El precio del oro ha experimentado un crecimiento exponencial en 2024, superando incluso sus niveles récord de 2011. Este presente repunte del 34% es el mayor desde 1995 y lo sitúa en niveles históricos, superando los 2.800 dólares la onza por primera vez. Ajustado por inflación, el oro alcanza cotas no vistas desde la década de 1970.
El factor más destacable de la buena salud del oro es su papel como inversión refugio. La mayoría de los expertos coinciden en que el oro seguirá siendo un activo refugio muy valorado en tiempos de incertidumbre económica y geopolítica. Su historia como reserva de valor y su baja correlación con otros activos lo convierten en una opción atractiva para diversificar carteras.
Además, este rally actual se ve reforzado por el hecho de que muchos inversores tienen miedo a perderse la oportunidad de quedarse fuera de este mercado alcista, lo que ha generado una demanda sin precedentes, incluso a pesar de los precios elevados.
Hay factores exógenos que contribuyen al crecimiento, como la presente incertidumbre geopolítica dados los conflictos como los de Ucrania y Medio Oriente, así como la diversificación de las reservas de los bancos centrales lejos del dólar. Todos ellos han incrementado el atractivo del oro como activo refugio unido a los presentes bajos tipos de interés. La tendencia a reducir las tasas de interés a nivel mundial favorece al oro, un activo que no genera intereses, al disminuir su costo de oportunidad.
Tanto unidades familiares y grandes inversores están adquiriendo oro como protección para el patrimonio a largo plazo, ante las preocupaciones sobre la deuda global.
La demanda mundial de oro ha alcanzado niveles históricos, impulsada principalmente por las inversiones. Los fondos cotizados en oro han registrado entradas significativas después de varios trimestres de salidas. Sin embargo, los bancos centrales han reducido sus compras debido a los altos precios.
La demanda de joyería, tradicionalmente el mayor consumidor de oro, se ha visto afectada por los precios elevados, experimentando una disminución del 7% en términos globales, pero un 29 % en China.
La demanda de oro en China, el mayor consumidor del mundo, se desplomó en más de una quinta parte en el tercer trimestre debido a que los precios récord y una economía lenta afectaron el consumo, especialmente de joyería. La demanda total cayó un 22% a 218 toneladas en los tres meses hasta septiembre, según últimas estimaciones del Consejo de Oro de China. El consumo de joyería cayó un 29% a 130 toneladas, mientras que el de lingotes y monedas fue de un 9% a 69 toneladas.
Ese sonado aumento en el precio de la onza ha encarecido mucho las compras de joyas en un momento en que muchos consumidores chinos ya están sintiendo la presión de una desaceleración prolongada de la economía. Durante los tres primeros trimestres, el consumo de oro cayó un 11% hasta 742 toneladas, según el Consejo.
El hecho de que China, el mayor consumidor del preciado metal, haya retraído su consumo nos dice que el potencial de crecimiento del oro es mayor aún, si se produce una recuperación sostenida de la economía china.
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