Subastan el reloj Patek Philippe de Puyi, el último emperador de China
Aisin-Gioro Puyi, el último emperador de China, llevó este reloj durante su cautiverio como preso en Siberia.
Aisin-Gioro Puyi reinó en China con el título de Emperador Xuantong desde 1908 hasta la abolición del gobierno imperial cuatro años después. Puyi permaneció residiendo en la Ciudad Prohibida con gran parte de su séquito durante doce años. Cuando fue expulsado de allí en 1924, dejó atrás numerosas posesiones y objetos personales. Aún tenía una gran fortuna y un influyente entorno que le ayudó en los años posteriores, cuando sin apoyos políticos en China acabó en Tianjin, una concesión territorial que por aquel entonces estaba en manos de Japón. Acabó siendo regente de Manchuria y allí es cuando debió llegar hasta las manos del último emperador de China un exclusivo reloj de Patek Philippe.
Del Reference 96 Quantieme Lune sólo han llegado a nuestros días ocho ejemplares. Un modelo que fue terminado por Patek Philippe en 1937 y que incluía varios elementos que hoy en día no llaman la atención. Pero a finales de los años treinta del pasado siglo no era muy habitual ver relojes con fase lunar y calendario de tres fechas.
El reloj Patek Philippe del último emperador de China
De los ocho ejemplares que existen, sólo tres de ellos poseen una esfera plateada con toques de oro rosa e índices de hora esmaltados como es el caso. Dos piezas similares subastadas con anterioridad fueron vendidas con cifras millonarias.
Dos millones de dólares pagó la casa Patek Philippe en una subasta en Sotheby’s en 2002 para tener un ejemplar en su museo. El reloj será subastado a finales de año por la casa Phillips junto con varios otros tesoros de Aisin-Gioro Puyi. Se estima que el reloj del último Emperador de China podría alcanzar unos 7 millones de dólares al término de la puja.
Entre otras cosas porque es un reloj repleto de historia. Se cree que por las fechas, Puyi llevó esta pieza durante su época en prisión. En 1945 fue capturado por los soviéticos en Tianjin y llevado a una cárcel de Siberia. Según un relato de primera mano del sobrino de Puyi, el último Emperador dejó este reloj y sus otras posesiones a un traductor ruso, con el que se hizo amigo cuando estaba cautivo.
Al término de la guerra fue intercambiado por otros prisioneros y acabó preso en China hasta 1959. Sus últimos años de vida, hasta su fallecimiento en 1967 a los 61 años, están repletos de misterio y cierta leyenda. Se sabe que murió en Pekín donde desempeñó diversos trabajos públicos en total secretismo.