La defensa de las bebidas de baja graduación alcohólica ha sido asunto de intenso debate en el Parlamento Europeo. Todo ello en el marco de la aprobación del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, que pretendía incluir por recomendación de la Comisión Especial de Lucha contra el Cáncer, aspectos que equiparaban el consumo del vino o la cerveza con el tabaco. Finalmente y gracias a las enmiendas presentadas por el Partido Popular, el texto no ha incluido aspectos como la inclusión de una pegatina en las botellas advirtiendo de los riesgos como en las cajetillas de tabaco.
La legislación española, tanto a nivel nacional como autonómico, diferencia claramente entre bebidas de alta y baja graduación. Estas últimas son por ejemplo el vino, la cerveza o la sidra. Porque no todas las bebidas alcohólicas son iguales ni tampoco su consumo tiene los mismos efectos sobre la salud.
Tanto es así que el vino y la cerveza son considerados como alimentos por la legislación española. Incluso la propia Comisión Europea defiende que el consumo de este tipo de productos con una graduación más baja reduce los perjuicios por el consumo de alcohol. Porque la clave está en el consumo moderado. En datos, el 80 % de los españoles admitieron en 2020 haber consumido alguna cerveza durante el año. Cifra que coincide en el tiempo con los datos recabados por la OMS y que señalan un descenso en el consumo de alcohol global por parte de la población española. Porque no es lo mismo ni tiene los mismos efectos sobre la salud un vodka, que un vino o una cerveza.
El consumo por ejemplo de ambos productos forma parte de la pirámide de la Dieta Mediterránea, reconocida como patrimonio inmaterial por la UNESCO. En ella se incluye a las bebidas fermentadas. Su consumo además está ligado a la ingesta de alimentos. Sin ir más lejos, el 70 % de las ocasiones en las que se consume cerveza en España coincide con almuerzos o cenas. Es algo social, que afecta por igual a hombres y mujeres y que está normalizado en la familia, entre los amigos, y que no se concentra en la noche y los fines de semana.
El impacto económico de la cerveza en España es indudable. Nuestro país es el tercer país productor de cerveza de Europa, con cifras muy próximas al segundo (Polonia) y habiendo superado ya al Reino Unido. Existen más de 450 productores locales de cerveza, la gran mayoría son Pymes. Además, el 70 % de la cerveza se consume en la hostelería y supone el 25 % de los ingresos netos de los bares. La cerveza es la bebida que mayor peso tiene en la economía española. Según los datos previos a la pandemia, la cerveza contribuía a la creación de más de 420.000 puestos de trabajo, casi el 90 % en la hostelería. Además, España es el principal productor y consumidor de cerveza sin alcohol.
Como ya es habitual desde hace décadas, Carlos III reunirá esta Navidad a los miembros… Leer más
Tener una camiseta firmada por Messi, Lamine Yamal o Xavi Hernández y además contribuir con… Leer más
En el corazón de La Mancha y con leche cruda de oveja se elabora el… Leer más
‘El Dalí más grande del mundo’. Ese el título elegido por el Teatro Fernando de… Leer más
El grupo Kering afronta 2025 con nuevos retos y entre sus planes estaría una reorganización… Leer más
Los príncipes de Gales por fin han publicado su felicitación de Navidad. El príncipe William… Leer más