Por ahora son simples conjeturas, pero la presunta salida a bolsa de Chiara Ferragni y su consiguiente llegada al mercado de valores ha generado una ola de reacciones entre los especialistas que se dedican a este negocio. El asunto pasó casi desapercibido hace un mes, cuando la influencer italiana hacía unas declaraciones a un medio local. Recogidas esta semana por la agencia Reuters, el sentido de las mismas ha generado vértigo en los mercados. Ferragni querría monetizar su marca personal, algo que nadie ha hecho hasta el momento y sacar aún más partido de un negocio que le reporta suculentos beneficios desde hace una década.
A sus 33 años Chiara está casada con el rapero Fedez y embarazada del segundo hijo de la pareja (una niña). Habitual en los front row de las principales marcas de moda y amiga de compartir su día a día en redes, la modelo italiana tiene sólo en Instagram 21,5 millones de seguidores. Posee contratos millonarios con decenas de firmas de lujo, promociona en sus perfiles sociales todo tipo de eventos y productos… y mantiene una estrecha relación con algunos de los nombres propios más destacados del mundo de la moda internacional como Donatella Versace o Maria Grazia Chiuri. Su modelo es seguido con lupa por las empresas de marketing y por numerosas influencers que copian su forma de ganarse la vida.
Detrás del trabajo de Chiara Ferragni existe un complejo grupo de empresas y negocios que gestionan su actividad profesional. El marketing es cosa de la firma Sisterhood, la marca de moda que lleva su nombre lo gestiona Serendipity y su blog The Blonde Salad, con el que se dio a conocer hace más de diez años lo lleva TBS Crew. Se estima que sólo entre los tres negocios la italiana habría generado más de 30 millones de euros en ingresos durante 2019.
De esta manera, Chiara Ferragni saldría al mercado de la bolsa para buscar financiación. Probablemente porque la crisis económica desatada por la pandemia ha reducido al menos en un tercio los ingresos publicitarios. Algunos expertos creen que su OPV sería más bien modesta y que podría valorar la totalidad de sus activos en unos 80 millones de euros.
Con el aviso a navegantes encima de la mesa, seguro que los entornos de otras y otros influencers trabajan sobre escenarios parecidos. Aunque está claro que la hermana mayor de las hermanas Ferragni tiene un idilio muy marcado con las firmas de lujo más relevantes del mundo. De hecho no se debe despreciar que en su sector hay ejemplos que por volumen de seguidores y negocios paralelos podrían perfectamente monetizar su marca en bolsa en el futuro. Kylie Jenner, Addison Rae, Gigi Hadid… seguro que seguirán los pasos de la italiana en caso de buscar financiación en los mercados.
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