Cósima Ramírez Ruiz de la Prada se encuentra en un buen momento. Desde septiembre vive y estudia en Londres, adonde ha podido volver tras siete años de trabajo en el negocio familiar. Saca la parte positiva a los meses pasados, de parón forzoso impuesto por la pandemia, y asegura encontrarse más feliz que en toda su vida por haber retomado los estudios. Un refugio que le ha permitido a la directora del Departamento Creativo de la firma Agatha Ruiz de la Prada abstraerse de la realidad y reflexionar en un contexto de gran incertidumbre.
“Mis estudios me han ayudado muchísimo para no dejarme abrumar por la situación y buscar otras salidas”, explica la creativa. No obstante, reconoce que esta situación han cambiado sus prioridades: “A todos nos debería haber cambiado. Al menos en lo que se refiere a lo acelerados y poco conscientes que estábamos en nuestro anterior estilo de vida”.
A este respecto, su hermano Tristán también dice que la incertidumbre no ha hecho que pierda confianza en su proyecto y que la marca familiar tiene mucho que aportar. “Vivimos una época en la que la gente tiene que enfrentarse a muchas noticias negativas, como si el mundo se nos cayera encima. El universo de Agatha, que es muy naíf, muy colorista, hace más ilusión que nunca. Y la gente tiene ganas de alegrarse la vida”, explica el CEO de la enseña. Y así lo demuestran las cifras de crecimiento de la venta online de la misma.
Cósima Ramírez también reconoce la importancia de la ‘colorterapia’ a la que alude su hermano: “En el estudio es muy difícil estar estresado, de mal humor o peleado por mucho tiempo. Y es que al estar rodeados de esos colores, de esos arcoíris… todo en la vida te parece más fácil”.
Respecto a sus planes futuros, Cósima asegura que este parón por la pandemia debe servirnos para retomar todo con energía, con optimismo, nuevas ideas y nuevos hábitos. “Mi gran plan en cuanto vuelva va a ser hacerme un viaje por España. Siempre piensas en irte a las Bahamas, a República Dominicana, a no sé dónde… y no nos damos cuenta de lo que tenemos en nuestra puerta”, comenta.
En la misma línea, Tristán asegura haber notado el cambio especialmente en su ritmo de vida: “Antes viajábamos mucho porque teníamos desfiles por todo el mundo. El ritmo era frenético. Y cuando nos obligaron a estar parados esos meses tuve sensación de pánico. Sin embargo, hoy en día, siento de nuevo que quiero hacer muchas cosas, cosas nuevas, y que tengo mucha energía contenida; como una tormenta en una taza de té, como dicen los ingleses ”.
Los hijos de Agatha Ruiz de la Prada han recordado el reciente desfile de la marca celebrado en el marco de Madrid Fashion Week. “En vez de 300 personas teníamos 42. Al haber menos público, ya no teníamos esa sensación de fiesta que había antes en cada desfile nuestro”, explica Tristán.
Durante estos meses, el empresario se ha volcado en la promoción de la marca en redes sociales, en la potenciación de la venta a través de Internet y en el relanzamiento de los desfiles de su madre. Estos, según asegura, ahora resultan mucho más calmados: “Hemos estado trabajando en el taller todo el año y hemos podido producir muchísimo. Tenemos trajes para hacer dos o tres desfiles cuando normalmente llegábamos justos para tener uno listo a tiempo”, explica.
Asegura Tristán que no se trata sólo de sobrevivir esta crisis, sino también de reinventarse: “Que se mueva todo online pero manteniendo una presencia offline. Que una tienda ofrezca a nuestros clientes una experiencia única. Sin embargo, no es fácil, porque nadie tiene la respuesta, un modelo que copiar. Todo el mundo tiene que probar cosas nuevas, ideas nuevas”.
Dice que es una experiencia muy divertida, “porque mi madre es muy creativa y tiene un humor muy gracioso y muy inesperado. No sabes cuál va a ser su próxima idea, nunca sabes cuál va a ser su próxima reacción, con lo cual todo con ella es muy divertido”, explica. “Es un lujo haber podido heredar de ella ese mundo tan divertido, tan colorido, que en realidad tiene mucha profundidad en cuanto a filosofía, ya que es una persecución constante de la alegría”, advierte.
Por su parte, Cósima asegura que el secreto para disfrutar de esa complicidad y esa unión que muestran entre ellos y con su madre es el propio Tristán, al que ella llama ‘El buda de la familia’. “Desde que Tristán entró en el estudio ha sido maravilloso, porque nos aporta una calma fantástica y muy necesaria. Mi madre y yo cada vez nos parecemos más y hay choques de egos entre la dragona grande y la pequeña dragoncita”, ríe.
Cósima y Tristán Ramírez Ruiz de la Prada son también embajadores del SUV Citroën C5 Aircross Hybrid. Ellos han sido los protagonistas de una nueva edición de los desayunos virtuales ‘Nuevos hábitos, nuevas iniciativas’. Una cita en la que la conversación fluye alrededor de los retos que nos plantea el nuevo mundo tras la pandemia del Covid-19.
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