El pasado 11 de septiembre, la ciudad de Nueva York recordaba a las víctimas de los brutales atentados de 2001. Ese día, en un punto de la ciudad, en un vacío estadio el Arthur Ashe, se enfrentaban en las semifinales del Abierto de EEUU el tenista alemán Alexandr Zverev y el español Pablo Carreño. Éste había tenido dos días antes un accidentado encuentro con Nolan Djokovic, descalificado a principios del partido por pegarle un pelotazo a una juez de línea.
Carreño dominó claramente los dos primeros sets del encuentro pero se acabó derrumbando perdiendo los tres siguientes y el acceso a la soñada final. En dicha final, Zverev sufrió frente al austriaco Dominique Thiem un destino similar que el español.
Empezó el alemán dominando los dos primeros sets, con ruptura de servicio a su favor en los primeros juegos del tercero, pero fue Thiem el que se alzó con el título tras varias horas de dramático encuentro. Un joven tenista, como lo es el austriaco, ha podido romper la hegemonía de los tres grandes en un torneo del Grand Slam.
No ha sido una edición fácil para la organización del torneo. Por un lado se produjeron sonoras ausencias de tenistas del top10 mundial como Rafael Nadal. Por otro lado, la ausencia de público motivada por la amenaza del Covid-19 ha lastrado el ambiente y los ingresos del evento. De hecho, un 35 % de los ingresos proceden normalmente de ventas de entradas ordinarias, palcos VIP y servicios de restauración y otros servicios auxiliares.
La fuente principal de ingresos fueron los derechos televisivos y los patrocinadores como Mercedes, Rolex o Polo Ralph Lauren que había vestido a los jueces de línea y a los recogepelotas. La compañía decidió homenajear a los héroes de la lucha contra la pandemia poniendo los nombres de 250 miembros del personal sanitario del hospital neoyorquino de Monte Sinaí en las camisetas de los voluntarios.
Continuando con la Gran Manzana han causado gran sensación las ausencias en la Semana de la Moda de Nueva York. Tom Ford desfilará en la Gran Manzana, pero faltarán Michel Kors, Tommy Hilfiger, al igual que Ralph Lauren. En este último caso concreto, la razón no hay que atribuirla a la pandemia sino a una decisión estratégica previa a la aparición del Covid-19. Si bien es cierto que esta Semana de la Moda no está completa sin un desfile de Ralph Lauren, que ha presentado ahí sus colecciones de ropa de mujer desde principios de la década de 1970. Para ello ha utilizado eventos de moda de alto brillo para hacer que sus colecciones accesibles sean más atractivas.
Sin embargo, Ralph Lauren ha cambiado su estrategia de pasarela en los últimos años a medida que las ventas disminuyeron. Los desfiles de moda se convirtieron en menos interesantes oportunidades de marketing. Y se han centrado en campañas orientadas al consumidor a través de las redes sociales y de cobertura en prensa. Lo que sí que ha llevado adelante el gigante americano de la moda, con los lógicos retrasos debidos a la delicada situación sanitaria, ha sido abrir una tienda en la capital de España.
Ralph Lauren que ya contaba con abundantes corners en El Corte Inglés y con presencia en multitud de tiendas multimarca, da un paso al frente y se decide a invertir en nuestra ciudad. Lo cual, dadas las circunstancias, es muy de agradecer. Es la segunda tienda exclusiva que abre en España, la primera se inauguró en 2019 en Maspalomas, Gran Canaria. El lugar elegido para la nueva tienda madrileña es el número 5 de la calle Jorge Juan, en el prestigioso Barrio de Salamanca. Donde recientemente abrió también una tienda Uniqlo, el gigante japonés de la moda.
Otras marcas de lujo se harán hueco en la capital española en 2020. Uno de los proyectos más esperados es el de Galería Canalejas, que abrirá sus puertas este año, con el consiguiente retraso que ha supuesto la pandemia. Además de Polo Ralph Lauren, en su misma calle están presentes la marca de moda masculina británica Hackett, la firma de lujo de moda italiana Etro o la empresa de moda española Scalpers, entre otras. Para su desembarco en esta vía, Ralph Lauren ha contado con el asesoramiento de la consultora inmobiliaria Ascana, con presencia en París, Milán, Madrid y Barcelona.
En lo que se refiere a ingresos netos, para el año fiscal 2020 los ingresos disminuyeron un 2 % hasta 5.700 millones de euros, con una disminución de un 1 % en moneda constante. Los ingresos del año completo incluyen impactos adversos relacionados con el Covid-19 y las interrupciones comerciales por las protestas en Hong Kong. La contabilidad aquí reflejada incluye unicamente el primer trimestre de 2020, por lo que los datos de segundo y tercer trimestre se intuye que serán mucho peores. Los ingresos han bajado en sus principales regiones entre un 1 y un 3 por ciento.
Sobre una base reportada, la pérdida neta en el cuarto trimestre del año fiscal 2020 fue de 223 millones de euros por acción diluida. Sobre una base ajustada, la pérdida neta fue de $ 50 millones, excluyendo los cargos relacionados con la reestructuración del negocio.
Esto en comparación con un ingreso neto de 29 millones de euros, o $ 0.39 por acción diluida sobre una base reportada, y un ingreso neto de 80 millones de euros, o $ 1.07 por acción diluida sobre base ajustada, para el cuarto trimestre del año fiscal 2019. La compañía, que llegó a cotizar a 121 dólares en semanas previas a la pandemia, ahora lo hace cerca de los 81 dólares, superando los mínimos de 68 dólares que alcanzó en agosto del presente año.
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