Ismael Serrano: «Las cantautoras de ahora están escribiendo el relato de una generación»
Ismael Serrano su 25 aniversario sobre los escenarios con dos conciertos especiales en Madrid los días 10 y 11 de junio.
Ismael Serrano cumple 25 años en la música. Lo hace con dos conciertos especiales en Madrid los días 10 y 11 de junio, que ya han colgado el cartel de «entradas agotadas». El cantautor escribe así un nuevo capítulo en su exitosa carrera, a la cual sumó el año pasado su disco Seremos, un trabajo que nació en el confinamiento y nos anima a pensar en el futuro y en lo que está por venir.
The Luxonomist ha tenido la oportunidad de hablar con él para hacer un repaso por su trayectoria y analizar su profesión hoy en día.
Ismael Serrano celebra 25 años de carrera
The Luxonomist: Celebra 25 años de carrera y lo hace con dos conciertos muy especiales el 10 y 11 de junio en Madrid. ¿Qué nos vamos a encontrar en estas dos actuaciones?
Ismael Serrano: Voy a hacer un repaso de toda mi discografía. Quiero que el concierto tenga un carácter de celebración. He convocado a varios amigos para los dos días: Rozalén, Víctor Manuel, Marwan, Miguel Ríos, Conchita… Va a ser un encuentro de amigos y celebración, una forma de agradecerle a la gente que me haya permitido durante 25 años dedicarme a la música.
TL: Es una vuelta a los escenarios acompañado de su disco Seremos, que salió el año pasado y con el que ahora está haciendo gira. ¿Cómo ha sido esa vuelta?
IS: La acogida del público está siendo muy bonita, están siendo conciertos muy emocionantes, se nota que hay ganas. Pero en el sector de la música y la cultura no nos hemos quitado de encima esa sensación de precariedad que se instaló con la pandemia. Empezamos en octubre y ha habido altos y bajos. Apareció Ómicron cuando ya creíamos que estábamos saliendo y hay sensación de volatilidad. Estamos agradecidos a toda la gente que viene porque somos conscientes de que no es fácil; y más aún como están las cosas.
Hemos salido de la pandemia, pero hemos entrado debido a la guerra en una crisis económica que afecta al bolsillo, y quizá en lo primero que recorta la gente es en la cultura. Tenemos una sensación de fatalismo. Como dicen muchos amigos argentinos: «A la vuelta de la esquina siempre hay una crisis esperándote». Yo creo que los músicos vivimos con esa sensación cada vez más incrustada en nuestro ADN. Además, con todo esto de la pandemia sentimos un desamparo por parte de las administraciones. La cultura nunca está en la prioridad de las administraciones y menos ahora.
El papel del cantautor en la industria musical actual
TL: Seremos es un disco que compuso en pandemia. ¿Cómo fue el proceso creativo durante el encierro?
IS: Yo necesitaba escribir canciones que me conectaran con esa vida que había quedado congelada en el tiempo y que más pronto que tarde recuperaríamos. Pero al final te das cuenta de que la pandemia inevitablemente traspasa las canciones. El disco se llama ‘Seremos’ porque tiene esa vocación de mirar hacia adelante en un contexto en el que era muy difícil hacerlo. Con la pandemia desapareció la sensación de control de nuestras vidas y era complicado hacer planes de futuro. De manera inconsciente, en el disco hay una proyección de futuro permanente y una llamada a levantar la mirada.
TL: En un momento en el que el reguetón parece que se ha convertido en el género rey de la música ¿cómo cree que se valora al cantautor?
IS: El cantautor no las tiene todas consigo, pero no porque no suene en la radio o porque no sea la prioridad de la industria discográfica, sino porque se ha impuesto una cultura que apuesta por el escapismo y elude la introspección a la que invita el cantautor. Las redes sociales nos empujan a encapsular cada vez el más el mensaje con límites de caracteres. De alguna manera yo creo que eso juega en contra del cantautor.
Hace no mucho escuché a alguien que dijo: «Hemos pasado de buscar el estribillo que se escuche en la radio, a buscar la frase para que sea repetida en Tik Tok». El cantautor lo que busca es hacer un relato y eso es difícil. El déficit de atención que se lleva ahora no es compatible con el cantautor, que requiere de cierta atención para seguir su hilo argumental. Pero a pesar de todo hay un público que demanda esto. A día de hoy, para mí, son muy importantes las cantautoras, chicas muy jóvenes que están escribiendo el relato de una generación.
Las canciones de Ismael Serrano han reflejado al realidad que hemos vivido
TL: A lo largo de su carrera le ha cantado al amor, al desamor y a la crítica social. ¿Cómo se inspira para crear sus canciones?
IS: Son ideas que me persiguen y me encuentro con ellas cuando cojo la guitarra. Cuando me siento a escribir para mí es fundamental saber qué quiero contar. Hay compañeros de profesión que cogen la guitarra y hacen escritura automática, yo no. Para mí esa búsqueda es primordial, pero también desde donde quiero contarlo. Cantar al amor es algo que hacemos todos, pero lo diferente está en el lugar desde el que lo contamos. En el reguetón y el trap todo el mundo pone la atención en el mismo sitio y lo cuenta con la misma canción, pero haciendo alguna variación, el reto es saber contar esa historia desde otros lugares.
TL: En su libro Ismael Serrano Cancionero 1997/2022 recopila todas las canciones que ha compuesto en estos 25 años. Haciendo esa recopilación, ¿hay algún tema que haya dicho cómo pude hacer esto?
IS: No, hay canciones que comprendo que pertenecen a un contexto de la historia, que han quedado desactualizadas y merecen una explicación a pie de página que antes era innecesaria. Hace 20 años compuse ‘Yo quiero ser muy promiscuo’ porque en los 90 estaban surgiendo clubes de castidad en las universidades, y para reírme de ellos escribí esta canción. O la del ‘Diputado’ que escribí parodiando la relación de Álvarez Cascos y una chica muy joven en un contexto en el que éste dejaba a su mujer después de haber escrito alegatos contra el divorcio en los periódicos. Esas canciones entonces tenían un contexto y una realidad, y cantarlas ahora sin ese contexto es más incómodo, sobre todo cuando hay gente que no entiende que son una parodia.
La canciones protesta, una seña de identidad de Ismael Serrano
TL: Una de sus señas de identidad es la canción protesta. Protestas que ahora también lleva hasta las redes sociales. ¿Cree que estas plataformas le han quitado a la música el papel reivindicativo que tuvo en el pasado?
IS: No, yo creo que el músico que no se expresa políticamente a través de sus canciones tampoco lo hace con sus tuits. Yo creo que los músicos hacen un cálculo sobre lo que deben y no deben decir porque son conscientes de que expresarse políticamente les puede penalizar. Hace no mucho escuché a un cantante afamado decir: «Cómo voy a hacer política si yo vivo de los ayuntamientos».
Podría haber dicho que él vivía de su público, pero dijo de los ayuntamientos. Eso revela una parte de la realidad de la industria de la música, que la gente no quiere incomodar a algunos sectores, porque somos un país muy sectario tanto de izquierdas como derechas. Vivimos en un país donde se penaliza expresarte políticamente y más en un contexto como el de las redes sociales donde el propósito es intoxicar tu imagen. Yo creo que hay gente que mide mucho sus palabras por miedo, por el coste que pueda tener en su reputación.
TL: ¿Usted ha pagado un precio por hacerlo?
IS: Sí, pero tampoco pretendo gustar a todo el mundo. Soy así. Muchas veces digo: «Para qué me meto en estos charcos», pero es que siempre lo he hecho, por qué voy a dejar de hacerlo. El debate político es interesante y me gusta, pero en redes sociales nadie quiere debatir, solo buscan la bronca, y la propia red social lo impulsa.
El crecimiento personal de Ismael Serrano
TL: En todos estos años ha sido muy fiel a su música, pero han pasado 25 años e inevitablemente ha cambiado. ¿Qué diferencias hay entre el Ismael Serrano del 97 y el de ahora?
IS: Cuando tienes 23 años crees saber todas las respuestas, eres arrogante, crees que todo es definitivo y le das importancia a cosas que no la tienen. Con el paso del tiempo te vas volviendo más permeable. Cuando empecé en la música lo entendía como un territorio hostil, porque siempre te encontrabas a gente que te decía qué es lo que tenías que hacer para triunfar, como si hubiera una fórmula.
En esos primeros años tengo la sensación de haber estado a la defensiva. Por un lado estuvo muy bien porque me mantuve fiel a mí mismo; pero por otro lado perdí la oportunidad de ser permeable y crecer. Con el tiempo te vas desprendiendo de prejuicios y te ves más capaz de muchas cosas. Tiene también mucho que ver con dejarse de poner como el centro del relato, y eso es algo que aprendí con la paternidad.
