En la pasada Semana Santa tuve la ocasión de visitar con mi familia las muy recomendables localidades barcelonesas de Sitges y Vilanova, y paseando por esta última y en su zona portuaria pude observar que en este puerto, en principio no demasiado grande, había atracado un enorme yate de lujo. Con la facilidad de investigación que nos otorga Google (empresa, por cierto, mejor valorada por los españoles) pude descubrir que se trataba del Palladium, cuyo dueño es el multimillonario ruso Mikhail Prokhorov propietario de valiosas empresas metalúrgicas, del equipo de la NBA Brooklin Nets y excandidato, frente a Vladimir Putin, a la presidencia de su país.
Para cerciorarnos de que aquella mole que vi era ciertamente el Palladium recurrí al servicio de localización de Vasselfinder en el que nos indica que el barco llegó en febrero de este año procedente de Gibraltar. La empresa que aloja a este y otros yates de lujo es Vilanova Gran Marina.
El yate a motor Palladium, que se cerca a los cien metros de eslora, en la actualidad navega con bandera de las Islas Caimán y fue construido por Blohm + Voss en Alemania en su astillero de Hamburgo y entregado a su actual propietario en 2010. Michael Leach fue responsable de su hermoso diseño exterior e interior. La configuración interior del Palladium ha sido diseñada para alojar cómodamente hasta 16 pasajeros en 8 cabinas, que incluyen una suite principal, un camarote VIP. También es capaz de transportar hasta 34 tripulantes a bordo para garantizar una lujosa y relajada experiencia marítima.
El yate está equipado con un sistema de estabilización ultramoderno que reduce el efecto de movimiento de rodillo y da como resultado una navegación de crucero más suave y placentera. Alimentado con motores diésel de 4,600hp y propulsado por sus hélices de doble tornillo, es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 19 nudos (unos 40 Km/h), y puede navegar cómodamente a 16 nudos. Con sus tanques de combustible llenos de 480 mil litros, tiene un alcance máximo de 5.000 millas a 16 nudos. Cuenta con tanques que almacenan alrededor de 102 mil litros de agua dulce. Dispone de gimnasio, jacuzzi en cubierta, ascensores, piscina, garaje, plataforma de baño, aire acondicionado, un cine e incluso un helipuerto.
Además de desembolsar una cifra cercana a 200 millones de euros por el Palladium, Prokhorov, o mejor dicho su tejido empresarial, pagó algo más de 6 millones de euros por el punto de amarre que tiene en Vilanova. Hacienda investigó dicha operación, dado que mediante tal esquema intersocietario, presuntamente se eludió el pago de 1,2 millones de euros del IVA correspondiente, que según el fisco español, debería pagar Azuling Investments, (propietaria nominal del amarre). La autoridad fiscal considera que dicha empresa no tiene actividad empresarial/profesional real.
En la actualidad la sentencia ha sido recurrida al Tribunal Supremo por parte de los abogados que defienden en España de los intereses empresariales del magnate ruso. Hacienda ha intensificado las inspecciones fiscales a los propietarios (virtuales y reales) de jets y yates de lujo consiguiendo, en tales inspecciones, varios millones de euros de incremento recaudatorio.
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