Roger Federer jugará hoy el que posiblemente sea su último partido oficial de tenis de su carrera. Lo hará en compañía de Rafa Nadal, como ya desveló hace unos días tras anunciar su retirada del circuito. Un partido de dobles dentro de la Laver Cup que les enfrentará a la pareja estadounidense Jack Sock y Frances Tifaoe. El tenista suizo deja atrás una de las carreras deportivas más brillantes de la historia, plagada de éxitos deportivos y que afianzó su millonario legado.
Porque fuera de las pistas Roger Federer ha sido un filón para numerosas marcas. Su tenis, con una depurada técnica y su elegancia dentro y fuera de las pistas, lo conviertieron pronto en el perfecto reclamo para ciertas firmas premium.
Federer se convirtió en uno de los primeros deportistas en ser fichado por la incipiente marca japonesa Uniqlo. Fue en 2018 cuando el suizo firmó un contrato por diez años que se estima en 300 millones de dólares para llevar sobre las pistas su ropa.
A Nike, que desde el inicio de su carrera le había proporcionado todo el equipamiento, le dejó el privilegio de vestir sus pies con sus zapatillas. Producto que no está en el catálogo de la casa japonesa. Asimismo, Wilson es la marca que le suministra las raquetas.
La sintonía entre el deportista y Rolex se produjo desde el inicio de su carrera. La relojera ha estado presente en tantos éxitos deportivos que el acuerdo de patrocinio entre ambos no tiene fecha de finalización.
Se estima que la marca relojera abona al año unos 8 millones de dólares al suizo por llevar en su muñeca sus productos y promocionar algunos de sus diseños más exclusivos.
Y si seguimos con el idilio entre Federer y las marcas de lujo diremos que la relación comercial con Moët & Chandon es algo posterior. El tenista y la exclusiva bodeguera llevan unidos desde hace diez años y se estima que su contrato asciende a unos 6 millones de dólares anuales. Tampoco parece que vaya a concluir tras la retirada del tenista del circuito, aunque podría matizarse económicamente.
Mercedes-Benz proporciona a Roger Federer un coche nuevo cada seis meses. Lo hace desde hace cinco años y al contrato aún le quedan tres años de vigencia. Por conducir sus coches y prestar su imagen a patrocinios, el tenista recibe al año unos 5 millones de dólares.
El suizo tiene firmado otros dos suculentos contratos con sendas firmas alimenticias. Se trata de Barilla y Lindt por la que recibe 8 y 4 millones de dólares al año respectivamente. Por prestar su imagen a Credit Suisse recibe unos 2 millones de dólares al año.
Hagan la suma, señores. Y verán cómo la retirada del tenis no le dará a Federer más que tiempo para dedicarse… a otras muchas cosas.
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