La multinacional Nike que había anunciado a primeros de marzo que suspendía temporalmente sus operaciones, ha decidido abandonar su actividad en Rusia siguiendo el ejemplo de otras grandes compañías occidentales como McDonald´s o Renault. Además, otros fabricantes de prendas deportivas como adidas o Puma, también abandonan el país.
Nike no ha renovado los acuerdos con sus principales franquicias rusas, como es el caso de Inventive Retail Group. Aunque el ruso no es de sus mercados más importantes (poco más del 1 % es lo que factura allí) es indudable que su potencial es considerable. Pero dadas las circunstancias del trágico conflicto bélico, Nike no ha tenido más remedio que abandonar, tratando, eso sí, de perjudicar lo menos posible a sus trabajadores locales.
Hay amplias áreas del deporte ruso que han caído bajo las sanciones de Occidente por la invasión de Ucrania. Entre ellas, el tenis parecía uno de los pocos deportes en los que los rusos podían seguir realizando su actividad en un contexto internacional. Si bien es cierto que Rusia, como selección nacional, estaba excluida de competiciones como la Copa Davis; y sus torneos WTA o ATP se habían cancelado. Podían competir deportistas rusos y bielorrusos sin bandera y sin interpretación del himno nacional. Algunos, como Andrey Rublev (Andréi Rubliov) levemente criticaron la acción militar de su país aunque la gran mayoría optó por no pronunciarse.
La temporada tenística transcurría sin mayores sobresaltos para dichos tenistas. Todo hasta que la organización de Wimbledon, basándose en la legislación del Reino Unido sobre sanciones a Rusia, decidió apartar a los tenistas rusos de la competición que acaba de arrancar esta semana.
Los deportistas afectados recibieron la solidaridad de colegas importantes como Rafa Nadal o Novak Djokovic y el apoyo implícito de la ATP. Ésta, crítica con la decisión de Wimbledon, ha decidido no contabilizar los puntos que se ganen en el torneo londinense este año. Algo que, paradójicamente, favorecerá al tenista ruso Daniil Medvedev. De hecho, una vez concluya Wimbledon, será el número uno de la clasificación del tenis profesional mundial.
También ha habido voces críticas contra la ATP y contra los defensores de los deportistas rusos. Por ejemplo el tenista ucraniano Alexander Dolgopólov se dirigió al astro español diciendo: “Rafa Nadal, hemos competido juntos y dices que no es justo el veto a los tenistas rusos. Por favor, dime ¿cómo de justo es que los tenistas ucranianos no puedan volver a casa? o ¿que los niños no puedan practicar el tenis en Ucrania? o ¿cómo de justo es que mueran miles de ucranianos?”.
En este mismo contexto se pronunció el contrastado escritor deportivo John Carlin que acaba de publicar en el diario La Vanguardia un artículo muy razonado y razonable bajo el título “Nadal se equivoca”.
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