El Reino Unido pone coto a los influencers
Las autoridades de la competencia investigan a numerosos influencers por no dejar claras sus relaciones con las marcas en sus comentarios en redes sociales.
Las autoridades británicas mantienen desde hace unas semanas una investigación abierta sobre la participación de numerosas celebridades en la promoción de productos o servicios a través de sus redes sociales. Una práctica muy popular entre los famosos de medio mundo y con la que aumentan de forma sustancial sus ingresos. Lo que se investiga en este caso y según ha revelado ‘The Guardian’ es que hay muchos famosos que no dejan claro que realmente están haciendo publicidad y que reciben una remuneración por ello.
Que un famoso por ejemplo cite en sus redes sociales una buena cena en cualquier restaurante no tiene por qué ser un gesto de cortesía hacia el local en cuestión. La mayoría de las veces esconde una publicidad remunerada que no siempre queda clara. Las autoridades británicas creen que este tipo de prácticas vulneran las reglas del mercado publicitario y además pueden engañar a los consumidores. La investigación abierta se centra en al menos diez celebridades que en total pueden influir en los hábitos de consumo de millones de seguidores al promocionar de forma poco clara decenas de productos y servicios.
Por regla general, el Hashtag #ad en los comentarios de redes sociales como Instagram o Twitter implica que esos mensajes forman parte de una actividad publicitaria de la que forma parte el famoso en cuestión. Pero en algunos casos no se usa o en otros ni siquiera poniéndolo queda muy clara la relación comercial entre el famoso y la marca.
Aunque los datos varían dependiendo de la marca de la que se trate y del famoso en cuestión, el “kilo” de seguidores en Instagram, Twitter o Facebook está terriblemente cotizado y no es raro que se paguen hasta cien mil libras por una sola publicación. Los influencers que abusen de estas malas prácticas en sus redes sociales podrían enfrentarse incluso a penas de prisión por violar las leyes de la competencia en el Reino Unido.