Mi primera experiencia en las rebajas online
Las rebajas online también tienen sus reglas. Por ejemplo, saber que lo que tienes en el carrito no es tuyo, sino de quien antes pulse el botón de comprar.
Aunque a veces parezca que todo lo vivido en las últimas décadas del siglo XX se diluya, hay cosas que persisten, como las rebajas, aunque adaptándose a los nuevos tiempos. El pasado lunes por la noche, post vigilia de Reyes, fueron muchas las marcas que dieron el pistoletazo de salida online de la temporada de descuentos en sus productos.
Decidí sumergirme entonces en cada una de las aplicaciones y sentí la extraña sensación de, al igual que las famosas imágenes que los telediarios emitían cuando era niña, formaba parte de la marabunta de personas corriendo a dar con la primera prenda nada más abrirse los grandes almacenes. De forma invisible y oxigenada comprobé el efecto de la apertura de rebajas con la sobrecarga de la aplicación o, peor aún, viendo cómo de mi carrito de la compra desaparecían en cuestión de minutos prendas con el cartel de ‘Producto Agotado’.
Errores de novata
Mi primera experiencia como cazadora de rebajas comenzó siendo divertida y terminó con una frustración considerable por haber sido incapaz de llevarme lo deseado a casa. Se me habían adelantado generando en mí un desasosiego que terminaba por seguir buscando y quedarme con la que había sido quizás mi cuarta o quinta opción.
Consciente de haber cometido errores, para dejar de fustigarme con mayor frustración, dejé las rebajas y decidí hacer un rápido recorrido por aquellas páginas que recogían pequeños manuales para comprar en rebajas por Internet. Rápidamente me di cuenta de los errores cometidos. El más sabio de todos es tener un presupuesto cerrado e inamovible, porque la compulsividad es como un músculo que aumenta con el número de clics y, mucho más si no son tan efectivos como deseas.
Repetiré en el futuro
Y hablando de efectividad, quizá el consejo más adecuado y apto para novatas como yo sea tomarse el pistolezo de rebajas como si fueras a la caza de la entrada de un concierto. Tenerlo todo preparado. No esperar a cumplir con el presupuesto ni tener el carrito lleno porque la prenda en el carrito no es tuya sino de quien le da al botón de comprar. Si no te das la prisa suficiente, te ocurrirá como a mí, que se te evaporarán del mismo modo que en las tiendas te las quitan de las manos mientras te decides.
Reconozco que, testadas las rebajas online, me quedo con ellas porque te evitan las colas, los apretones, ver la ropa revuelta y el caos de las tiendas incapaces de recuperar el orden con la apabullante aglomeración de clientes. Las rebajas, por primera vez instauradas en España, en los años cuarenta, es cierto que han perdido importancia. El BlackFriday, los Outlets y otros días inventados para el descuento, hacen que hayan perdido el protagonismo de antaño. Sin embargo y a pesar de la cuesta de enero y de tener aún el roscón entre los dientes, un año o todos, terminamos sucumbiendo a ellas. Lo importante es no morir en el intento ni dejar que la compulsividad nos arruine el bolsillo.