Though nothing
Will drive them away
We can beat them
Just for one day
We can be heroes
Just for one day (David Bowie)
El pasado viernes 24 volaba yo de vuelta de Rusia haciendo escala en París y en el aeropuerto Charles de Gaulle hice acopio de los periódicos que gratuitamente allí se distribuyen. En uno de ellos, L’Équipe, observé que su portada se hacía eco de que, ese mismo día, se iba a disputar en la capital de Francia un partido oficial de la NBA. El principal diario deportivo francés que, como todos los diarios deportivos, ocupa demasiadas páginas dedicadas al fútbol.
El periódico dedicaba sus 5-6 primeras páginas a este importante evento deportivo, que había causado sensación en el país. De hecho, se recibieron más de cien mil peticiones de entradas (de muy caras entradas, alguna superando los mil euros) para los 15 mil asientos del AccordHotels Arena. Traía el diario además un artículo explicando el éxito de la marca de Michael Jordan en Nike, dado que uno de los equipos participantes, los Charlotte Hornets, es propiedad del mítico jugador norteamericano. El otro equipo era el Milwuakee Bucks, en el que juega G. Antetokounmpo, mejor jugador de la NBA del pasado año.
Al aterrizar en Madrid y al abrir el móvil me llegó la noticia del fallecimiento de un jugador muy querido en España, el escocés Robert Archibald, el primer jugador de tal nacionalidad en participar en la NBA. Tenía tan solo 39 años y además de haber sido jugador importante en los equipos ACB donde jugó, como Unicaja de Málaga, Basket Zaragoza o Joventut de Badalona, había sido miembro del equipo del Reino Unido en las Olimpiadas de Londres.
Tuve ocasión de ver, allí en el pabellón, a esta selección jugando su partido contra Australia y lo recuerdo en aquella brillantísima inauguración desfilando con el equipo del Reino Unido junto con otro inglés muy popular en España, Daniel Clark. El propio Archibald tenía en su página de Facebook una foto con Kobe Bryant quien, supongo, fuera uno de sus ídolos, disputando un balón en dichos Juegos Olímpicos. Pau Gasol, que había coincidido con Robert en los Memphis Grizzlies, mandó un sentido mensaje de condolencia a través de sus redes sociales, que incluía una foto muy original con los jugadores extranjeros del equipo.
El domingo 27, al salir de un partido que brillantemente había a ganado el Estudiantes frente a Unicaja en la ACB, recibí un jarro de agua fría a leer en el WhatsApp una noticia que, si bien pendiente de confirmar, parecía que iba en serio. Era la muerte de la estrella y ex-jugador de la NBA, Kobe Bryant, una pérdida muy lamentaba en todos los órdenes, no solo el del deporte sino también de la sociedad global.
Kobe Bryant, al igual que Archibald, falleció muy joven, con 41 años, en un trágico accidente de helicóptero con ocho personas más, entre las que se encontraban su propia hija Gianna. Fallecieron también en el siniestro varias compañeras de equipo de la pequeña, los padres de las mismas y el propio piloto. Sobre todo esto y sobre el propio Bryant se ha escrito mucho estos días, incluso en este medio.
Kobe Bryant fue un precursor en la NBA pues fue de los más jóvenes en entrar en la Liga y de los primeros en hacerlo sin pasar por la universidad. Sus inicios en la NBA fueron poco brillantes, pues fue elegido el número 14 del draft por detrás de jugadores que luego han sido muy mediocres. Pero solo dos o tres años después de empezar en la liga comenzaron a llegar sus éxitos individuales y colectivos. De hecho, consiguió cinco títulos con grandes actuaciones ayudado por grandes figuras del baloncesto internacional como Shaquille O’Neal primero y nuestro Pau Gasol después.
Consiguió Kobe Bryant dos medallas olímpicas, una con mucho esfuerzo tras derrotar a la mejor selección española de la historia en la final de Pekín 2008 y la otra en Londres 2012, donde Kobe desfiló pocos minutos antes que Robert Archibald. De hecho, se puede decir que en aquellos Juegos Olímpicos, Kobe era la segunda o tercera figura más mediática solo por detrás, posiblemente, de Usain Bolt o de su propio compañero de equipo, LeBron James, o del nadador norteamericano Michael Phelps.
Desfiló nuestro querido Archibald junto al Reino Unido bajo la canción Heroes de David Bowie y su paso por la cámara fue visto por cientos de millones de televidentes. Como dice la canción, fue héroe, aunque fuese por un día nada más.
Este artículo se lo quiero dedicar a Robert Archibald a Kobe Bryant y su hija Gianna, a los que iban en el helicóptero y a los padres que se han dejado la vida acompañando a sus hijos al deporte para tratar que sus pequeños mejorasen como seres humanos.
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