fotografías de la hija de una cantante famosa en trance de divorcio. Queda esperar para el siguiente programa.
(Este artículo es un ejemplo de ficción periodística, pero lo que no es ficción es la base bibliográfica: los fragmentos reproducidos de la correspondencia forman parte del Volumen II del Catálogo razonado, presentado por la Fundación Botín y el Museo del Prado. La proyección al formato de un programa de estas características es una mera especulación. O no).