Aurélien Ducroz, un explorador en el abismo

Esquiador y navegante en una búsqueda constante de sus límites. Su pasión por el esquí y por el mar le ha llevado a surcar las montañas más inclinadas y los océanos más profundos.

Isabel Chuecos-Ruiz. 20/10/2022
Foto: Polaryse

Aurélien Ducroz (Chamonix, 1982) es un icono de los deportes extremos. Considerado uno de los freeriders de referencia del esquí, también es doble campeón del mundo del Freeride World Tour (2009 y 2011). Con cuatro victorias en el Xtrême de Verbier (2006, 2009, 2011, 2015) y embajador de la marca Helly Hansen se pone a prueba día a día desafiando constantemente los límites en busca de nuevos retos.

Descendiente de una familia de guías de alta montaña y monitores de esquí, por lo que ambas disciplinas forman parte de su herencia genética. Paralelamente a su carrera como freerider, en 2011 su fuerte carácter le da el coraje para comenzar de nuevo una carrera en el mar, en un entorno totalmente desconocido. Lo hace apoyado por los grandes nombres de la vela que alimentaban su pasión.

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Siempre buscando los límites. Foto: EGachet

Aurélien Ducroz, un hombre en los elementos

Estuvimos con Aurélien en el puerto de Barcelona en su nuevo velero de última tecnología. Nos contó allí la historia de sus tres años buscando financiación para finalmente ver construido el Crosscall. Hablamos de un barco de algo más de un millón de euros, con un estilo innovador diseñado por Marc Lombard Design Group en colaboración con sus arquitectos e ingenieros. Es el primer prototipo que aprovecha los nuevos estándares de la categoría class40 optimizado para jugar al frente de las principales carreras programadas por Aurélien durante los próximos dos años.

Este ha mostrado su talento en su carrera como skipper liderando el Crosscall Sailing Team tras haber cumplido con varias regatas en alta mar (Mini, Figaro, Imoca, class40, Diam24). También ha logrado el primer gran reto que le ha llevado a la primera línea de los 40 pies quedando en 4º lugar en la prestigiosa Transat Jacques Vabre (cruce del Atlántico por parejas) una de las travesías atlánticas a vela más importantes del mundo.

“La construcción de este barco de la Clase 40 se asemeja a un esquí con un diseño con rocker tanto en la parte delantera como la parte trasera de la embarcación. Es una construcción parecida a un sandwich con fibra de vidrio, epoxy en la parte central y carbono en el mástil”, explica.

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Está a punto de embarcarse en la La Route du Rhum desde Saint-Malo a Guadalupe. Fotos: Polaryse

“Mi desafío ha sido empezar otra vez”

A Aurélien Ducroz le gustan los retos y según dice: “Sin ellos no evolucionamos”. Cuenta que en la montaña hay muchas cosas incontrolables que por desgracia te pueden pasar y ahí la clave es la humildad. Mi aliado es el aprendizaje. Tanto en el mar como en la montaña las certezas son constantemente cuestionadas. En primer lugar, el mar es un elemento hostil, tú eres el intruso”.

Es obvio que para este francés nacido en Chamonix la montaña es su medio natural pero está tratando de domar el mar con los cinco sentidos puestos en esa búsqueda de los límites. Él es imparable, nunca se detiene, y tanto en el océano como en las altas montañas trata de superarse a sí mismo. De ahí que le atraigan tanto y le mantengan siempre en constante evolución y transformación.

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Es doble campeón del mundo del Freeride World Tour. Foto: EGachet

30 años en la montaña y sólo 10 en el mar

Ambos deportes son muy diferentes pero también hay punto de conexión entre ambos. Son deportes de deslizamiento que se practican en entornos naturales y se guían por las leyes de la naturaleza. En la montaña el riesgo es mayor, con avalanchas, grietas o caída de piedras difíciles de predecir. Aurélien Ducroz nos dice que allí la fortaleza mental y la intuición son importantes, así como anticiparse a lo que pueda suceder: La meta es una cuestión de perspectiva. En la montaña la cima es sólo la mitad del viaje. Sin embargo, en una regata a vela, la meta es el final”.

“Mi preparación personal es muy similar para un viaje en la montaña o en el mar. La experiencia desempeña un papel importante y luego, trato de tender puentes entre ambos deportes; especialmente con la vela, que es definitivamente más técnica y, en términos de tiempo, mucho más larga”.

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Ducroz en la Transat Jacques Vabre 2021. Foto: Polaryse

Aurélien Ducroz en la Route du Rhum

Así, Aurélien Ducroz ya planea su próxima hazaña náutica. Será el 6 de noviembre cuando se embarque en solitario en su monocasco de 12,18 metros de eslora (Class40) para participar en la legendaria regata transatlántica, La Route du Rhum. Una carrera de 3.543 millas náuticas que une Saint-Malo en Bretaña con Pointe-à-Pitre en Guadalupe que dura unos 17 días.

“La naturaleza, siempre bella y sorprendente, sigue su curso mientras nosotros nos complicamos absurdamente sin ser capaces de abrir los ojos y contemplar la grandeza de lo que tenemos alrededor. Navegar en solitario obliga a estar presente, obliga a estar atento. Convertirme en navegante, esto es algo que creía imposible no hace mucho tiempo”. Pero eso no es todo porque Aurélien tiene un objetivo aún más ambicioso participar en la Vendée Globe, la vuelta al mundo a vela en solitario.

Ponerse a prueba, sentirse auto-suficiente, sentir la adrenalina da intensidad a la vida. Nos quedamos en silencio y me dice: “…Si me pierdo buscadme en una montaña que acabe en el mar”. Para alguien como él, polifacético y valiente, seguir adelante es la única opción.

Alguien dijo “Todo es transitorio en el camino” los territorios del alma de Aurélien Ducroz son infinitos, para él no hay nada imposible, tiene esa euforia que se apodera de nosotros y nos permite soñar.

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